Norteamérica: 30 años de “libre comercio”

19 marzo, 2024 • Artículos, FEG Anáhuac, Norteamérica, Portada • Vistas: 613

Publimetro México

logo fal N eneAlina Gamboa Combs

Marzo 2024

Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor hace 30 años, el 1 de enero de 1994 (después de 2 años de su firma). Los principales objetivos se centraban en promover el crecimiento económico y la integración entre Canadá, Estados Unidos y México. Decir “tratado de libre comercio” es más un término ambicioso que una realidad, ya que nos podríamos imaginar que todo el contenido que se requiere para dicho Tratado es que simplemente diga “el comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, desde ahora es completamente libre”. Entonces, si realmente no estamos contemplando un intercambio comercial libre y sin barreras entre los países miembros, ¿qué es?

Objetivos y retos del TLCAN

Al momento de negociar el TLCAN, los países se centraron en los siguientes objetivos: 1) facilitar el movimiento transfronterizo de bienes y servicios por medio de la reducción de aranceles y barreras no arancelarias, mediante el establecimiento de un periodo de 15 años para reducir estas barreras de forma paulatina; 2) formalizar reglas comerciales para regular el comercio entre los países miembros, al asegurar una competencia leal dentro del área de libre comercio. Junto con estas reglas, también buscaron establecer un mecanismo de solución de controversias; 3) garantizar que se aplicaran las leyes laborales y se protegieran los derechos de los trabajadores por medio de disposiciones que se incluyen en el TLCAN; 4) crear un mercado seguro para los bienes y servicios de Norteamérica, al promover la actividad económica e impulsando el comercio dentro de la región, y 5) aumentar las oportunidades de inversión, proteger los derechos de propiedad intelectual y fomentar la cooperación ente los países miembros.

Desde un inicio, el TLCAN tuvo muchas críticas. En Estados Unidos temían que los trabajadores mexicanos, que ganaban salarios más bajos (en promedio) ejercerían presión a la baja sobre los salarios en varios sectores. Asimismo, criticaron que el acuerdo carecía de protecciones estrictas para los trabajadores y el medio ambiente, y que se perdió la oportunidad de promover agendas a favor de estos durante las negociaciones. Temían que las empresas manufactureras trasladarían su producción a México, ya que la desigualdad salarial les ayudaría a bajar costos. En México, el temor era que los pequeños agricultores no podrían competir con las empresas agrícolas más grandes. También temían que la entrada de productos a México eliminaría a las empresas mexicanas que no podrían competir en calidad y precio. Para Canadá, lo más importante era mantener la relación con Estados Unidos, con quien ya tenía un tratado de libre comercio desde 1988. Algunos sectores canadienses temían perder mercado ante su vecino, al igual que perder parte de su identidad.

Tanto en Estados Unidos como en Canadá, cuando se referían a Norteamérica, se daba a entender que hablaban de Estados Unidos y de Canadá, ya que México se consideraba como parte de Latinoamérica. Estas críticas arrojan luz sobre los desafíos y las consecuencias negativas con el TLCAN, particularmente en lo que respecta a su impacto en los pequeños agricultores, los niveles salariales, los estándares ambientales y la pérdida de empleos en ciertos sectores dentro de los países participantes.

Logros y dificultades del TLCAN

Entonces, ¿qué logró el TLCAN? Durante sus primeros 22 años de vigencia (entre 1993 y 2015), el comercio regional aumentó 258% nominal (125% ajustado por inflación). El TLCAN condujo a un rápido crecimiento de las oportunidades de empleo y de las inversiones extranjeras directas en las tres economías. Asimismo, logró el crecimiento del PIB de las tres economías y creó un entorno favorable para que las empresas expandieran sus operaciones. Este crecimiento llevó a un aumento de oportunidades de empleo e inversión transfronteriza dentro de la región. Fue un parteaguas al impulsar una integración económica entre economías desarrolladas (Canadá y Estados Unidos) y México, una economía en desarrollo. Aunque no se consideraron suficientes, el TLCAN fue pionero en la incorporación de disposiciones laborales y ambientales en los acuerdos comerciales, sentando un precedente para que los posteriores tratados de libre comercio incluyeran salvaguardas integrales.

Transición al T-MEC

El 16 de agosto de 2017, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró su intención de renegociar el TLCAN. Durante su campaña presidencial, había dicho que eliminaría el Tratado; sin embargo, como el ámbito comercial le compete al Congreso (al igual que la ratificación o la eliminación de los tratados comérciales) debía convencer a los congresistas antes de iniciar cualquier cambio. Poco después iniciaron las negociaciones con el objetivo de modernizar el acuerdo comercial y garantizar que reflejara los intereses económicos de Norteamérica. La prioridad era que la región fuera más competitiva para enfrentar la supremacía comercial china.

El proceso de renegociación enfrentó desafíos y tensiones, logrando poco avance en los primeros meses. Sin embargo, a finales de agosto de 2018, Estados Unidos y México alcanzaron un nuevo acuerdo comercial que mantuvo mucho del TLCAN; no obstante, con algunos cambios significativos. Bajo presión, Canadá también aprobó el acuerdo el 30 de septiembre de 2018. El nuevo acuerdo fue bautizado como Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC en México, USMCA en EUA y CUSMA en Canadá) y entró en vigor el 1 de julio de 2020.

A 30 años de comenzar este viaje, no se han logrado todos los objetivos planteados, pero si los tres continúan trabajando en conjunto y fortaleciendo sus propias economías, posiblemente en los próximos 30 años veremos algo que se asemeje más a la visión de una Norteamérica más justa, próspera y competitiva.

Aún después de la firma, ha habido cambios y discusiones con respecto al acuerdo, particularmente durante el gobierno del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Como parte de estos cambios, se incluyó una cláusula de revisión conjunta (la primera programada para 2026), al igual que los cambios en las leyes laborales de México, discusiones sobre el sector energético y actualizaciones a las disposiciones para el comercio en la economía digital.

Logros y desafíos del T-MEC

El T-MEC introdujo cambios significativos en comparación con el TLCAN. Implementó reglas actualizadas para el sector automotriz, disposiciones laborales que requieren que un porcentaje de las autopartes sean fabricadas por trabajadores que ganan un determinado salario y nuevas reglas de origen. Incluyó nuevas disposiciones sobre la protección de la propiedad intelectual, el comercio digital y los estándares ambientales. Asimismo, fortaleció los mecanismos de aplicación de las disposiciones laborales, con lo que se obtuvo el apoyo de los sindicatos estadounidenses. En 2022, el comercio total entre Canadá, Estados Unidos y México alcanzó un récord de 1.78 billones de dólares, lo que contribuye al crecimiento de la economía regional, beneficiando a trabajadores, agricultores, ganaderos y empresas en los tres países.

Sin embargo, siguen algunas tensiones entre los países miembros. Por ejemplo, el 25 de mayo de 2021, Estados Unidos presentó una disputa contra Canadá alegando que, al asignar contingentes arancelarios a los productos lácteos estadounidenses, Canadá caía en una práctica inconsistente con las provisiones del T-MEC. El 20 de diciembre, el panel de solución de controversias encontró que con esta asignación Canadá efectivamente violaba el acuerdo. En mayo de 2022, nuevamente Estados Unidos solicitó consultas con Canadá a los productos lácteos. En agosto de 2021, México pidió consultas para la interpretación y la aplicación de las reglas de origen en el sector automotriz. Estados Unidos y Canadá (que se unió en 2023 como tercero), pidieron un panel en contra de México por la prohibición del uso de maíz transgénico en productos alimenticios. Otros puntos de contención han sido los desacuerdos sobre las disposiciones laborales, con Estados Unidos amenazando con crear un panel para revisar las prácticas en México. Por otra parte, las políticas del sector energético (sobre todo en México) y las reglas para regular la economía digital también siguen siendo temas de discusión.

Conclusión

Los tratados comerciales como el TLCAN y su sucesor, el T-MEC, han sido instrumentos clave para intensificar la relación entre los tres países, aunque no son los únicos mecanismos de colaboración entre ellos. No obstante, las controversias y las críticas en cada uno de los países muestran que no hay una visión única para las relaciones económicas y comerciales de Norteamérica. Si bien, el comercio regional y el PIB de los países norteamericanos han aumentado, algunas expectativas no se han cumplido, sobre todo el que México llegue a converger económicamente con sus socios. El PIB per cápita de los socios sigue siendo muy disparejo, ya que, de acuerdo con el Banco Mundial, el PIB per cápita de México se encontraba en 11 496.5 dólares en 2022, comparado con 76 329.5 dólares de Estados Unidos y 55 522.4 dólares de Canadá el mismo año. Asimismo, la tasa de la incidencia de la pobreza sobre la base de 1.90 dólares por día representa 3.2% de la población mexicana, comparada con un 0.2% en Canadá y Estados Unidos (cifras de 2020). Igualmente, las tasas de crecimiento, inversión extranjera directa, inflación, desempleo y migración difieren mucho entre los tres.

Esto muestra que los tratados comerciales no son la solución a todos los problemas económicos que enfrenta un país o una región; son instrumentos para establecer reglas y, sobre todo, mecanismos de solución de controversias para poder navegar las aguas tormentosas de las relaciones comerciales. Sobre todo, falta encontrar mecanismos para que los frutos del comercio mejoren la calidad de vida para todos los habitantes de la región.

A 30 años de comenzar este viaje, no se han logrado todos los objetivos planteados, pero si los tres continúan trabajando en conjunto y fortaleciendo sus propias economías, posiblemente en los próximos 30 años veremos algo que se asemeje más a la visión de una Norteamérica más justa, próspera y competitiva.

ALINA GAMBOA COMBS es profesora e investigadora de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México. Es doctora en Política y maestra en Economía Política Internacional por la University of Warwick. Es autora de Regional Integration, Development and Governance in Mesoamerica (Palgrave Macmillan, 2020), y coautora del capítulo “Regional environmental efforts in Mesoamerica: Achievements and modes of cooperation” en Lessons from Regional Responses to Security, Health and Environmental Challenges in Latin America” (Vernon Press, 2024). Síganla en X en @AlinaGamboa10.

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