Hacia un nearshoring inclusivo en México

25 enero, 2023 • Artículos, Asuntos globales, Norteamérica, Portada • Vistas: 2249

Chief Executive

logo fal N eneSergio Silva Castañeda y Luis Godoy Rueda

Enero 2023

Para nadie es sorpresa que hay un proceso importante de transformación en la forma en la que opera la economía mundial. El conflicto comercial entre China y Estados Unidos fue el preámbulo de un proceso que se aceleró con la pandemia y que la guerra en Ucrania simplemente terminó por confirmar: en la nueva economía mundial, los flujos de mercancías ya no solo responderán a los costos de producción, sino que la confiabilidad en las cadenas de suministro tendrá un papel mucho más importante. Se acabó el tiempo del offshoring (buscar los proveedores más baratos estén donde estén) y se viene el tiempo del nearshoring (encontrar proveedores más cercanos y que ofrezcan más certidumbre a la cadena de valor) e incluso el friendshoring (promover encadenamientos productivos con países con quienes se comparten valores, proyecto y también geografía). ¿Cómo puede México beneficiarse de esto?

Nuestro país ya está aprovechando las oportunidades del nearshoring y esto se refleja en el incremento del comercio exterior en Norteamérica. Los beneficios del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en conjunto con la proximidad que tiene México con Estados Unidos, facilitan la incorporación al mercado de nuevos productos, favoreciendo el comercio entre ambos países.

Desde marzo de 2021 hemos visto tasas crecientes y a doble dígito en nuestro comercio exterior (exceptuando noviembre de 2021). Estas cifras récord en exportaciones e importaciones son un buen indicador de la consistente integración económica en Norteamérica, pero también esto sucede en términos de inversión extranjera directa. La reconfiguración de las cadenas globales está en marcha, y México lo está aprovechando.

El verdadero reto está en que los beneficios de este proceso que ya inició lleguen a todos.

Sin embargo, el tipo de nearshoring que conocemos cambiará rápidamente. Muchos analistas pensaban que los altos costos del transporte marítimo serían cruciales para la relocalización de las inversiones. Sin embargo, en los últimos meses, el precio ha caído dramáticamente, hasta llegar incluso a niveles prepandémicos. Los cambios en los precios de logística afectarán decisiones de inversión y, a pesar del conflicto comercial entre China y Estados Unidos, y la invasión de Ucrania, podremos ver una agilización de las cadenas globales de valor en el corto plazo que cambiarán las decisiones de las empresas. Pero lo determinante no es, por ejemplo, el costo del transporte, sino la incertidumbre asociada a esos costos. El éxito está en las certezas que México pueda ofrecer a productores de diferentes mercancías que hoy no se producen en el país. ¿Cuáles son estas certezas? Por mencionar algunas: la estabilidad política y macroeconómica, el T-MEC, la infraestructura logística y manufacturera, una red de proveedores locales confiable, y una fuerza laboral calificada. Esto hace que México sea hoy un puerto seguro para los inversionistas.

Que los beneficios sean para todos

Todo eso pinta bien, sin embargo, el verdadero reto está en que los beneficios de este proceso que ya inició lleguen a todos. La nueva configuración de la economía mundial debe ser una oportunidad para crecer, pero también para reducir las disparidades dentro del país. Si solo una franja del país se beneficia del comercio y de la inversión esta será otra oportunidad perdida; la clave está en diseñar políticas que favorezcan la inclusión de regiones, sectores y poblaciones en estas nuevas cadenas globales de valor. Para esto se requiere tener información actualizada y tan desagregada como sea posible que nos permita identificar oportunidades y promover la actividad económica en las regiones que no se beneficiaron del modelo anterior de globalización, para desarrollar sectores a partir de las habilidades y recursos que ya se han acumulado en el país, y para integrar a poblaciones que demandan mejores oportunidades laborales.

Una buena apuesta son las inversiones en el sur-sureste de México. El proyecto del Corredor Interoceánico es quizá el mejor reflejo de un megaproyecto que toma ventaja de la posición estratégica del istmo de Tehuantepec para competir en el mercado global de transporte de mercancías mediante el uso combinado de diversos medios de transporte. Este puede ser el proyecto insignia del nearshoring, y mejorar la posición comercial y logística de México al ofrecer una alternativa de conexión entre el Pacífico y el Atlántico, al mismo tiempo que ofrece directamente oportunidades de inversión para el sur-sureste mexicano.

En la misma lógica, los estados del sur-sureste tienen el potencial de integrarse a las cadenas de valor nacionales como proveedores de insumos que actualmente se importan. Para diversificar la economía nacional y generar una estrategia regional de sustitución de importaciones, el sur-sureste del país debe de tener un papel central. Hoy, por ejemplo, de acuerdo con Data México, Tabasco tiene una alta especialización en extracción de petróleo y gas, y en servicios relacionados con la minería. Ambas industrias son lucrativas y, sin embargo, una es más compleja que la otra y ofrece oportunidades directas de encadenamiento productivo mundial. Tabasco podría participar más activamente en el sector nacional manufacturero brindando servicios relacionados con minerales críticos para la región.

Reacomodo inclusivo

Al final, de lo que se trata es que México aproveche esta renovada oportunidad de integrarse a la economía mundial, pero en términos diferentes a los del pasado. Que las capacidades que hemos desarrollado en los últimos 50 años sirvan para atraer actividad económica que está buscando puerto seguro para operar. Que nuestra geografía sea un activo que no se limite a la cercanía con Estados Unidos. Que la integración sirva para que las condiciones de vida de la mayoría de nuestra gente mejoren sustancialmente. Hay muchas preguntas que hacerse respecto al nearshoring. Lo que no queda duda es que México será un protagonista mundial en el reacomodo de las cadenas de valor, y que de nosotros depende que lo sea desde una perspectiva inclusiva.

SERGIO SILVA CASTAÑEDA es licenciado en Economía por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), así como maestro y doctor en Historia por la Harvard University. Es miembro del Consejo de Redacción de Foreign Affairs Latinaomérica. Sígalo en Twitter en @srgsilvac. LUIS GODOY RUEDA es licenciado en Economía y en Ciencia Política por el ITAM, y maestro en Administración Pública por la Columbia University. Sígalo en Twitter en @luisgodoyrueda.

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One Response to Hacia un nearshoring inclusivo en México

  1. Pedro dice:

    Excelente artículo, ahora sería bueno que dijeran qué sectores son más inclusivos que otros…

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