¿Última parada para el dólar como reserva internacional hegemónica?

27 noviembre, 2023 • AMEI, Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 5427

BCC

logo fal N eneFrancisco García Benavides y Carmelo Cattafi

Noviembre 2023

Una colaboración de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales

En febrero de 1965, en un discurso sobre la crisis del dólar, el expresidente francés Charles de Gaulle cuestionó que considerar al dólar tan bueno como el oro generaba que los estadounidenses pudieran endeudarse de forma gratuita al costo de otros países. Su Ministro de Economía y Finanzas, Valéry Giscard d’Estaing, conceptualizó este fenómeno en el mismo año denunciando el “privilegio exorbitante” que poseía Estados Unidos.

Desde la firma de los Acuerdos de Bretton Woods en 1944, que instauraron la arquitectura económica mundial después de la Segunda Guerra Mundial, el dólar se convirtió en la moneda de reserva internacional. Desde entonces es un símbolo de estabilidad y de seguridad. Por lo tanto, las decisiones monetarias, financieras y fiscales tomadas en Washington tienen repercusión y eco en todo el mundo.

Actualmente hay una amplía discusión entre economistas y formuladores de políticas públicas sobre la probabilidad de que el dólar pierda su posición hegemónica. Estas especulaciones surgieron a partir de la internacionalización del euro, el auge económico de China, la crisis financiera de 2008, los crónicos déficits de cuenta corriente de Estados Unidos y su relativo “declive” geopolítico. Pero, ¿realmente está en peligro la supremacía del dólar frente al resto de las divisas? ¿Hay una alternativa viable que lo pueda remplazar?

El dólar como reserva frente al mundo

Es indudable que hay amenazas contra la supremacía del dólar. Muchos países están buscando derrocarlo. De entrada, los países BRICS (antes de su recién ampliación, conformados por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) habían manifestado la intención de crear una moneda alterna al dólar para sus transacciones.

Igualmente, China lleva varios años impulsando al yuan para que sustituya al dólar, a la par de que su comercio y los préstamos que efectúa en el mundo por su programa económico y geopolítico, la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda, han incrementado su uso. De hecho, en abril de 2023, Brasil y China acordaron que las transacciones comerciales se efectúen en las monedas de cada país.

Con todo y que la participación del yuan se ha incrementado en el mercado de financiamiento comercial, en realidad esto ha sido impulsado por el creciente comercio con Rusia, que se vio obligado a buscar esta alternativa por las sanciones económicas impuestas por Occidente como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania. Ante esto, la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, reconoció recientemente que estas sanciones económicas pueden perjudicar el estatus del dólar.

De igual manera, Francia, que históricamente ha criticado el “privilegio exorbitante” del dólar a la par de ser uno de los principales aliados de Estados Unidos, realizó en 2023 su primera venta de gas natural licuado en yuanes. La visión del presidente Emmanuel Macron es contundente: los países europeos deben reducir la dependencia sobre la “extraterritorialidad del dólar”.

Sin embargo, para poder contar con la moneda de reserva internacional hay diversas características que deben ser cumplidas. Para empezar, es indispensable contar con un mercado de deuda profundo y líquido para que los bancos centrales extranjeros la consideren segura, así como debe ser libremente convertible para que los recursos estén ahí cuando se requieran. Otra condición es que no haya controles de capital y reine la estabilidad política, el Estado de derecho y la solidez institucional.

Es indudable que hay amenazas contra la supremacía del dólar. Muchos países están buscando derrocarlo.

A pesar de todos los cambios y las turbulencias que ha experimentado el mundo en los últimos años, el dólar permanece como la única divisa que cumple con todos estos requisitos. Es la economía más grande del mundo y su sistema financiero cuenta con una gran liquidez y profundidad, lo que hace que la mayor parte de los bancos centrales tengan sus reservas en dólares. Esto no se pudiera sin la credibilidad ni la solidez institucional tanto del gobierno federal como de la Reserva Federal.

Los datos del Fondo Monetario Internacional muestran que el dólar representa 60% de las reservas mundiales, lo que significa una disminución de 7% respecto de hace 20 años. Sigue siendo la moneda más utilizada en el comercio internacional y representa más de 25% del financiamiento mundial, esto sin dejar de lado que domina los mercados de divisas y de deuda.

Naturalmente, la gran demanda de dólares le otorga ventajas a los estadunidenses, como poder financiar un déficit de cuenta corriente, lo que les permite pedir prestado a muy bajo costo, además del señoreaje y el prestigio internacional.

Alternativas al dólar

Al examinar a las potenciales alternativas del dólar, es fácil percatarse de las limitaciones estructurales tanto para el yuan como para el euro, que obstaculizan su capacidad para destronar al dólar. Esas dos divisas son las que más podrían competir, por la fortaleza de sus economías que las respaldan. Por lo mismo, se dejan de lado al yuan y a la libra esterlina, no obstante su uso como reserva represente respectivamente un porcentaje que se acerca a 6% y a 5%.

Volviendo al yuan, esta “moneda del pueblo” representa solo 3% de las reservas mundiales. Aunque la principal dificultad es que el gobierno chino tiene controles sobre la tasa de tipo de cambio y los flujos de capital, lo que imposibilita a los extranjeros de acceder a ese mercado.  Además, la falta de transparencia, así como las políticas del Partido Comunista de China con su injerencia en la economía, son factores que también lo perjudican. No obstante, el sistema financiero sigue subdesarrollado, ya que el acceso al crédito está concentrado en las manos de las empresas más grandes.

De modo similar, el euro tiene un uso limitado fuera de la Unión Europea. Una de las limitaciones que enfrenta es que no hay una unión fiscal en la zona, lo que genera rendimientos económicos divergentes. Este es un problema que quedó reflejado en la crisis de deuda en la eurozona de hace más de una década, en la que países como España, Grecia, Irlanda y Portugal se enfrentaron a una crisis en su balanza de pagos. Esto sigue afectando la confianza en la moneda, aunque su papel como reserva sigue oscilando en alrededor de 20% a nivel mundial. Además, hay una falta de profundidad en los mercados de bonos, ya que están fragmentados y son menos líquidos, lo que hace que tengan una curva de rendimiento heterogénea.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en una visita a China en abril de 2023, comentó que todas las noches se pregunta por qué los países deben de basar su comercio en el dólar. Todo apunta a que Lula seguirá con insomnio, ya que en la actualidad no hay alternativas viables, al menos en el corto y el mediano plazo, que desplacen al dólar.

Los rumores de la caída del dólar más bien parecen tener una lógica política y retórica. Estados Unidos seguirá gozando del privilegio exorbitante de tener al dólar como moneda de reserva hegemónica, siempre y cuando no decida autosabotearse.

FRANCISCO GARCÍA BENAVIDES es profesor en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Sígalo en X (antes Twitter) en @Paco_Benavides. CARMELO CATTAFI es profesor asociado en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del ITESM, Campus Monterrey. Sígalo en X en @carmelocattafi.

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