La crisis geopolítica del fentanilo

22 abril, 2024 • Artículos, Asuntos globales, Latinoamérica, Medio Oriente, Norteamérica, Portada • Vistas: 899

Nuevo número de Foreign Affairs Latinoamérica

logo fal N eneJordi Bacaria Colom

Abril 2024

Uno de los temas que más afectan la relación bilateral entre Estados Unidos y México es el fentanilo. El bloque principal de este número está dedicado al fentanilo y sus consecuencias en ese vínculo. Como dice Raúl Benítez Manaut, en Estados Unidos poco a poco se impone la línea dura y la avanzada de agresión hacia México, que comenzó en Texas con las propuestas del gobernador Greg Abbott. Y son precisamente estas posiciones inflexibles las que se cruzan con la campaña presidencial de México: si se hostiga a los grupos criminales, pueden ensuciar el ambiente electoral, y si se endurece la guerra contra las drogas, la magnitud de la respuesta criminal podría acercar la estrategia de contención a la supresión de garantías y a una escalada superior (el espejo ecuatoriano), lo que es imposible hacer en un año electoral.

Por otra parte, en Estados Unidos las muertes por sobredosis de drogas, principalmente fentanilo, han pasado de menos de 10 000 a comienzos del siglo XXI, a 52 000 en 2015; 70 630 en 2019; 91 800 en 2020, y más de 106 000 en 2023. De esta manera, gradualmente va dominando la agenda de seguridad entre Estados Unidos y México. Por si fuera poco, Canadá y China se agregan al complejo entramado de producción de precursores, transporte, manufactura y cruce de fronteras. A pesar de los esfuerzos diplomáticos cuadrilaterales, el problema no se ha podido contener, y Benítez se pregunta si este fenómeno, por sí mismo, se debe combatir como “guerra” y todo lo que ello implica, y si dada la incapacidad de los gobiernos para detener el aumento del consumo de fentanilo, se convertirá en un asunto de seguridad internacional.

En la misma línea, Carlos A. Pérez Ricart contempla el problema del fentanilo como parte del juego geoestratégico entre China y Estados Unidos, cuyo epicentro se encuentra en México, puesto que desde la pandemia de covid-19 se ha consolidado como productor de ese compuesto. El discurso negacionista oxigena la narrativa conservadora en Estados Unidos, que exige a la Casa Blanca una acción más contundente contra México. Las voces que antes criticaban a Beijing por su inacción ahora dirigen su indignación contra México. Destaca la del legislador Dan Crenshaw, quien durante 2023 hizo de México el tema central de su discurso político. El Congresista republicano llegó incluso a proponer una ley para autorizar el uso de la fuerza militar estadounidense en territorio mexicano.

El gobierno de Estados Unidos debe dejar de buscar la solución al problema del fentanilo fuera de sus fronteras. Si no soluciona su problema de salud pública del lado de la demanda, nada de lo que suceda o deje de suceder en China o en México modificará de manera significativa los patrones de consumo. El gobierno mexicano debe asumir que no está ante una crisis coyuntural, sino ante un fenómeno estructural con el que tendrá que lidiar en el mediano y largo plazo.

Vanda Felbab-Brown presenta la perspectiva estadounidense, con cierto escepticismo sobre los resultados de las reuniones bilaterales con la parte mexicana. Afirma que hay mucho más que el gobierno de Joseph R. Biden puede hacer para inducir una cooperación más decidida de las autoridades chinas y mexicanas; por ejemplo, combinar propuestas constructivas con la amenaza de sanciones contra actores estatales y privados en esos países. También puede incrementar unilateralmente las medidas de inteligencia y aplicación de la ley, con o sin cooperación extranjera. Felbab-Brown es crítica con la política del presidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazos, no balazos”, así como su sistemática negación de la producción de fentanilo en México o la aprobada Ley de Seguridad Nacional de México, que obstaculiza la cooperación con los agentes estadounidenses. No obstante, lejos de proponer acciones punitivas, como la del senador Lindsey Graham de Carolina del Sur, para que el gobierno estadounidense designe a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, propone incorporar a numerosos departamentos y dependencias estadounidenses para adoptar un enfoque que abarque a todo el gobierno, empezando por las agencias de inteligencia, el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre. Así se entenderían mejor las ramificaciones del comercio de fentanilo (el tráfico de vida silvestre, la pesca ilegal, etc.), y Estados Unidos también se formaría una imagen más nítida de los vínculos entre el crimen organizado y los gobiernos extranjeros, incluida China, en particular por el importante papel que actores chinos desempeñan en el lavado de dinero para los cárteles mexicanos en redes financieras y comerciales informales.

Sebastián A. Cutrona aporta una perspectiva internacional al problema del fentanilo. Aunque el uso indebido del opioide en Estados Unidos se remonta a la década de 1980, las evidencias son que la actual epidemia tiene en parte su origen en la crisis de opioides recetados desde mediados de la década de 1990. Nuevas restricciones y una batalla judicial contra médicos y empresas farmacéuticas que sintetizan estos analgésicos provocaron un desplazamiento paulatino de muchos consumidores hacia el mercado negro. En el mundo, la intervención estadounidense tampoco ha sido del todo alentadora. La presión diplomática para que China, el principal productor de fentanilo, redujera las exportaciones del opioide sintético a Estados Unidos tuvo efectos indeseados.

La oferta de fentanilo se ha diversificado a favor de organizaciones criminales mexicanas y la producción se desplaza a otras regiones como resultado de las políticas de interdicción. Europa se ha convertido en el segundo mercado mundial del opioide sintético. Alemania (152.2 kilogramos, o 14.5%) y España (124.6 kilogramos, u 11.8%) son los dos países que declararon el mayor consumo de fentanilo detrás de Estados Unidos (203.3 kilogramos, o 19.3% del total mundial). Otros países con una importante demanda del compuesto son, en orden descendente, Italia, Francia, Países Bajos, el Reino Unido y Bélgica. El mercado en estos países no es solo más pequeño, sino también cualitativamente diferente. Por su posición geográfica, los temores han ganado fuerza en Latinoamérica, especialmente luego de que Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Panamá y Venezuela registraran incautaciones de fentanilo. Aunque las actividades de la región son principalmente de manufactura y tráfico de cocaína, el fentanilo puede convertirse en una “oportunidad”, especialmente si los precios de la primera continúan registrando bajas significativas.

Con conocimientos y experiencia farmacológica, Kiko Toja refiere la historia de las adicciones y dice por qué las diferencias en los sistemas de salud y la “cultura del fármaco” explican el impacto diferente en Estados Unidos y Europa. La publicidad también es un punto clave: mientras en muchos Estados europeos la publicidad de medicamentos está prohibida, en Estados Unidos la legislación al respecto es bastante laxa y permite la promoción de fármacos. Como el fentanilo resulta fácil de sintetizar, además de que es barato en comparación con la heroína, en los últimos años la ha desplazado en el mercado y sus productores han podido medrar en poco tiempo.

Diálogo Ñ está dedicado a la crisis climática. Miguel Ruiz Cabañas Izquierdo explica los resultados de la vigesimoctava Conferencia de las Partes (COP-28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), que tuvo lugar en Dubái en diciembre de 2023, y el lento avance para preservar el medio ambiente desde la década de 1960, aunque hasta la de 1990 no se creó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y se realizó la primera COP en Berlín, en 1995. Las COP son el único foro de negociación formal con que cuenta la comunidad internacional para promover la cooperación y comprometer a los Estados a cumplir sus obligaciones conforme a la convención y al Acuerdo de París. El autor presenta las diez decisiones más relevantes de la COP-28, con sus limitaciones, así como dos omisiones. De nuevo, no se alcanzó un acuerdo significativo sobre los recursos económicos que hay que canalizar a los países en desarrollo para que financien sus proyectos de mitigación y de adaptación ni tampoco hubo un entendimiento sobre cómo deben operar los mercados de carbono contemplados en el artículo 6 del Acuerdo de París.

En el artículo de Leonardo Beltrán, Philippe Benoit y Jonathan Elkind se trata el informe sobre el Diálogo Técnico del Primer Balance Global publicado por el secretariado de la CMNUCC. Para los autores, la inversión que requiere Latinoamérica para cambiar sus sistemas energéticos y alcanzar en 2050 la meta de no incrementar más de 1.5 grados Celsius la temperatura promedio del planeta, tiene que aumentar cada año hasta llegar a entre 160 000 y 350 000 millones de dólares. Puesto que los principales riesgos que inciden en el precio del financiamiento de proyectos de energía limpia en economías emergentes y en desarrollo, después del riesgo político y el sobrendeudamiento, son la incertidumbre generada por las variaciones en el tipo de cambio de la moneda local respecto de las divisas y su inconvertibilidad, en Latinoamérica se podría aplicar una línea de crédito para coberturas cambiarias que elimine por completo el riesgo cambiario, para lo cual la región necesitaría comprometerse a dedicar entre 17 800 y 38 900 millones de dólares anuales a proyectos de energía (entre 0.33% y 0.66% de su PIB). Es un compromiso que la región podría alcanzar, ya que solo en 2022, Brasil recibió 24 800 millones de dólares de inversión en energías renovables.

Las elecciones presidenciales en México merecen un capítulo aparte, tanto por su importancia en América como por el hecho que, por primera vez, se presentan dos candidatas. Centramos esta sección en la política exterior de México. Leonardo Curzio, siguiendo la tradición de las elecciones de 2018, hace un balance y señala perspectivas. Curzio resalta la discontinuidad de López Obrador en la política exterior y explica que quien ocupe la presidencia en el nuevo sexenio, deberá abrir los canales legales y físicos para aprovechar mejor las oportunidades de la nueva regionalización. Gestionar correctamente la vecindad es la prioridad de la política exterior.

Cortesía

Además, presentamos las rutas de la nueva presidencia de México, a partir de las respuestas a un mismo cuestionario de los candidatos Jorge Álvarez Máynez y Xóchitl Gálvez Ruiz, así como de Diana Alarcón González, designada por el equipo de campaña de Claudia Sheinbaum Pardo.

En la sección Mundo, dos artículos están dedicados al Medio Oriente. Samuel Schmidt analiza la situación de la guerra entre Israel y Hamás. En este escenario bélico encontramos un juego geopolítico complejo, en el que están mezclados varios países. El artículo ilustra sobre tal complejidad, difícil de resumir aquí en pocas líneas. Schmidt destaca que Hamás expresa en su Acta Constitutiva la deseada destrucción de Israel, no deja el menor espacio para la negociación y rechaza la idea de dos Estados (Israel y Palestina), que es la figura que domina el pensamiento político internacional. Los mesiánicos ultranacionalistas israelíes, así como Hamás y la Yihad Islámica, adoptan visiones territoriales totalistas; es decir, que el vencedor se queda con todo el territorio y el perdedor debe irse. Para el resto del mundo, está claro que estas pretensiones son irrealizables. Por lo tanto, la alternativa, cuando se reinstaure la calma y los extremos terroristas pierdan su capacidad de actuar y queden marginados, será volver a la política negociadora y a los acuerdos.

Para Maria Fantappie y Vali Nasr, la influencia de Estados Unidos sigue pesando sobre el Medio Oriente, pero su apoyo a la guerra de Israel ha comprometido su credibilidad en la región y daña la posición de Washington en el Sur global. Esto significa que Estados Unidos deberá formular una nueva estrategia para el Medio Oriente, que encare las realidades que ha ignorado durante mucho tiempo. En su retirada, Washington sobrestimó la estabilidad de la región y subestimó las fuerzas desplegadas en su contra, y el mayor error de cálculo fue pensar que podía ignorar el problema palestino. La tarea más urgente de Washington es poner fin a la guerra en Gaza. Mientras Israel siga atacando el territorio y matando a civiles y Estados Unidos haga poco para frenar a su aliado, los gobiernos y los ciudadanos árabes no querrán seguir el liderazgo estadounidense. Por ende, los funcionarios de Estados Unidos deben presionar a Israel para que desista de una guerra contra Hamás que castiga colectivamente a civiles.

El debate sobre seguridad en Estados Unidos sigue ocupando un lugar preminente en Foreign Affairs. Para Fareed Zakaria, las políticas económicas de Washington resultan cada vez más defensivas y están diseñadas para proteger a un país que supuestamente ha salido perdiendo en las últimas décadas. Una gran estrategia estadounidense basada en suposiciones erróneas llevará al país y al mundo por mal camino. Indicador tras indicador muestran que Estados Unidos ocupa una posición dominante sobre sus principales competidores y rivales, pero el panorama internacional que enfrenta ha cambiado enormemente. El desafío más preocupante al orden internacional reglamentado no proviene de China, Irán o Rusia, sino de Estados Unidos. Si lo consume una aprensión exagerada por su propio declive y se retira de su papel de liderazgo en los asuntos internacionales, abrirá vacíos de poder en todo el mundo y alentará a distintas potencias y actores a tratar de aprovechar el desconcierto. Estados Unidos tiene muchos problemas, pero dispone de los recursos para resolverlos con mucha más facilidad que la mayoría de los demás países. Y a pesar de todas sus dificultades internas, sigue gozando de una capacidad y una posición únicas para desempeñar el papel protagónico en el sostenimiento de este sistema internacional.

Para Henry Farrell y Abraham Newman, en la última década la economía y la seguridad nacionales han colisionado y, con ello, han trastornado al gobierno. La definición de seguridad abarca más que cuestiones relacionadas con la guerra y el terrorismo, ya que problemas económicos y medioambientales antes ignorados se han convertido en el “centro mismo” de la estrategia de seguridad nacional oficial de Estados Unidos. Japón y la Unión Europea han conservado un mayor control sobre los mercados en aras de la seguridad económica, y Estados Unidos puede aprender de ellos. Solo un Estado de seguridad económica considerablemente reformado será adecuado para un mundo muy interdependiente y lleno de riesgos para la seguridad.

Completan la sección Mundo los artículos sobre economía mundial de Branko Milanovic y Anthea Roberts. Milanovic plantea una paradoja de la desigualdad: la desigualdad aumenta siempre que el enfoque se detenga en cada país, pero si se amplía la imagen el panorama es muy diferente. Los no occidentales, cuyos salarios están creciendo, van a desplazar a las clases pobres y medias occidentales. Por su parte, Roberts se detiene en el debate sobre globalización o desglobalización, interdependencia o desvinculación, y piensa que el problema debe plantearse dentro de un marco amplio de resiliencia sistémica. Para lograrla, los gobiernos y las empresas deben encontrar un equilibrio entre riesgos y beneficios. En las propuestas de desvinculación, los casos más difíciles son aquellos en los que tanto los riesgos como los beneficios de la interdependencia económica son grandes. Aquí, poner atención a la resiliencia sistémica es particularmente útil. Cuando grandes riesgos prometen grandes ganancias, los países deberían seguir una regla simple: correr un riesgo solo si el sistema tiene la resiliencia necesaria para asimilar, adaptarse o transformarse si el riesgo se materializa.

En cuanto a la relación de Estados Unidos con Turquía, Henri J. Barkey explica por qué Washington debe tener una estrategia distinta frente al improvisador Recep Tayyip Erdogan. La campaña de Erdogan para bloquear el acceso de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte era en parte represalia contra Washington porque castigó a Ankara por comprar a Rusia un sistema de defensa aérea. Esta disputa de 5 años se ha vuelto uno de los conflictos más graves en la historia de la relación entre Estados Unidos y Turquía, ha exacerbado la desconfianza y ha provocado recriminaciones. Pero Turquía, gracias a su importancia geopolítica y militar y a su potencial económico, es un aliado invaluable. Estados Unidos debe responder a las bravatas imprevisibles de Erdogan con congruencia y firmeza, la falsa pretensión de normalidad no es el camino hacia una relación ordinaria de confianza con un aliado indispensable.

Los límites de espacio y la gestión de los tiempos no nos permiten abordar más temas relevantes y preocupantes sobre la situación de los países de América Latina y el Caribe: la dramática crisis humanitaria y política en Haití, los países que democráticamente eligen presidentes con propuestas autocráticas, los autócratas consolidados, la corrupción, el auge del crimen organizado y la falta de crecimiento económico, que es al mismo tiempo causa y efecto de todo lo anterior. Seguiremos con ello en el próximo número.

JORDI BACARIA COLOM es Director de Foreign Affairs Latinoamérica. Sígalo en Twitter en @bacaria_jordi.

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