La estrategia comercial de Biden

28 diciembre, 2020 • Artículos, Asuntos globales, Norteamérica, Portada • Vistas: 3372

¿Será Latinoamérica una prioridad para el nuevo gobierno de Estados Unidos?

Euractiv

Lourdes Casanova

Diciembre 2020

Foreign Affairs Latinoamérica • Volumen 21, Número 1

En las elecciones de noviembre de 2020, más de 76 millones de estadounidenses votaron por Joseph R. Biden, con lo que es el Presidente más votado en la historia del país. Esos votantes esperan cambios radicales. A ellos se les unen ciudadanos de todo el mundo que respiran aliviados con la esperanza de que Biden esté más dispuesto a dialogar y comprometerse en las relaciones de Estados Unidos con el mundo. Se espera un cambio de tono, un espíritu multilateral, más diplomacia y menos confrontación, y volver a liderar las políticas medioambientales que todos reclaman. La prisa por recuperar el ansiado consenso, la reconciliación y la calma no deja ver aquellos espacios en los que probablemente habrá continuidad, como en las relaciones internacionales. En parte es porque los problemas internos son prioritarios, con una pandemia que sigue desbocada y la aún no resuelta crisis económica que ha producido. La urgencia por resolver estos retos va a ocupar toda la atención del nuevo gobierno y tal vez no deje demasiado espacio para la política internacional. El nuevo Presidente quiere una política exterior que beneficie a la clase media estadounidense. También ha asegurado que no será posible firmar un nuevo tratado de libre comercio hasta que no hayan mejorado la competitividad de los trabajadores estadounidenses y la infraestructura del país.

Uno de los puntos de mayor fricción son las relaciones entre las dos economías más grandes. Ahí el presidente Biden no va a cambiar su política con respecto de China, porque los estadounidenses ven a ese país como una amenaza para su poder mundial. Por parte del nuevo gobierno no hay ninguna intención de suprimir ni los aranceles a las importaciones chinas ni el escrutinio de las inversiones chinas. Continuarán las presiones estadounidenses sobre sus vecinos para que secunden esas medidas.

¿Habrá acercamiento económico con Latinoamérica?

Como en otras partes del mundo, el futuro económico de la región se jugaba en esas elecciones y la respuesta inmediata fue eufórica. Al día siguiente de la proclamación de la victoria de Biden los mercados de valores latinoamericanos ganaron entre 1% y 3%, lo mismo que las divisas.

Si miramos atrás, y a pesar de la retórica beligerante contra México, el gobierno del presidente Donald Trump mantuvo buenas relaciones con Andrés Manuel López Obrador. El logro más importante fue el lanzamiento, en julio de 2020, del nuevo acuerdo de libre comercio, el Tratado México, Estados Unidos y Canadá. Ahora bien, ese tratado escondía una cláusula que impedía a los países miembros firmar un acuerdo de libre comercio con un país cuya economía no fuera “de mercado”, es decir, con China. La prisa por firmar lo que parecía un acercamiento entre los vecinos era parte de la guerra comercial contra China. En el terreno comercial, China había sido el primer socio de Estados Unidos y aquel con el que tenía el mayor déficit, más del doble que con la Unión Europea. Los 400 000 millones de dólares de aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos chinos han tenido el efecto deseado y, en noviembre de 2020, México recuperó su puesto anhelado de principal socio comercial.

La batalla que Trump comenzó, Biden la continuará sin pausa y con prisa.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro, al que se le llama “el Trump de los trópicos”, sintonizó con el estadounidense. A pesar de la simpatía que se profesaban, China es el primer socio comercial y el tercer inversor foráneo directo en Brasil, después de Estados Unidos y España. Durante la pandemia, el comercio entre Brasil y China ha aumentado en términos absolutos y relativos.

Aprovechando la transición en el gobierno estadounidense, las inversiones chinas han aumentado en la región. En noviembre de 2020, la empresa china State Grid (SGCC) compró en 3000 millones de dólares la participación de la española Naturgy, la antigua Unión Fenosa, en CGE Chile, donde estaba desde 2014. Así SGCC renueva su compromiso en la región y complementa sus numerosas inversiones de los últimos años en Brasil, como la de CPFL Energía. Al norte, otra empresa china de energía, la State Power Investment Corporation, que ya tenía inversiones en Sudamérica, compró al mayor productor de energía renovable de México, Zuma Energía. Todo lo anterior apunta a la renovación de la participación de China en Latinoamérica.

Y en esa partida de ajedrez entre los dos grandes, China recuperó la iniciativa con la creación, en noviembre de 2020, de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) con aliados de los estadounidenses, como Corea del Sur y Japón y los países del Sudeste Asiático, excepto la India, que se retiró de las negociaciones en 2019. Además de ser un compromiso de Asia de estrechar sus lazos comerciales, el tratado es una señal al mundo de la apertura de esos mercados. Asimismo, aunque el nuevo tratado de Norteamérica no permite acuerdos con países con economías que no sean de mercado, es decir, con China, uno de los firmantes de la RCEP, Japón, firmó uno con México hace 15 años. Es hora de que México colabore con la RCEP por medio de Japón.

El nuevo Presidente no vacilará en intentar mantener a toda costa el dominio económico y financiero de su país. El pilar de ese poder económico está en sus empresas globales: Coca-Cola, Amazon, Microsoft, Apple o Google, que dominan industrias y captan ingentes beneficios. La batalla que Trump comenzó, Biden la continuará sin pausa y con prisa. Las presiones de Estados Unidos van a seguir, pero las inversiones chinas son de largo plazo y es tarde ya para cambiar el curso. Latinoamérica tendrá que aprender a convivir con ambos gigantes.

LOURDES CASANOVA es profesora y Directora del Instituto de Mercados Emergentes del SC Johnson College of Business en la Cornell University. Sígala en Twitter en @lourdescasanova.

NOTA DEL EDITOR: Este es un avance del contenido de nuestro número de enero de 2021.  Suscríbase aquí para recibir la próxima edición de Foreign Affairs Latinoamérica.

Tags:, , ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cargando…