El impacto del covid-19 en Alemania

31 julio, 2020 • Artículos, Europa, Portada • Vistas: 9285

Descripción de las acciones políticas

China Daily

 Víctor Manuel Jiménez Segovia

Julio 2020

Alemania ha logrado resultados positivos en su gestión de la pandemia (tasa de mortalidad moderada, capacidad hospitalaria y reducción de contagios). Desde el inicio, el desafío fue gestionado por la Federación, en concertación con los dieciséis estados y con base en datos científicos de renombrados centros de investigación (centros Leibniz, Fraunhofer, Max Planck y Helmholtz, Academia Nacional de Ciencias Leopoldina) o el Instituto Robert Koch.

En la primera fase, en marzo de 2020, Alemania restringió la vida pública y definió como metas proteger la salud y garantizar el funcionamiento del sistema de salud; mitigar las repercusiones sobre la población, el empleo y las empresas, y cooperar internacionalmente. Desde el comienzo, Alemania rechazó la estrategia de la inmunidad colectiva (como la que persigue Suecia).

Por años, Alemania ha tenido una fortaleza científica sustentada en sus centros de investigación. El Instituto Robert Koch, institución nacional de enfermedades infecciosas, cuenta con la legitimidad y el respeto de la población. Además, al inicio de la pandemia, su sistema de salud tenía ya una fuerte capacidad tecnológica y personal para atender a la población.

Las sólidas estructuras federales han influido y ayudado. La responsabilidad de implementar las medidas ha sido en todo momento competencia estatal. La coordinación entre Federación, Parlamento y estados facilitó la respuesta al desafío. No obstante, la combinación del respeto a la ciencia y a las instituciones científicas nacionales resultó en que sus recomendaciones –restringir la vida pública para reducir contagios– fueran aceptadas por los gobernantes.

El paquete económico más grande de su historia para proteger la salud y la cohesión social

Alemania priorizó la salud sobre la economía, sin olvidarla. En marzo de 2020, aprobó el paquete económico más grande en su historia (750 000 millones de euros) con los objetivos de garantizar la atención médica, asegurar el sustento ciudadano y proteger la economía y los empleos. Además, comenzó a desarrollar una aplicación para rastrear las cadenas de contagio. Se impusieron restricciones severas al tránsito fronterizo y a los viajes no esenciales y se repatriaron a más de 240 000 alemanes.

Entre marzo y abril de 2020, Alemania aumentó el personal de salud local. Además, incrementó la capacidad de realizar pruebas de detección, que pasó de 31 000 a 136 000 por día, y triplicó el número de pruebas realizadas cada semana: de 125 000 a 400 000.

El 22 de abril de 2020, Alemania tenía capacidad de realizar 818 000 pruebas semanales, había proporcionado 8000 millones de euros para fortalecer los cuidados intensivos y contaba con 33 500 camas con respiradores. En ningún estado la ocupación en cuidados intensivos superó el 70%.

Alemania priorizó la salud sobre la economía, sin olvidarla.

Se centralizó el abastecimiento de medicamentos, material y equipo médico (incluido aquel para proteger al personal médico). Apoyaron a los estados 17 000 miembros de los servicios de salud militares y 15 000 soldados en operaciones logísticas. La Federación destinó 150 millones de euros a una red de investigación médica universitaria, creó una Fuerza Especial Nacional para generar infraestructura y una base de datos nacional sobre el virus.

Para mantener la cohesión social, Alemania tomó amplias medidas: desde prohibir los desalojos por falta de pago de renta, posponer pagos de servicios, hasta compensar a familias que perdieran ingresos por cuidar a sus hijos ante el cierre escolar. Con el fuerte aumento de la violencia doméstica durante el confinamiento, activó teléfonos de atención para mujeres, mujeres embarazadas y víctimas menores de edad.

Para proteger la economía y el empleo hubo varias acciones: acceso a subsidios; flexibilización de pagos de seguridad social; ciertas exenciones y aplazamiento sin intereses del pago de impuestos; facilitación del acceso de negocios a créditos; liberación a bancos privados del 100% de la responsabilidad por préstamos a negocios; 50 000 millones de euros como ayuda de emergencia a microempresarios y trabajadores independientes (incluido el sector cultural). Además, la Federación encaminó el Fondo de Estabilización Económica (400 000 millones de euros para refinanciación en mercado de capitales y 100 000 millones de euros para recapitalización y aseguramiento de la solvencia de las empresas) para apoyar a grandes empresas y a aquellas pequeñas, pero imprescindibles. Hubo un intenso debate nacional para que esto se destinara a sectores innovadores que contribuyeran a las necesidades climáticas, de transformación digital, sostenibilidad y movilidad eléctrica.

Restricciones: apoyo generalizado con algunas protestas

En la gestión hubo un alto grado de consentimiento de la población a las restricciones temporales de las libertades ciudadanas y gran confianza en los actores políticos y sus decisiones. Conforme la contención de la pandemia evolucionó positivamente, se intensificó de nuevo el debate público sobre la proporcionalidad, la pertinencia y duración de las restricciones y los partidos políticos reasumieron su papel de articular y procesar intereses divergentes.

El respeto a la ciencia se tradujo en decisiones políticas con resultados visiblemente positivos para el bienestar general de la población.

A finales de abril de 2020, ciudadanos preocupados por la limitación de las libertades fundamentales protestaron en muchas ciudades. Las protestas más grandes (Berlín o Stuttgart) reunieron más de 1000 participantes, mientras que las más pequeñas apenas una centena. En las protestas hubo una fuerte presencia de simpatizantes de teorías de conspiración, grupos de ultraderecha e izquierda, representantes de la iglesia (protestante y católica) defendiendo su derecho a predicar en masa y antivacunas. El Presidente, la Canciller Federal y los presidentes del Parlamento advirtieron sobre el peligro de que agrupaciones extremistas instrumentalizaran las protestas serias y legítimas de los ciudadanos para promover sus narrativas y exhortaron a los ciudadanos a distanciarse de aquellos en contra de la democracia.

Las manifestaciones aumentaron la presión sobre el ámbito político de comunicar y explicar mejor a la población los motivos y la utilidad de las medidas impuestas y de rendir cuentas constantemente sobre la evaluación de la proporcionalidad de las restricciones. En varios casos, los juzgados dictaminaron que algunas medidas eran improcedentes (como la medida de Mecklemburgo-Pomerania Occidental que restringía el acceso a la playa).

El camino a la “normalidad”

El 6 de mayo de 2020, Alemania entró en una segunda fase con una gradual y cuidadosa flexibilización de las restricciones y transfirió la responsabilidad de la gestión de la crisis de la Federación a los estados. Alemania emprendió un regreso a la “normalidad” con diferentes plazos y dinámicas, dependiendo de las necesidades regionales. Esto mostró las ventajas del federalismo, aunque hubo críticas de que se estaba creando una imagen confusa e incoherente. La flexibilización dependió de la gravedad de la pandemia en los diversos estados. Mientras que en los estados fronterizos con Austria, Suiza, Francia y Bélgica (Baviera, Baden-Wurtemberg, Sarre, Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia) el número de infectados fue más alto, en los estados del este (Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt) y del norte (Mecklemburgo-Pomerania Occidental) el número fue más bajo. La popularidad de los partidos en el poder (especialmente la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana) y la de aquellas figuras con una participación visible en la gestión de la pandemia aumentó considerablemente.

La cooperación internacional, el multilateralismo y la solidaridad europea ante un desafío sin precedentes

Internacionalmente, Alemania cooperó con el G-7 y apoyó las medidas de política financiera (5.1 billones de dólares) del G-20, incluida la moratoria de deuda para los 77 países más pobres. A nivel europeo, apoyó la movilización de 20 000 millones de euros a países en desarrollo y emergentes. Ante la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Alemania reiteró su apoyo al multilateralismo y destinó un total mayor a 550 millones de euros para apoyar a la OMS. Aportó 140 millones de dólares a la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias y 600 millones de euros a la Alianza Mundial para Vacunas. Alemania apoyó la resolución impulsada por México en la Organización de las Naciones Unidas para impedir la especulación con insumos médicos y evitar su acaparamiento. Además, aprobó un paquete de ayuda inmediata de 1000 millones de dólares para países africanos y envió científicos a brindar apoyo técnico.

En la Unión Europea buscó mantener el funcionamiento del mercado interior y la libre circulación en el espacio Schengen. El 9 de abril de 2020 apoyó el paquete de 500 000 millones de dólares propuesto por los Ministros de Finanzas de la Eurozona. Al inicio, Alemania sostuvo la posición de que los apoyos a los países más afectados por la pandemia en la Unión Europea (Italia, España y Francia) debían provenir de los mecanismos existentes y no de la emisión de deuda conjunta. Tras fuertes debates y presiones de Italia, España y Francia, Alemania abandonó su posición de años y presentó, con Francia, una propuesta de un paquete de rescate financiero de 500 000 millones de euros. Después de 4 días y noches de delicadas negociaciones, el Consejo Europeo aprobó el 21 de julio de 2020 un plan de recuperación de 750 000 millones de euros. Sin duda, una nueva etapa para la Unión Europea.

Angela Merkel evaluó que la pandemia había colocado a la Unión Europea en una situación sin precedentes que justificaba una respuesta extraordinaria para mantener su cohesión. Es probable que haya considerado indispensable dar una muestra de solidaridad para contener las tendencias resultantes de la pérdida de confianza ciudadana y el incremento del populismo euroescéptico, especialmente en los muy afectados países del sur.

¿Y ahora?

Alemania mantiene su preocupación de un nuevo brote. El debate actual gira en torno a lo que debe aprenderse de la crisis. Sin duda, el respeto a la ciencia se tradujo en decisiones políticas con resultados visiblemente positivos para el bienestar general de la población (menos contagios y menos muertes). La pandemia mostró la importancia de combatir la desinformación, cuyo efecto trasciende lo político y puede ocasionar que las personas tomen decisiones que afecten su salud y arriesguen el bien común. Las protestas evidenciaron la relevancia de que el Estado explique y justifique más y mejor sus decisiones. Alemania y la Unión Europea incluirán en sus consideraciones estratégicas la producción industrial farmacéutica y de equipo médico para asegurar el abasto. Si bien antes se privilegió el menor costo de producción (en Asia), ahora la ubicación física de estas industrias será estratégica (en la Unión Europea). Finalmente, la crisis sigue demostrando que los desafíos de la humanidad pueden solucionarse solo mediante la cooperación internacional.

VÍCTOR MANUEL JIMÉNEZ SEGOVIA es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas Puebla y maestro en Diplomacia Global por la University of London. Es Miembro del Servicio Exterior Mexicano (SEM) y ha sido asignado a labores en la Embajada de México en Estados Unidos, en el Consulado General en Houston y en la Embajada en Alemania, donde es Jefe de Asuntos Políticos, Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos. Sígalo en Twitter en @vmjsegovia. Las opiniones del autor son personales.

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4 Responses to El impacto del covid-19 en Alemania

  1. PEDRO FUENTES dice:

    Interesante enfoque de los planteamiento, con vías de solución interna a la crisis sanitaria, buen texto, gracias por socializar.

  2. […] a aumentar la capacidad de agencia de Alemania debido al prestigio que ha adquirido por su gestión efectiva de la crisis sanitaria a nivel nacional, incluyendo la aprobación en marzo de 2002 del paquete económico más grande de […]

  3. […] los Estados miembros y las instituciones europeas. Pese a que Alemania ha sido reconocida por su gestión de la pandemia, esta negociación será un desafío, especialmente en este contexto en el que la pandemia sigue […]

  4. […] los Estados miembros y las instituciones europeas. Pese a que Alemania ha sido reconocida por su gestión de la pandemia, esta negociación será un desafío, especialmente en este contexto en el que la pandemia sigue […]

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