La doctrina de conflicto y la guerra irregular estadounidense

4 septiembre, 2023 • Artículos, Asuntos globales, Europa, Latinoamérica, Norteamérica, Portada • Vistas: 1682

Aportes para el análisis de la competencia estratégica en la región

DVIDS

logo fal N eneCarlos Alberto Barrera Franco y Manuel Abdullah Carranza Vázquez

Septiembre 2023

La guerra irregular es una lucha entre actores estatales y no estatales para influir en las poblaciones y afectar la legitimidad. [Esta] favorece enfoques indirectos y asimétricos, aunque puede emplear todo el espectro de capacidades militares u otras [capacidades], con el fin de erosionar el poder, la influencia y la voluntad de un adversario.

Anexo de Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos 2018 

Antes considerada como una parte mínima dentro de la doctrina de algunos países, la doctrina de guerra irregular es, en realidad, la forma de guerra más antigua del mundo. En los últimos años, Estados Unidos han sido uno de los mayores contribuyentes en este rubro, a pesar de que contrasta fuertemente con el “American way of war” (empleo de capacidades masivas). Son ellos también quienes cuentan de momento con los modelos más avanzados, sin embargo, en realidad, gran parte de la experiencia de donde se ha nutrido viene de países en desarrollo donde las fuerzas locales pelean este tipo de conflictos, incluso sin ser conscientes de ello en sentido estrictamente doctrinario. A pesar de que las tácticas irregulares o asimétricas son ampliamente utilizadas por actores estatales y no estatales de forma rutinaria, por su naturaleza, ser definidas en políticas y doctrinas comúnmente generan aversión en las sociedades democráticas. El no definirlas como tal, además de ser teóricamente confuso para el personal que opera en diferentes latitudes del espectro entre la guerra tradicional y la irregular, provoca dificultades adicionales para implementarla.

Mientras que los bloques regionales, como la recién creada Alianza entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS), o bien, la Organización del Tratado del Atlántico Norte con su nuevo concepto estratégico de defensa colectiva basada en un enfoque de 360 grados, manifiestan la intención de redireccionar recursos a la competencia estratégica, que por más de 2 décadas han sido empleados en materia contraterrorismo, paradójicamente, en el foco de la invasión de Rusia a Ucrania, la utilización de actores subsidiarios de perfil no estatal como mercenarios, legionarios y grupos radicales son, y han sido, algunos de los principales personajes en el conflicto. De forma análoga, en el otro frente de competencia estratégica entre China y Estados Unidos, los expertos consideran que si Beijing invade Taipéi para hacerse de su territorio y su sólida base industrial,  presenciaremos mayoritariamente combates urbanos y de naturaleza no convencional.

Un estudio realizado en 2006 por Charles Shaver, por encargo del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, hablaba de la misma doctrina de guerra irregular estadounidense sin penetración a todos los niveles de gobierno, con definiciones diversas y con herramientas o actividades que no median de forma adecuada el costo-oportunidad ni el impacto que tenían sobre el terreno. Mucho se ha recorrido desde esos tiempos.

Figura 1: Diferencias en los campos de acción prioritarios en la guerra convencional y la guerra irregular

Fuente: Departamento de Defensa de Estados Unidos, “Irregular Warfare-Joint Operating Concept”, DOD, 11 de septiembre de 2007, Disponible en: https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/concepts/joc_iw_v1.pdf

Contexto internacional y regional mediante la competencia estrategia estadounidense

El 2022 Annual Threat Assessment de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos identifica que la región latinoamericana se caracterizará, en el corto y mediano plazos, por volatilidad e incertidumbre en diversos ámbitos. Esta situación representará un obstáculo para que diversos Estados logren mejorar las condiciones de vida de su población; lidiar con flujos ilícitos derivados del contrabando, la evasión y la elusión de impuestos, la corrupción, el narcotráfico o la trata de personas; contrarrestar el cambio climático o mitigar sus afectaciones, y protegerse de influencias externas en materia político-ideológica.

Con base en el mismo estudio, se identifica la forma en la que la pandemia de covid-19 incidió en las condiciones del entorno de seguridad nacional y regional, particularmente al intensificar los niveles de descontento social, deteriorar las condiciones socioeconómicas, generar escenarios proclives para el surgimiento de protestas contra el gobierno, así como al elevar los niveles de flujos migratorios.

Por si fuera poco, la rivalidad entre China y Estados Unidos y, en menor medida, entre el segundo y Rusia e Irán, están fortaleciendo estos fenómenos. Es decir, a razón de las aspiraciones expansionistas de los últimos, las cuales pueden ser regionales o mundiales, han incrementado el uso de las fuerzas subsidiarias para acaparar recursos estratégicos y desplegar influencia territorial o para sortear sanciones internacionales.

Particularmente en Latinoamérica esto no solamente ha sucedido con actores extrarregionales, sino con Estados de la región que hacen de intermediarios. Un caso notable es el del gobierno de Cuba, el cual no solo ha recibido asistencia de poderes extrarregionales, sino que ha implementado operaciones para financiar facciones marxistas fuera de su territorio. Una situación análoga se identifica en Venezuela, la cual también es cercana a Rusia y ha consolidado su cooperación en los últimos años. En el marco del conflicto colombiano, las divergencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia colaboraron directamente con el gobierno venezolano.

A pesar de que las tácticas irregulares o asimétricas son ampliamente utilizadas por actores estatales y no estatales de forma rutinaria, por su naturaleza, ser definidas en políticas y doctrinas comúnmente generan aversión en las sociedades democráticas.

Cabe señalar que la información sobre otros actores islamistas y sus incidencias en la región latinoamericana es escasa y ha sido profundamente dejado de lado por los gobiernos. No obstante, hay claros indicios de que actores subsidiarios salafistas-yihadistas han llevado a cabo operaciones de gran calado para obtener condiciones políticas ventajosas o directamente atacar comunidades judías e infraestructura israelí en la región.

Por otra parte, estudios recientes ponen sobre la mesa la tesis de que los Estados autoritarios utilizan el crimen organizado o los mercados ilícitos para ganar ventajas en sus respectivas competencias estratégicas. Entre ellas, incluso se encuentran la utilización de actores criminales para modificar las acciones en operaciones de paz.

Reconceptualizar el contexto de seguridad

Se observa que las políticas orientadas a atender problemas multidimensionales en Latinoamérica no han tenido efectividad, en gran medida por la limitada movilización política necesaria para generar cambios estructurales y duraderos. En la región, ya algunos autores en 2020 hablaban de la necesidad de generar capacidades militares híbridas, dando por sentado la inclusión de cuerpos o las capacidades irregulares, o bien, de las incidencias de estas amenazas en la conducción militar a nivel operacional-táctico.

Un poco antes, en 2015 y 2016, otros académicos teorizaron sobre las fuerzas navales y las aéreas a utilizar, respectivamente, en caso de verse involucrados en un conflicto de estas características. Aunque estos aportes se identifican como una base sólida de donde se puede partir para generar respuestas adecuadas a las amenazas actuales en la región, no se llegó a hablar de una verdadera doctrina de guerra irregular, sino de Zonas grises o amenazas hibridas, en el sentido de una hibridación de la paz y la guerra. Por el contrario, la doctrina de guerra irregular tiene una sutil diferencia, pero que es clave para entender los conflictos y las amenazas irregulares en su totalidad.

Esta doctrina parte de la teoría de guerra política desarrollada primordialmente durante la Guerra Fría y cristalizada por la política de contención de George F. Kennan en 1948, la cual fue definida como “el uso de todos los medios disponibles de un país, sin llegar a la guerra, para alcanzar los objetivos nacionales”. Aunque la terminología ha variado en precisión, podríamos definirla como “el uso intencional de medios de poder (diplomático, informático, militar, económico, financiero, policial e inteligencia) para afectar la composición política o la toma de decisiones dentro de un Estado. Este modelo no solo deja de lado la hibridación de la paz y la guerra, sino que crea una continuidad entre guerra convencional y guerra irregular.

Figura 2: El concepto de guerra híbrida

Fuente: Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO), “Hybrid Warfare-GAO-10-1036R”, GAO, 10 de septiembre de 2020. Disponible en: https://www.gao.gov/products/gao-10-1036r.

Esto es, pasar de lo pasivo a una proactividad sostenida que incorpora respuestas a conflictos internos y, también, dar pauta para un análisis comprensivo del terrorismo, las insurgencias y el crimen organizado de una forma más integral. Al establecer la posibilidad de implementación de la doctrina de conflicto y guerra irregular estadounidense, además, se tiene mayor claridad sobre la manera de enfrentar estos fenómenos de una manera más efectiva.

Partiendo de este concepto, es indispensable el valorar las incidencias de este modelo especifico, y al mismo tiempo, la posible reconfiguración de las relaciones en el sistema Interamericano al buscar su implementación. Puesto que la pugna por la defensa de intereses diversos y la cooptación vía dependencias estructurales serán cada vez más relevantes en el contexto geopolítico contemporáneo.  Una vez más, la región está dentro del tablero mundial, y para bien o para mal, le toca tirar los dados.

CARLOS ALBERTO BARRERA FRANCO es profesor e investigador en el Instituto Mexicano de Estudios Estratégicos para la Seguridad y la Defensa Nacionales. Es doctor en Estudios de la Guerra por la Universidad de Glasgow, Escocia. MANUEL ABDULLAH CARRANZA VÁZQUEZ es investigador en temas de Seguridad y Defensa en diversas instituciones.  Las opiniones de los autores son personales.

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One Response to La doctrina de conflicto y la guerra irregular estadounidense

  1. Ali sierna dice:

    Es primordial resaltar que en todo esta complejidad descrita de Doctrina Ofensiva u ——-Defensiva el aspecto concerniente a la Guerra Psicológica ,la guerra cultural ,propaganda y estudios sistemáticos demográficos ,geográficos ,territoriales ,sociológicos ,antropológicos ,incluso religiosos forma parte de la arquitectura teórica y operativa en aras de la estrategia general trazada para lograr la dominación y hegemonía sobre cualquier adversario u neutral sin importar su naturaleza, donde igualmente se profundiza en la capacidad de los recursos naturales con la que cuanta el Adversario.

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