La inteligencia de mercado, comercio internacional y proteccionismo

27 mayo, 2019 • Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 9155

Nuevas reglas y la reconfiguración del mercado global

Europa Press

José Luis Ayala Cordero

Mayo 2019

El sistema económico concebido por el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en 1948 definió las reglas del comercio mundial. En este marco los Estados se comportaban bajo dos premisas básicas: en cooperación o en conflicto; así la némesis del GATT sería el Consejo de Ayuda Mutua Económica, cuyo objetivo principal era fomentar las relaciones comerciales entre los países comunistas aliados de la Unión Soviética, contrarios al bloque occidental. Cuando en 1994 el GATT se convirtió en la Organización Mundial de Comercio (OMC), las diversas rondas que se han llevado a cabo han enfrentado dos posiciones irreconciliables: libre comercio o proteccionismo.

Christopher Merret, en su libro de 1996 Free Trade, Neither Free Nor About Trade, afirma que el libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, a finales de la década de 1980, llena el vacío que deja la crisis de 1971, cuando el presidente Richard Nixon suspendió la convertibilidad y el respaldo del dólar en oro. El autor concluye que la reconfiguración de una nueva forma de recapitalización por parte de Estados Unidos se consolida con un acuerdo con Canadá en 1989, y posteriormente en 1994 con la integración de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para hacer frente al surgimiento de fuertes competidores globales como lo eran Japón y la Unión Europea.

El fin de la Guerra Fría aceleró la formalización de las políticas neoliberales, en la definición de un nuevo mercado, presenciando la «reinvención del espacio», así las preguntas claves que hoy se formulan: ¿Cómo son las nuevas reglas hoy? ¿Existe más confianza o incertidumbre? ¿Existe más cooperación o conflicto? Lo cierto es que el marco normativo establecido por la OMC, cuyo objetivo es mantener en equilibrio el sistema comercial para disminuir especulaciones en el espacio global y minimizar los conflictos del libre comercio o el proteccionismo, no ha sido superado.

El mercado en su forma tradicional se ha visto alterado por comportamientos atípicos que transforman su razón de ser.

El mercado en su forma tradicional se ha visto alterado por comportamientos atípicos que transforman su razón de ser, así por ejemplo las divisas fluctúan por el incremento de los aranceles bajo el marco de una guerra comercial. El sistema capitalista como un modelo económico triunfante de la Guerra Fría, tiene fallas inherentes que no se pueden evitar o al menos tener un control total sobre estas. Épocas de crisis como la de 2008, han repercutido hasta hoy en muchos países.

Así, al alejarnos cada vez más del modelo geopolítico y geoeconómico de la Guerra Fría, en el cual solo existían dos Estados hegemónicos, nos damos cuenta que hoy el multilateralismo es testigo de un nuevo modelo de mercado por la presencia de diversos actores: China, Japón, Rusia y la Unión Europea. Algunos Estados pelean una guerra comercial, otros continúan apostando por la integración económica, como es el caso del Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, así el proteccionismo sigue siendo solo el pretexto o discurso para justificar el enfrentamiento en aras de argumentos absurdos. La canciller alemana Angela Merkel asegura que los automóviles alemanes se fabrican principalmente en Estados Unidos, lo que es incongruente con las políticas de ese país, al ser considerados estos un peligro para la seguridad nacional.

La inteligencia de mercado y la recomposición del espacio comercial

El mercado como espacio, territorio o región, se reconfigura, se reinventa y adquiere nuevos comportamientos. El libre comercio no se ha agotado ya que da respuesta a las necesidades de los intercambios mundiales. El argumento de Adam Smith, sobre la ventaja absoluta, que refiere a que la riqueza de un país se basa en su capacidad productiva en periodos y condiciones determinadas, hoy se enfrenta al aumento de los aranceles, un comportamiento mercantilista que es utilizado como medio de presión para consolidar poder político de disuasión, lo cual es justificado en aras de un supuesto proteccionismo necesario. Ante ello, la inteligencia de mercado, como un elemento clave del comercio internacional y la mercadotecnia, analiza el comportamiento del consumidor en su relación con los productos y el espacio. La ventaja competitiva hoy se entiende por medio de variables como la cultura, el idioma, los precios y el desarrollo, con el fin de construir un mejor futuro, para seguir consolidando el comercio, bajo condiciones justas y sin barreras políticas.

Los Estados llevan a cabo una nueva colocación y relocalización de sus factores de producción, eligiendo a sus aliados para enfrentar con éxito a sus competidores comerciales, ya que el mercado les otorga ventajas absolutas a todos los participantes. Sin embargo, los aranceles siguen siendo un arma económica con o sin el aval de la OMC, que afecta el movimiento de mercancías. El marco jurídico y normativo tradicional ya no rige de igual manera al mercado o ha disminuido considerablemente, lo que prevé un nuevo reacomodo de los actores y sus estrategias. Es precisamente sobre estas estrategias donde la inteligencia de mercado adquiere un papel clave, por medio del conocimiento de las variables, los procesos y sus actores, la cual sigue determinando una guía para el comercio internacional en la definición de los mecanismos, las cadenas de valor y relocalización de los factores de producción. La inteligencia de mercado nos muestra un nuevo modelo comercial para el mundo, una propuesta o fase del nuevo orden económico mundial.

Por ello, el proteccionismo y el aumento de aranceles no ha sido la solución a la estrategia geopolítica de Estados Unidos frente a sus rivales como China, Rusia o potencias menores y de peso significativo como Canadá o México. China sigue asumiendo el papel de promotor del libre comercio, ya que al igual que otros Estados se ve afectada por las políticas estadounidenses.

Lo ideal es regresar a una cooperación más justa e igualitaria con normas que ya existen y, por otro lado, la búsqueda por posicionarse en espacios y nichos de mercado global para operar un comercio más sano. Así, ya no todo se explica por las relaciones internacionales y comerciales, sino por los movimientos particulares de los espacios que se convierten en el lugar de cambios globales con intereses locales, por la búsqueda de dar respuesta a necesidades de sus habitantes.

El papel de los nuevos productos y sus actores comerciales

La innovación de los productos, su precio y calidad siguen traspasando fronteras y mercados que fijan su comportamiento. El caso de Huawei y la industria electrónica china muestra una nueva forma de entender los mercados, ello porque los productos novedosos y el deseo de adquirirlos por necesidades militares, tecnológicas no obedecen a cuestiones políticas exclusivamente. La inteligencia de mercados en su promoción y objetivo de captar consumidores en el espacio global, utiliza la logística, la cultura, y los paradigmas del consumidor que han ido cambiando.

El gas que desea suministrar Rusia hacia Alemania, da respuesta a necesidades de los europeos por el precio y la logística más práctica, elementos claves de la inteligencia de mercados que se centra en la funcionalidad del producto, no solo en lo personal sino en lo colectivo. Así no es solo el problema del crecimiento económico y comercial de China y Rusia, la inteligencia de mercado ha superado el viejo paradigma de que Estados Unidos sigue siendo la única potencia que tiene las principales compañías en el mundo, la tecnología y los medios logísticos para lograrlo, además de determinar el comportamiento de la compra y venta de productos.

Más allá de las alianzas y hablar de potencias medias como Canadá o México, la realidad es que muchos Estados y empresas tienen capacidad y pueden impactar definitivamente en el comercio más allá de las reglas de la OMC, la cual se ha convertido como la Organización de las Naciones Unidas, solo en una institución que obedece a intereses de potencias hegemónicas (como el caso de Ruanda donde solo fue testigo del conflicto). Así, la diplomacia persuasiva del poder duro de Estados Unidos, el bloqueo militar y económico, no ha dado el resultado esperado. China y Rusia siguen consolidando su presencia en Latinoamérica.

El proteccionismo como nueva arma comercial se ha sofisticado y ha causado desequilibrio en el sistema económico mundial.

Por otro lado, se advierte cada vez más la presencia de las empresas globales, punta de lanza de los países que desean vender y posicionarse en el mercado. La empresa Huawei ha sido un caballo de Troya por parte de China. Ya no podemos dudar que este país, como menciona María Cristina Rosas González en China en el siglo XXI: ¿Hacia una nueva bipolaridad? Que, en la celebración del centenario de su Revolución será una nueva potencia militar, cultural, económica y comercial, además de monopolizar ciertas áreas de la tecnología mundial.

La empresa en la inteligencia de mercado busca un posicionamiento permanente, es una actuar heredado, ya que su naturaleza no puede ser juzgada, sino solo entendida bajo la dinámica histórica del capitalismo, sin un carácter social, como menciona James Petras en Juicio a las multinacionales. De igual forma, un componente de las empresas y corporativos es su inteligencia de mercado que cumple su fin sin importar los medios. Este comportamiento maquiavélico debe ser abordado desde una óptica del realismo político y de la interdependencia, Estados soberanos y gobiernos subnacionales, así como empresas están en un juego de suma cero, los tres ganan o los tres pierden. Pero nadie desea perder en un mercado global, así que al final no es quién tiene la red G5, sino quién tiene el control sobre esta, ya que ello le permitirá aumentar su hegemonía.

De esta forma para los actores es importante seguir teniendo control económico y ganancias. El tener la bomba atómica no era el problema principal en su momento, sino superar esa tecnología y hacerla más efectiva, una situación similar al caso de la red G5, que con el tiempo se logrará superar para tener capacidad hegemónica y comercial.

Finalmente el mercado global presenta cambios significativos, el comercio sigue ejecutándose por parte de sus actores bajo una línea de cooperación o conflicto. El proteccionismo como nueva arma comercial se ha sofisticado y ha causado desequilibrio en el sistema económico mundial. Por último, la inteligencia de mercados, más que un paradigma, se ha convertido en una forma de explicar los cambios en la relación consumidor-productor. Es una manera de entender las nuevas reglas sobre las cuales los estrategas pueden obtener ventajas absolutas para la producción e intercambio de mercancías.

JOSÉ LUIS AYALA CORDERO es doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Es profesor de asignatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha sido profesor de Comercio Internacional y Negocios en la Universidad del Valle de México, Campus San Rafael y ha publicado en la Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM. Sígalo en Twitter en @kylorein66.

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