Nuevo capítulo en la relación Estados Unidos-México

11 septiembre, 2023 • Artículos, Norteamérica, PJ Comexi, Portada • Vistas: 1711

Retos y oportunidades

logo fal N eneManolo Préstamo

Septiembre 2023 

Una colaboración del Programa de Jóvenes del Comexi

Durante los últimos 6 años, la relación bilateral ha mostrado una gran resiliencia, sobre todo luego de sobrevivir a los golpeteos políticos por parte del expresidente Donald Trump. Ha sabido adaptarse a la incertidumbre y a las dificultades que trajo por la pandemia; supo hacer frente a las olas populistas de extrema derecha que han derogado a democracias occidentales durante la última década, y ha impulsado una ofensiva del Partido Republicano incitando actos de xenofobia contra nuestras comunidades migrantes, opacando la percepción de la importancia de nuestra cooperación, así como de alentar políticas que violentan la soberanía mexicana y los tratados internacionales, lo que agrieta 200 años de relaciones diplomáticas.

Es en este contexto en el que se da la llegada de Alicia Bárcena a la Cancillería mexicana. Sin duda, es una diplomática con vasta experiencia en foros multilaterales, pragmática, que prepondera la cooperación internacional y las políticas hemisféricas. Además, tiene una visión regional que le permitirá escuchar a cada una de las voces del continente. Su nombramiento refuerza a la Secretaria de Relaciones Exteriores, acentuando la responsabilidad histórica de México en el sistema internacional, así como nuestro papel activo en Norteamérica, al marcar una nueva etapa de entendimiento, cooperación y desarrollo en las relaciones con Estados Unidos.

Comercio

Estados Unidos y México viven un momento histórico en materia de cooperación económica, en el que no solo se ha alcanzado posicionar a ambos países como principales socios económicos, sino que también se ha cimentado el camino para consolidar el proyecto de integración económica en Norteamérica. El caso más representativo de este momento debe ser la apuesta conjunta por el proyecto de deslocalización cercana (nearshoring), en el que, de acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, México es el país que mayoritariamente se puede beneficiar de esta política en todo Latinoamérica, al atraer ganancias potenciales en exportaciones adicionales de bienes, en el corto y mediano plazo, que oscilarían los 35,278 millones de dólares.

El camino de México debe centrarse hacia el desarrollo de las industrias de semiconductores, dispositivos médicos y de electromovilidad. Debido al contexto internacional, estas industrias se han visto profundamente afectadas, y buscan reubicar en Norteamérica sus cadenas de suministro. Sin duda, es un proyecto regional que únicamente podrá alcanzarse por medio de una política exterior centrada en servir como catalizador para crear políticas públicas que busquen eliminar las desigualdades y generen bienestar en la región. Siguiendo esta línea, México debe consolidar un fuerte compromiso con el Estado de derecho, atraer inversión para proyectos de infraestructura, recursos energéticos e hidráulicos, fortalecer la independencia de nuestras instituciones, asegurar los derechos humanos de millones de trabajadores en ambos lados de la frontera y, sobre todo, continuar apostando por una política exterior con un papel activo en Norteamérica y una relación prospera con Estados Unidos.

Migración

La gran tarea pendiente de nuestra relación bilateral sigue siendo el manejo de la política migratoria en la región. Tanto México como Estados Unidos han apostado conjuntamente por políticas punitivas que criminalizan la migración, niegan sistemáticamente derechos humanos y violentan tratados internacionales de carácter constitucional. El discurso que predomina hoy en los altos niveles gubernamentales es el de la contención y la militarización de las fronteras, el cual invisibiliza las necesidades que conllevan los procesos migratorios, como la ayuda humanitaria, el restablecimiento de derechos, la seguridad humana, la atención médica, la asesoría legal, el acceso a albergues, servicios e instituciones financieras, así como la educación y la integración a la fuerza laboral del país de acogida.

Invertir en personas en condición de movilidad humana es invertir en capital social que retornará en sociedades con mayor bienestar, prosperidad y paz.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, hay alrededor de 108.4 millones de personas desplazadas en el mundo, así como 62.5 millones de desplazados internos debido a conflictos y violencia. México no se encuentra ausente de este panorama, pues en 2022 se posicionó como el quinto país a nivel mundial con mayor número de recepción de solicitudes de asilo, pasando de 2137 solicitudes en 2014 a recibir un total de 118 756 en 2022, un incremento promedio anual de 86%. Claramente, esto detonó que México se encuentra viviendo un proceso de transformación, pues pasó de ser únicamente un país emisor de migrantes a convertirse en uno de tránsito y destino.

El gobierno mexicano necesita reformar su actual política migratoria y comenzar a capacitar sus instituciones y funcionarios públicos para crear políticas públicas transversales que den respuesta a las olas de migrantes que continuarán percibiendo en sus fronteras en el corto, mediano y largo plazo. Invertir en personas en condición de movilidad humana es invertir en capital social que retornará en sociedades con mayor bienestar, prosperidad y paz.

Seguridad transfronteriza

México debe entender que cuenta con una particularidad compleja a la hora de pensar en estrategias para resolver temas de movilidad humana. En la actualidad, el país se ve continuamente inmerso en una presión tripartita que exige ser abordada como un problema regional, atendido por acciones hemisféricas que combatan las causas de raíz, y no primordialmente por controles migratorios más estrictos.

Desplazamiento interno

En México hay un total de 386 000 personas desplazadas internas, sin considerar las casi 110 000 personas desaparecidas. Únicamente en 2021, se registraron 29 000 personas desplazadas, un aumento preocupante comparándolo con las 8664 en 2019 y las 9741 en 2020. Estas cifras evidencian la latente crisis de seguridad en la que se encuentra sumergido el país, donde programas como Quédate en México, Título 42 y Título 8, únicamente auspician la crisis de seguridad en nuestras fronteras. Cuando todo tu territorio está en llamas, la misma dinámica de violencia permea tu política migratoria, lo que resulta en el incremento de la vulnerabilidad de las personas en condición de movilidad, tránsito y asilo en el país, y pone de nuevo su vida en riesgo mientras más tiempo permanezcan en nuestro territorio.

Sur a Norte

A pesar de que Chiapas y Tabasco concentran 75.2% del total de las solicitudes de asilo a nivel nacional, las instituciones encargadas del manejo de la migración en el país no se encuentran capacitadas para manejar estos desafíos. De acuerdo con el gobierno panameño, los cruces por el Tapón del Darien se han disparado a partir del anuncio del fin del Título 42, contabilizando más de 200 000 cruces en la primera mitad de 2023, en comparación con los menos de 50 000 durante el mismo periodo en 2022.

La escasez de recursos es un factor determinante en la frontera sur. El presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados no se ha reforzado de acuerdo con el incremento en la presencia de migrantes en la región: partió de 30.3 millones de pesos en 2013 a 48.3 millones en 2023, un incremento insuficiente si se considera la existencia de una reducción de 14% en 2021, así como las recomendaciones de duplicar el presupuesto por parte de su titular, y el incremento sostenido de personas que ingresan a nuestro país año tras año.

Norte a Sur

Entre 2021 y 2022 se contabilizaron más de 14 000 eventos violentos contra personas expulsadas de manera exprés a territorio mexicano, los cuales incluyen secuestros, violaciones, extorsiones, tráfico de personas, robos, entre otros. Hoy, a pesar del término del Título 42, con voces del Partido Republicano y del mismo gobierno de Joseph R. Biden que lucha para mantenerlo, la medida sigue funcionando de facto en la frontera norte, lo que ha generado un gran desorden por la falta de claridad en la cambiante legislación del gobierno estadounidense. Además, esto ha auspiciado el tráfico ilícito de migrantes a manos del crimen organizado, así como la proliferación de tragedias en territorio mexicano, como la ocurrida en la estación migratoria de Ciudad Juárez, en marzo de 2023, que dejó a cuarenta personas sin vida.

A esta última presión habrá que sumarle los ataques continuos por parte de gobernadores republicanos en la frontera. La reciente construcción de bayas y terraplenes por parte del gobierno texano de Greg Abbot a lo largo del río Bravo, constituyen una amenaza directa a la soberanía mexicana, a los tratados internacionales de manejo compartido y responsable de aguas de 1944 y a los de 1970. Estas acciones forman parte de una ofensiva directa contra la cooperación, el entendimiento y la amistad entre ambos países. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por medio de la Cancillería liderada por la secretaria Bárcena, debe mantenerse firme ante estos sucesos. Bajo ningún escenario México debe aceptar construcciones ilegales de ninguna índole en la frontera, y debe exigir hasta en la última instancia la derogación de estas políticas que arremeten contra la cooperación y el entendimiento de nuestra relación bilateral.

Conclusión

Los tiempos actuales en la región demandan diplomáticos capaces, servidores públicos expertos en la materia, que entiendan la complejidad y la importancia de nuestra cooperación. ¿Hay desafíos complejos y roces entre ambos países? Por supuesto, la misma naturaleza de nuestra relación lo propicia. Sin embargo, va mucho más allá de gobiernos, pues involucra a 39.6 millones de mexicanos en Estados Unidos, así como 13.6 millones de habitantes en diez comunidades transfronterizas. Desestimar una relación intermestica como la nuestra por desafíos puntuales, es no entender nuestros lazos históricos y futuro conjunto. La llegada de Bárcena a la Cancillería mexicana es una señal positiva que marca el camino para construir consensos, atender las tareas pendientes que afectan nuestra relación y, sobre todo, capitalizar las oportunidades que presenta la coyuntura internacional, buscando consolidar a Norteamérica como la región más prospera del mundo.

MANOLO PRÉSTAMO es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Es especialista en la relación bilateral México-Estados Unidos por la Universidad de California San Diego (UCSD). Es investigador y consultor migratorio, así como analista político para medios nacionales e internacionales. Sígalo en Twitter en @ManoloPrestamo.

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