El brexit en el corto y mediano plazo: ¿desastre económico británico?

6 julio, 2018 • AMEI, Artículos, Europa, Portada • Vistas: 9871

Berlingske

Ricardo Villanueva

Julio 2018

Una colaboración de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales

El 23 de junio de 2016, el 51.9% de los británicos determinaron que el Reino Unido debería de salir de la Unión Europea. La mayoría de las predicciones sobre el impacto que esta decisión tendría sobre la economía británica en el corto, mediano y largo plazo fueron alarmistas. El año anterior a la votación, el Banco de Inglaterra advirtió que, de concretarse la salida británica, habría efectos significativamente dañinos en los principales indicadores económicos del Reino Unido. Desde una perspectiva aún más alarmista, el Primer Ministro de los Países Bajos, después del referendo a favor del brexit declaró que el Reino Unido habría de colapsar económicamente. En la misma dirección, aunque desde una perspectiva mucho menos fatalista, otras instituciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, advirtieron sobre los efectos negativos del suceso en cuestión.

A 2 años de que iniciara el proceso del brexit es pertinente reflexionar sobre los impactos que ha tenido sobre el Reino Unido, si las predicciones realizadas han sido certeras y sobre qué se puede esperar para el futuro cercano. Para cumplir este propósito, es importante analizar la evolución de tres indicadores macroeconómicos del Reino Unido en comparación con la Unión Europea: el crecimiento económico, la inflación y el desempleo. Además, cabe reflexionar sobre algunos escenarios del impacto futuro del brexit en la economía británica. Para ello, todos los datos cuantitativos del presente escrito han sido tomados de Eurostat, la principal entidad de la Unión Europea encargada de recolectar estadísticas de dicho conglomerado.

En cuanto al crecimiento económico, la gráfica 1 muestra la variación trimestral del PIB en el Reino Unido. A finales de diciembre de 2015, el PIB aumentó un 0.70% con respecto al trimestre anterior de dicho año. Durante 2016, 2017 y principios de 2018 hubo variaciones considerables. De hecho, el menor incremento del PIB en los últimos 2 años ha sido precisamente a inicios de 2018, en donde solo creció un 0.10%. Pese a que la tendencia general desde 2017 ha sido que el PIB crezca cada vez menos, a 2 años del triunfo del brexit, la economía británica ha crecido todos los trimestres de 2016 hasta el 31 de marzo de 2018, que es el último publicado.

Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat.

Sin embargo, también es importante notar que desde finales de 2016, después del referendo, la economía británica ha crecido menos que el promedio de los actuales veintiocho países de la Unión Europea. Esto es significativo porque durante el año anterior el PIB británico tenía en ocasiones mayores tasas de crecimiento que las de la Unión Europea (con excepción de marzo 2015 y 2016).

Con referencia a la inflación, en general ha aumentado considerablemente desde finales de 2015 hasta inicios de 2017, tanto en el Reino Unido como en la Unión Europea, como se muestra en la gráfica 2. Es de notar también que durante este periodo las presiones inflacionarias han sido mayores para los británicos. No obstante, la tasa más alta de inflación británica se ubica en un 3% con tendencias a la baja. Es incierto qué tanto se deben las presiones inflacionarias a la decisión del brexit. En todo caso, el supuesto deterioro de la economía británica en este aspecto ha sido relativamente minúsculo.

Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat.

Ahora bien, en cuanto al desempleo, el Reino Unido se encuentra mejor posicionado que la Unión Europea. Como se muestra en la gráfica 3, ambos han disminuido sus números en este rubro significativamente desde 2015 hasta principios de 2018. Sin embargo, la tasa más alta en este periodo ha sido de 5.5% para el caso británico, mientras que para la Unión Europea ha sido de un 9.7%. Tanto la Unión Europea como el Reino Unido, en marzo de 2018 han tenido su tasa de desempleo más baja desde 2015: 7.10% y 4.10%, respectivamente. Este es de hecho el porcentaje de desempleo británico más bajo de las últimas 4 décadas.

Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat.

¿Qué se puede esperar para el Reino Unido en el futuro cercano? El proceso del brexit no ha terminado. El artículo 50 del Tratado de Lisboa establece que cualquier Estado podrá retirarse de la Unión Europea 2 años después de haberlo solicitado formalmente. Oficialmente, Theresa May requirió la retirada británica el 29 de marzo de 2017, por lo que el Reino Unido quedaría fuera de la Unión Europea el 29 de marzo de 2019. Sin embargo, en 2017 ambas partes acordaron contar con un periodo adicional de 21 meses de transición. Es decir, el Reino Unido no quedaría completamente fuera de la Unión Europea hasta después del 31 de diciembre de 2020, con el fin de tener una transición menos áspera. Durante este periodo, se conservarán los acuerdos de comercio entre ambas partes y continuará el libre movimiento de personas del Reino Unido a los países de la Unión Europea y viceversa. Así que todavía quedan alrededor de dos años y medio de cierta incertidumbre económica.

Qué falta por definirse

Hay todavía numerosos asuntos por precisar en cuanto al brexit. Quizá el más fundamental es cómo se establecerán a groso modo las relaciones económicas entre la Unión Europea y el Reino Unido a partir de 2021. Existen dos posibles escenarios que han tomado popularidad: el denominado hard-brexit y el soft-brexit. Dentro de la primera posibilidad, las relaciones comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido estarían dictadas por las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo cual significa que en promedio las tarifas arancelarias serían un poco mayores al 4.0%.

La segunda alternativa implicaría mantener una relación estrecha entre las dos partes, similar a la de la Unión Europea con Noruega, quien mediante una contribución económica anual es parte del Espacio Económico Europeo y goza de no tener tarifas arancelarias con los miembros de la Unión Europea. La dificultad de este escenario, sin embargo, recae en que la Unión Europea demandaría el libre movimiento de personas en territorio británico (como paralelamente se requiere en el caso de Noruega). Esto es muy poco probable porque la cuestión de la migración de Europa hacia el Reino Unido fue uno de los puntos principales por los cuales la población británica votó a favor del brexit y, de hecho, May ya ha declarado su aversión categórica a esta posibilidad. En todo caso, más allá de las posibilidades del hard y soft brexit, en realidad se pudiera optar por alguna tercera vía, con menores tasas arancelarias que las de la OMC, pero sin la obligación del libre flujo de personas.

Aunque como ya se ha señalado, se ha argumentado que el brexit tendrá fuertes repercusiones (también en el largo plazo), en realidad es difícil saber con exactitud las implicaciones económicas que habrá. En caso de optarse por un hard-brexit, que sería el peor escenario, las nuevas barreras arancelarias tenderían a desincentivar en cierto grado el comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido, lo cual a su vez produciría un menor crecimiento del PIB británico. Sin embargo, aún si se tomara esta vía, menos de un 4.5% de tarifas comerciales pareciera estar lejos de ser el causante de un escenario desastroso para la economía británica.

Conclusiones

En conclusión, en el corto y mediano plazo el brexit ha estado lejos de ser un evento catastrófico para la economía británica. Los principales indicadores macroeconómicos indican estabilidad en el Reino Unido. Desde el referendo (e incluso antes) a la fecha, si bien ha habido una desaceleración, la economía ha crecido en cada trimestre, sus tasas de inflación no han subido más allá del 3.0% y el desempleo ha bajado a su máximo nivel de las últimas 4 décadas. Ahora bien, es necesario señalar que con la salvedad del desempleo, la economía británica ha estado por debajo del desempeño de la Unión Europea en cuanto a los indicadores relativos al crecimiento y la inflación. En estos aspectos, se podría especular con ciertas bases que la economía del Reino Unido se habría comportado mejor de haber decidido permanecer en la Unión Europea.

De cualquier forma, el panorama británico de los próximos años tampoco luce tan desalentador. En el peor de los escenarios previstos en cuanto a las relaciones comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido, se aplicaría tarifas arancelarias menores al 4.5%, lo cual podría desacelerar hasta cierto punto la economía británica; aunque aquí se entraría en el campo de la especulación, misma que fue ampliamente utilizada para pronosticar erróneamente el debacle de la economía británica. Sin duda, el referendo británico representó un punto crítico en la historia de la Unión Europea y el Reino Unido que ha tenido y tendrá impactos significativos; sin embargo, las predicciones fatalistas sobre el desastre económico británico no se han aproximado ni remotamente a la realidad.

Ricardo Villanueva es vocal de la Universidad del Mar ante la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI). Es doctor en Ciencia Política por la University of Glasgow, maestro en Asuntos Internacionales por la Australian National University y licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Además, es candidato a Investigador Nacional (2018-2020) por el Sistema Nacional de Investigadores (Conacyt). Sígalo en Twitter en @J_R_V_L.

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One Response to El brexit en el corto y mediano plazo: ¿desastre económico británico?

  1. Gloria María Lira Uribe dice:

    Muy buen artículo. De acuerdo a estos datos Gran Bretaña hubiera estado mejor formando parte de la Unión Europea.

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