Un paso más en la política exterior feminista

19 marzo, 2020 • Artículos, Asuntos globales, Latinoamérica, Portada, SRE • Vistas: 4941

La certificación de igualdad laboral y no discriminación

SRE

Alicia Kerber Palma

Marzo 2020

Una colaboración de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México

El 6 de marzo de 2020, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, entregó a la Delegación de la Cancillería en Benito Juárez y al Consulado General de México en Houston las constancias que las acreditan como las primeras unidades administrativas en toda la red, tanto dentro como fuera de nuestro país, en alcanzar los estándares de certificación de la Norma Mexicana NMX-R-025 en Igualdad Laboral y No Discriminación. La norma, que se constituye como un mecanismo de adopción voluntaria, es un elemento esencial dentro del ambicioso proyecto que representa la política exterior feminista, siendo esta posiblemente el hito más significativo de nuestro quehacer internacional en los últimos 25 años. En este sentido, la certificación no solo es un paso más dentro de dicho proyecto, sino una condición necesaria para garantizar el acceso y la permanencia a mujeres y grupos en situación de discriminación, mediante el establecimiento de estándares mínimos de igualdad en todas las oficinas, consulados y embajadas de México en el exterior.

El objetivo de igualdad laboral y no discriminación dentro de la Cancillería requiere del desarrollo de políticas públicas en la materia y la articulación de esfuerzos que permitan establecer medidas de nivelación e inclusión, así como la implementación de acciones afirmativas dentro de los centros de trabajo. De igual manera, representa un avance porque exige compromisos claros mediante la ejecución de acciones concretas que cada oficina debe cumplir a fin de lograr el objetivo. Entre estas, se destaca que al menos 40% del personal deben ser mujeres, contar con sala de lactancia y con accesibilidad al edificio adecuado para personas con discapacidad, así como proveer capacitación en temas de género y establecer procesos de ascenso y permanencia con igualdad de oportunidades.

Tratamos de predicar con el ejemplo y, por esta razón, debemos asegurarnos de que nuestras oficinas cuenten con los elementos indispensables para que todas las personas reciban un trato igualitario y no discriminatorio.

Detengámonos para reflexionar brevemente sobre el significado de estas acciones. Como es natural, todo ordenamiento jurídico incorpora invariablemente principios y aspiraciones que motivan la pertinencia de su adopción, desde un tratado multilateral hasta los reglamentos más específicos. No obstante, en diversas ocasiones el ordenamiento no se traduce de manera palpable en acciones que cambien la actuación de los servidores públicos, el nivel de atención de nuestros servicios, o los derechos tanto del personal como de los usuarios. Es por ello que la certificación en materia de igualdad laboral y no discriminación trasciende al discurso y se convierte en una acción real y concreta que demanda un compromiso permanente por parte de nuestro gobierno.

De esta manera, los usuarios de las oficinas que resulten certificadas no solo verán un reconocimiento decorando sus paredes, sino que tendrán garantizada la accesibilidad para personas en sillas de ruedas; espacios seguros y cómodos para que las madres amamanten a sus bebés, y capacitación para que todas y todos adoptemos una perspectiva de género y de inclusión que favorezca a trabajadores y usuarios. En otras palabras: acciones reales que materializan el objetivo de nuestro gobierno de ser siempre más incluyentes, dar prioridad a los más pobres y desfavorecidos y construir un mejor país para todas y todos.

Como señaló el canciller Ebrard, esta certificación (a la que serán sujetas todas las unidades administrativas de la Cancillería) tiene relevancia al entenderse en el contexto más amplio de la política exterior feminista impulsada por el gobierno de México. Tratamos de predicar con el ejemplo y, por esta razón, debemos asegurarnos de que nuestras oficinas cuenten con los elementos indispensables para que tanto las personas que trabajan en nuestra dependencia, como quienes son usuarias de nuestros servicios, reciban un trato igualitario y no discriminatorio.

Ventanilla de Atención Integral a la Mujer

Hay que recordar que la certificación constituye un paso normativo muy importante que se ha construido sobre otros avances dentro de la red consular de México. Uno de ellos es la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer (VAIM), programa desarrollado en 2015 con el propósito de incorporar la perspectiva de género en la prestación de los servicios consulares, reconociendo el papel de la mujer en los flujos migratorios, así como sus necesidades particulares.

Lo anterior contribuyó a visibilizar a la mujer como sujeto dentro del fenómeno migratorio, lo que demandaba de nuestra red consular una respuesta coordinada y trasversal entre los distintos sectores. Asimismo, resultó necesario generar herramientas que permitieran acercar la información a este segmento de la población que en muchas ocasiones no accede a los programas y recursos disponibles.  En el centro de nuestros esfuerzos se encuentra además el desarrollar sinergias con organizaciones y autoridades locales que permitan potencializar los servicios actualmente disponibles e incorporar nuevas herramientas específicamente diseñadas para atender las necesidades de las mujeres migrantes.

La certificación de igualdad laboral y no discriminación indica el rumbo por la que está transitando la política exterior feminista.

La perspectiva de género debe permear en todos los niveles de atención, no solo en los servicios de documentación sino, particularmente, como eje fundamental de las labores de protección consular que se despliegan a diario en beneficio de nuestras connacionales en Estados Unidos. La atención de la comunidad migrante mexicana requiere una visión completa del fenómeno migratorio, por el simple hecho de que las mujeres constituyen más de la mitad de la población migrante del mundo y cuando se agrede a nuestra comunidad mexicana en Estados Unidos, quienes resultan más afectadas son las mujeres.

Las mujeres son susceptibles en mayor medida a ser explotadas laboralmente, discriminadas y violentadas, tanto por sus parejas como por miembros de su entorno familiar y laboral. Por ello, esta perspectiva de atención especializada promueve el reconocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de la mujer, pero al mismo tiempo la considera como un agente de cambio, cuya participación activa e informada contribuye no solo al mejoramiento de su entorno familiar sino de su comunidad y su país.

Del discurso a las acciones

Por supuesto, la perspectiva de género aplica no solo a las mujeres a las que prestamos atención y protección, sino a las funcionarias y trabajadoras que día a día contribuyen a la implementación de nuestra política exterior orgullosamente feminista. En congruencia, la certificación de la norma mexicana indica que hay un mínimo de mujeres en la plantilla de la representación. El corolario lógico: debe haber más mujeres en todos los niveles, pero en particular, en puestos de dirección, a fin de dotar de cabal sentido la política de equidad de género que permita cristalizar cambios estructurales. Sin duda un paso importante es el que por primera vez una mujer representa los intereses de México en Estados Unidos y tres mujeres encabezan los consulados más relevantes en ese país ―Los Ángeles, Chicago y Houston―, reflejo del espíritu que guiará futuras acciones.

En suma, puede afirmarse que la certificación de igualdad laboral y no discriminación indica el rumbo por la que está transitando la política exterior feminista: del discurso de largo aliento a las acciones inmediatas, concretas y reales que inciden positivamente en la comunidad. Estamos a tan solo 10 años de la fecha límite para cumplir con el objetivo adoptado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas. Falta mucho por hacer, todavía estamos lejos de llegar a la paridad y a la no discriminación efectivas. Con acciones concretas, como las descritas, podemos estar ciertos de que avanzamos en la dirección correcta.

ALICIA KERBER PALMA es licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericaba, México, y es maestra en Derecho Internacional y doctora en Derecho Internacional Público por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es Cónsul General de México en Houston, Texas. Desde 1991 es miembro del Servicio Exterior Mexicano, donde ha sido una activa defensora de los derechos de las mujeres. En 2005, como Cónsul Titutal en Kansas City, creó la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer (VAIM). Sígala en Twitter en @AliciaKerber.

Tags:, , ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.