Unir al Consejo de Cooperación para los Estados del Golfo y a Latinoamérica

17 abril, 2020 • Artículos, Latinoamérica, Medio Oriente, Portada • Vistas: 6662

¿Una estrategia separada o un esfuerzo constante?

El Capital Financiero

Joze Pelayo

Marzo 2020

La actual política exterior expansiva de los países del Consejo de Cooperación para los Estados del Golfo (CCG) y el  interés que han expresado en relación con diversificar sus alianzas e inversiones internacionales, en  medida que los precios del petróleo se han mantenido bajos, ha virado la atención hacia Latinoamérica, puesto que “ambas regiones están interesadas en explorar relaciones más profundas para diversificar su comercio y socios de inversión y riesgos de cobertura en medio de incertidumbres económicas globales”. El último recorrido por el golfo Pérsico realizado por el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que incluyó a Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos, buscó un aumento en el comercio mutuo, la inversión, y un enfoque intensificado en la amistad, la cooperación sociocultural y las asociaciones deportivas.

Los países del CCG han  mostrado particular interés en aumentar la cooperación con Latinoamérica dado su posicionamiento como potencia agrícola.

Asimismo, los países del CCG han  mostrado particular interés en aumentar la cooperación con Latinoamérica dado su posicionamiento como potencia agrícola para diversificar sus socios económicos y asegurar otras rutas de importación, con especial interés en la seguridad alimentaria. Según un informe de The Economist, las exportaciones agrícolas de Latinoamérica a los países del CCG crecieron un 90% entre 2006 y 2015. Esto es un claro indicador de la dinámica creciente en curso entre ambas regiones.

Además, a medida que los países del CCG renuevan y expanden su política estatal y su política exterior hacia América Latina y el Caribe, el número de árabes que migran a esta región se ha incrementado de manera significativa. Se estima que entre 16 y 30 millones de personas de ascendencia árabe (de los cuales aproximadamente 6 millones son musulmanes) viven en Latinoamérica, por lo que esta región es ahora la que alberga a más árabes que cualquier otro lugar fuera del mundo árabe. Además, cabe destacar que las comunidades existentes de ascendencia árabe ya están desempeñando un papel importante en la facilitación de las relaciones entre los países del CCG y Latinoamérica (como el Consejo de Líderes del Golfo de América Latina). Sin duda, la cooperación económica y los guiños políticos entre ambas regiones en la última década reflejan que los países del CCG ocupan un lugar importante en las relaciones internacionales latinoamericanas, y que la cooperación Sur-Sur, representa una fuerza creciente de los mercados emergentes.

Al-Masdar: OPEP

La relación entre los países del CCG y Latinoamérica no comenzó de manera discreta, sino que se convirtió en una unión de importantes implicaciones geopolíticas que sacudieron los mercados petroleros en 1960, con cinco miembros fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que congrega a Arabia Saudita, Irán, Iraq, Kuwait y Venezuela. En la década de 1960, bajo el liderazgo de los ministros de energía Abdullah Tariki de Arabia Saudita y Juan Pablo Pérez Alfonzo de Venezuela, dichos países unieron fuerzas en Bagdad,  y cambiaron la dinámica de la economía mundial, asegurándose también una inmensa riqueza en las próximas décadas. A pesar de que el papel de la OPEP ha disminuido, los precedentes de la creación de la organización y la historia de esas relaciones diplomáticas crean una base sólida para asociaciones aún más fuertes.

Más recientemente, la Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), un conjunto de reuniones de alto nivel entre veintidós países miembros de la Liga Árabe y doce sudamericanos, tuvo como objetivo aumentar la cooperación y la coordinación política, lo que provocó varias iniciativas de cooperación con carácter trasregional y trasnacional. Las cumbres de ASPA se han llevado a cabo en Brasil (2005), Catar (2009), Perú (2012) y Arabia Saudita (2015). Los dos mundos son tan similares que la distancia ya no es un obstáculo. En las palabras del rey Salmán bin Abdulaziz, de Arabia Saudita, durante la reunión de Riad, en 2015:

En realidad, tenemos tanto en común que las largas distancias entre nuestros países no son un obstáculo. Estamos conectados por el gran legado de ricos valores y costumbres en común entre las civilizaciones árabes y sudamericanas. (…) Nuestros países están bendecidos con poblaciones prometedoras y juveniles. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad crear nuevas y atractivas oportunidades laborales para satisfacer sus aspiraciones.

El comercio y las cooperativas económicas: la complementariedad

El potencial para un mayor comercio es complementario, ya que los productos que importa una región, la otra exporta. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “la complementariedad, por lo tanto, indica potencial para el comercio y, en este caso, muestra que los niveles comerciales reales están muy por debajo del potencial comercial”, una ventaja de renovada importancia durante los memorandos de entendimiento en curso y recientemente firmados entre los países del CCG y Latinoamérica. Aunque el comercio entre ambas regiones está muy por debajo de su potencial, sigue siendo un negocio multimillonario con alrededor de 16 300 millones de dólares en 2018: 5400 millones en exportaciones y 10 900 millones en importaciones.

 El enfoque en la expansión de los lazos entre los países del CCG y Latinoamérica llega en un momento crucial para muchos de los planes y agendas de desarrollo de los países árabes, que apuntan a modernizar y diversificar su sistema económico y productivo. Este periodo de transformación podría servir para integrar dentro de las próximas agendas de desarrollo nuevas asociaciones, además de estar en el interés del plan de acción del golfo árabe de buscar una mayor influencia económica y política más allá de su propia región. Un ejemplo de tales esfuerzos es el Foro de Negocios Globales de América Latina “Redefiniendo el potencial: la búsqueda del crecimiento futuro”, que se celebró en Dubái en 2018, que tenía como objetivo atraer a más empresas latinoamericanas a establecerse en dicha ciudad. Según Hamad Buamim, Presidente y Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Dubái: “Latinoamérica es una potencia económica, que ofrece una gran cantidad de potencial comercial y de inversión para las empresas en Dubái”.

Las políticas exteriores de ambas regiones están más activas que nunca y existen claros indicadores de una cooperación multinacional fortalecida y creciente.

También, esta cámara ha abierto oficinas regionales en Argentina, Brasil, México y Panamá, facilitando la construcción de conexiones para aumentar las oportunidades comerciales. En términos de representaciones diplomáticas, Arabia Saudita, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait tienen más representación diplomática en Latinoamérica, mientras que Argentina, Brasil, México y Venezuela tienen la mayoría de las representaciones diplomáticas en los países del CCG.

La Expo Dubái 2020 y el Mundial de Catar 2022

La Exposición Universal de Dubái 2020 brindará una oportunidad única durante un periodo de mayor enfoque en las asociaciones interregionales entre Latinoamérica y los países del CCG, principalmente en temas relacionados con la producción de alimentos y la agricultura, la sostenibilidad energética, la gobernanza inteligente y el turismo. Simultáneamente, los medios de comunicación de todo el continente americano se centrarán en Catar durante al menos un mes que dura la Copa del Mundo de futbol 2022, y potencialmente durante unos 3 a 6 meses durante la Expo 2020, una ventaja inmensa para la promoción de los lazos económicos y las condiciones regionales como lugares ideales de inversión y cooperación comercial.

Con miras a futuro

El BID argumenta que la presencia personal es clave en la toma de decisiones financieras y comerciales y que la apertura de una embajada o consulado puede aumentar el comercio bilateral entre los países del CCG y Latinoamérica en un 20%. Las políticas exteriores de ambas regiones están más activas que nunca y existen claros indicadores de una cooperación multinacional fortalecida y creciente. A pesar de las decenas de miles de kilómetros que separan ambas regiones, los recientes avances muestran un impulso intencionado y determinado a la colaboración, tanto en las relaciones comerciales, así como también en materia cultural y diplomática. Según el BID y la Cámara de Comercio de Dubái, “hay mucho que hacer desde el ámbito de la política a un bajo costo fiscal”, con una alusión respectiva a la facilitación de los procesos de exportación e importación, y un entorno empresarial más conveniente.

La diáspora árabe en Latinoamérica tiene un papel aún más importante que la dicha cooperación política Sur-Sur para así poder trascender las alineaciones políticas que cambian rápidamente en la región. Esta alianza creciente, y en expansión, debe verse con menor énfasis en el posicionamiento ideológico de los gobiernos, y con mayor atención sobre el posicionamiento y las estrategias de inclusión económica e influencia de los actores no estatales, especialmente empresarios y visionarios pragmáticos del sector privado de ambas regiones.

JOZE PELAYO es contribuidor mensual en consultoría con la firma Internacional Arthur J. Gallagher y fue practicante graduado en el Instituto de los Países del Golfo Árabe en Washington D.C. (AGSIW). Sígalo en Twitter en @jozemrpelayo.

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