La relevancia de la Alianza del Pacífico como mecanismo de cooperación e integración comercial

13 marzo, 2022 • AMEI, Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 1836

El Universo

Claudia Márquez Díaz

Marzo 2022

Una colaboración de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales

La Alianza del Pacífico nació el 28 de abril de 2011 como una iniciativa que llamó la atención debido a que planteaba ser una integración de largo alcance. Desde su creación, Chile, Colombia, México y Perú han tenido claro que es importante trabajar en conjunto para alcanzar los objetivos planteados e impulsar el crecimiento y la competitividad de sus economías. Para ello, ha sido fundamental la cooperación en temas como el desarrollo tecnológico, las telecomunicaciones, la innovación, el desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas, así como la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.

A pesar de que el desarrollo económico es uno de los temas más relevantes en la agenda de la Alianza del Pacífico, es importante mencionar que también tiene como propósito impulsar la cultura por medio del intercambio de experiencias, las becas estudiantiles y el perfeccionamiento de agentes culturales independientes. Asimismo, busca incentivar la creación editorial, fortalecer las artes escénicas y preservar el patrimonio cultural.

La Alianza del Pacífico es generalmente conocida por las cumbres que realiza para reunir a los presidentes de sus Estados miembros; sin embargo, es importante establecer que esta no es su única función. En este sentido, hay un Grupo de Alto Nivel en el que los viceministros de Relaciones Exteriores y de Comercio Exterior se reúnen para dar cauce a los compromisos de la Alianza, mientras que el Consejo de Ministros se encarga de analizar y definir lineamientos políticos para los Estados miembros y su relación con terceros.

Los Estados observadores

Si bien, la Alianza del Pacífico fue creada para profundizar la integración entre Chile, Colombia, México y Perú, también se espera que impulse la cooperación con otros Estados que fungen como observadores. Los Estados observadores de América son Argentina, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago, y Uruguay, mientras que los de África son Egipto y Marruecos, y de Asia son China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, la India, Indonesia, Israel, Japón, Pakistán y Tailandia. De Oceanía participan Australia y Nueva Zelanda, mientras que de Europa lo hacen Alemania, Austria, Bélgica, Bielorrusia, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Hungría, Italia, Irlanda, Lituania, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Rumania, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía y Ucrania.

 Ahora bien, es importante mencionar que el caso de Ecuador destaca debido a que actualmente tiene la categoría de observador, pero se espera que pronto deje de serlo y adquiera la categoría de miembro pleno tan pronto firme un acuerdo comercial con México. Para obtener una membresía permanente en la Alianza del Pacífico es necesario que el Estado aspirante tenga acuerdos comerciales con los cuatro miembros; por lo tanto, Ecuador necesita apresurar la firma con México.

En la actualidad, las negociaciones con Australia, Canadá, Corea del Sur y Nueva Zelanda para ser catalogados como Estados asociados se encuentran en marcha, mientras que la incorporación de Costa Rica y Panamá se está analizando. Cabe destacar que, Singapur se ha convertido en el primer Estado asociado desde que se constituyó la Alianza del Pacífico, lo que resulta sumamente atractivo para las economías de los países fundadores del bloque debido a que la derrama económica que ha generado esta relación comercial ubica al bloque como la novena economía mundial y la sexta potencia exportadora más fuerte a nivel internacional.

El giro a Asia

La Alianza del Pacífico busca atraer una mayor inversión extranjera del continente asiático e impulsar el acceso de los proveedores de servicios a una amplia gama de sectores como el energético, el comercio de alimentos, la gestión portuaria y logística, la infraestructura y soluciones urbanas, la economía digital y la interoperabilidad de las Ventanillas Únicas de Comercio Exterior. En este sentido, el acuerdo comercial con Singapur permitirá a los países de la Alianza utilizar materias primas y otros insumos regionales que ayuden a fortalecer e incrementar las cadenas de producción. Tomando en consideración que Singapur se suma al mercado de la Alianza del Pacífico, representando el 41% del PIB de Latinoamérica, es evidente que la región Asia-Pacífico es la puerta de entrada a los mercados más grandes del mundo. Además del acuerdo de libre comercio con Singapur, los representantes de Chile, Colombia, México y Perú suscribirán una declaración de economías creativas.

Los retos de la Alianza

Actualmente, México ocupa la presidencia temporal de la Alianza del Pacífico, la cual se alterna entre los países miembros en orden alfabético. Para 2022, el objetivo será la recuperación económica y se pondrá especial énfasis en la igualdad de género, el desarrollo sostenible, el impulso a los jóvenes, el mercado digital regional, entre otros temas de gran relevancia. La meta es posicionar a la Alianza del Pacífico como una de las integraciones más sólidas y de vanguardia para ganar mayor reconocimiento internacional.

Como se mencionó, la Alianza del Pacífico tiene mucho potencial, sin embargo, para lograr conseguir todos sus objetivos, tendrá que sobreponerse a diversos retos. En primer lugar, el bloque deberá lograr un crecimiento poblacional sostenido que genere un “dividendo demográfico” que favorezca el crecimiento económico dinámico. Por otro lado, deberá atraer capital privado mediante empresas locales y multinacionales que operan y tengan sus cimientos en Latinoamérica. Sin duda, las corporaciones internacionales son indispensables para el crecimiento regional.

La Alianza del Pacífico busca atraer una mayor inversión extranjera del continente asiático e impulsar el acceso de los proveedores de servicios a una amplia gama de sectores.

Otro de los mayores retos que tendrá que afrontar la Alianza será la formulación de mejores prácticas para actuar contra el cambio climático. Además, deberá de trabajar urgentemente en torno a la igualdad salarial de las mujeres frente a los hombres y fortalecer su liderazgo. Sin duda, la paridad salarial impulsará la productividad económica y mejorará los resultados en el desarrollo de las generaciones futuras. Por otro lado, la Alianza deberá también apostar por una educación de calidad que sea igualitaria, incorporar una infraestructura que mejore el ambiente de aprendizaje, y acortar la brecha en tecnologías de la información y comunicación.

Los puntos anteriores son tan solo algunos rubros en los que la Alianza del Pacífico debe de redoblar sus esfuerzos. Sin embargo, la Alianza tiene un gran potencial de crecimiento, mismo que podrá alcanzarse si los Estados miembros usan eficientemente sus recursos. Definitivamente, se requiere un trabajo conjunto entre los gobiernos, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales para delinear la agenda de los próximos años. Si logran hacerlo, la Alianza del Pacífico se convertirá en la plataforma de integración de largo alcance que se planteó en su nacimiento y beneficiará enormemente a la región latinoamericana.

CLAUDIA MÁRQUEZ DÍAZ es doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es profesora y Secretaria de Vinculación y Extensión Universitaria en la Facultad de Estudios Superiores (FES), Acatlán, y Vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI). Sígala en Twitter en @clau041974.

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