Mujeres offline: las redes sociales y el empoderamiento de la sociedad

12 marzo, 2020 • Artículos, FEG Anáhuac, Latinoamérica, Portada • Vistas: 4898

Línea Directa

 Laura Coronado Contreras

Marzo 2020

Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

¿Por qué “conectó” el 9-M con la gente en México? ¿Por qué las mujeres decidimos “desconectarnos”? Tras crímenes que han conmocionado a la sociedad mexicana, como el de la niña Fátima o la joven Ingrid, la idea de una protesta en contra de la violencia y la inseguridad es una reacción lógica. No obstante, nos encontramos ante una forma diferente de manifestarnos, al “hacer visible, lo invisible”, y la mejor vía fue por medio de una convocatoria en redes sociales. “La sordera no es lo que hace al silencio. Lo que hace al silencio es la mudez… porque sin la palabra nadie es el hombre [ser humano], nada distinto de la piedra”, escribió una vez la poetisa mexicana Rosario Castellano. Ante un sistema político y jurídico que, por años, ha sido negligente con una realidad que daña o pone en peligro al 51% de la población mexicana, haciendo “oídos sordos”, las redes sociales han permitido que se alce la voz y se convoque a protestar “en silencio”.

Un reclamo que nos pertenece a todos

Con los hashtags #UnDíaSinNosotras, #El9NadieSeMueve y #UnDíaSinMujeres, comenzó un llamado en las redes sociales que unió a la sociedad mexicana de una manera que solo habíamos visto en ocasiones muy puntuales, como los sismos de 1985 y 2017. Como consecuencia, el 8 de marzo de 2020 (Día Internacional de la Mujer), vimos marchas de protesta y, con ello, las calles desbordadas en lugares con altos índices de feminicidios, como Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Puebla, Oaxaca y Veracruz, y haciendo eco en el resto de los estados de nuestro país. Al día siguiente, vivimos un paro nacional.

Nos encontramos ante una forma diferente de manifestarnos, al “hacer visible, lo invisible”, y la mejor vía fue por medio de una convocatoria en redes sociales.

Indudablemente, una característica del movimiento en contra de la violencia hacia las mujeres es que se ha “viralizado” de una manera espontánea y natural. Por encima de las posiciones ideológicas o políticas de diversos grupos ―que después quisieron sumarse o atacarlo―, encontramos un común denominador para todos los mexicanos: la necesidad de una mayor protección para las mujeres. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en enero de 2020, 320 mujeres fueron asesinadas, y 73 de esos casos fueron clasificados como feminicidios. Es así que vemos que la frase de “cada día mueren 10 mujeres en México” no es un exageración. Lamentablemente, dichos crímenes no son perseguidos con la celeridad y el cuidado que se esperaría, causando un gran enojo por la impunidad y, especialmente, ante el desconocimiento de las autoridades ante un tema tan trascendente como la violencia de género.

Más allá de los “feminismos”, una muestra de unidad

Pocos han sido los casos y las causas que han logrado unir a la sociedad mexicana. En la década de 1990, el grito de “Ya basta” del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y las protestas por “las muertas de Juárez” o, en 2004, “la marcha por la paz”, habían mostrado al mundo reclamos sociales. Pero, en la era digital, el cartel que difundió el colectivo veracruzano “Las brujas del mar”, invitando a realizar un paro nacional el lunes 9 de marzo de 2020, fue compartido en diversas plataformas y perfiles de Instagram, Facebook y Twitter, y en unas horas se habían sumado miles de mujeres con una gran empatía por la convocatoria.

Además del llamado, por medio de nuestra ausencia, a mostrar la importancia económica y social que tenemos las mujeres, escuelas de todos los niveles educativos, empresas e instituciones, buscaron crear espacios para la reflexión del papel de los hombres para prevenir la violencia de género. Por ello, la relevancia de una lucha para las mujeres y por las mujeres, no debería entenderse como acciones en contra de los hombres o a favor de partidos políticos. Es así que, inéditamente, grupos a favor de la protección de las mujeres se sumaron a una iniciativa, que iba más allá de sus diferencias políticas o religiosas, para mostrar la relevancia del tema.

Redes de ayuda que sirven para ayudar

Sor Juana Inés de la Cruz decía: “Salgan signos a la boca de lo que el corazón arde, que nadie, nadie creerá el incendio si el humo no da señales”. Pero, ¿cuáles son las señales que estamos viviendo a nivel mundial, en cuanto al tema de las mujeres?

Si bien es cierto que las protestas a favor de los derechos de las mujeres comenzaron con las sufragistas a principios del siglo XX y, posteriormente, se presentaron luchas laborales, en esta época, las imágenes de Argentina, Chile, España y Estados Unidos en los últimos 3 años han puesto el reflector en el tema, y el ciberespacio ha permitido ―en tiempo real y de manera instantánea― contar con respuestas solidarias en distintas regiones.

Este metaespacio ha mostrado que no hay mejor lugar para crear, difundir y contrastar posiciones. Sin duda, se ha convertido en el medio por excelencia para expresarnos libremente y para que los demás nos escuchen. Y, no solo eso, se ha constituido en una red que ayuda y que sirve para ayudar. Por ello, una palabra que ahora ha estado circulando constantemente en las redes sociales es la de “sororidad”.

Estamos ante una verdadera comunidad virtual o, mejor aún, ante una familia global.

Dicho concepto fue reconocido hasta 2018 por la Real Academia de la Lengua Española. Sin embargo, ya en 1921, el filósofo Miguel de Unamuno señalaba: “Habría que inventar otra palabra que no hay en castellano. Fraternal y fraternidad vienen de frater, hermano… y convendría acaso hablar de sororidad y de sororal, de hermandad femenina”. Justo esa hermandad femenina es la que está mostrándose en estos movimientos en la era digital. Desde los grupos de madres de personas desaparecidas, colectivos a favor de la igualdad salariar, iniciativas para evitar la explotación sexual, organizaciones para la reinserción de las mujeres que han estado en prisión, entre otras muchas agrupaciones, no podrían tener el eco necesario si no fuera por las redes sociales.

Por ello, estamos ante una verdadera comunidad virtual o, mejor aún, ante una familia global: tenemos un verdadero sentido de pertenencia que nos hace ver que lo que le sucede a uno, nos preocupa a todos, pues la suerte de los demás nos afecta o nos beneficia. Frente a la desarticulación de esquemas políticos y jurídicos tradicionalmente establecidos, nos encontramos con una sociedad más participativa, consciente y organizada.

Sin duda, este sería el sueño de Gandhi, Martin Luther King o Nelson Mandela pero, este movimiento es diferente. Aunque emula a iniciativas pacifistas, vemos que no se ha convocado por un “líder”, sino que proviene de los ciudadanos en conjunto, es decir, tiene más elementos en común con alguien como Rosa Parks.

Ya sea por el acoso estudiantil en las universidades, la falta de atención médica adecuada o la inseguridad, cada vez más, tenemos más ejemplos del empoderamiento de la sociedad y de la participación de una generación, los millennials, que habían sido etiquetados como apáticos. Por ello, como académica, espero que mis alumnas cuenten aún con mayores oportunidades de las que yo, afortunadamente, he tenido; como madre, deseo que mis hijas crezcan en un entorno amoroso que les permita desarrollar plenamente su personalidad; como hija y nieta, agradezco el ejemplo de trabajo y dedicación que recibí desde pequeña, y como mexicana, confío en que los gritos de “Ni una menos”, “Vivas las queremos” y “Ni una más” sean solo el recuerdo de un parteaguas en nuestra cultura, y que el camino de la paz no tarde en llegar.

LAURA CORONADO CONTRERAS es investigadora en la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México. Es doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y abogada por la Universidad Anáhuac. Es investigadora nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y autora de La libertad de expresión en el ciberespacio (Tirant, 2019) y La regulación global del ciberespacio (Porrúa, 2017). Sígala en Twitter en @soylaucoronado.

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One Response to Mujeres offline: las redes sociales y el empoderamiento de la sociedad

  1. Ramón Antonio Basurto dice:

    Mi querida Laura, estás imaginando cosas, el movimiento feminista cobró fuerza únicamente porque su movimiento fue utilizado para atacar al Gobierno de Obrador, desgraciadamente no ha sido un movimiento que genere simpatía en la sociedad, al contrario; la problemática de inseguridad la vive toda la sociedad, al pedir justicia únicamente para las mujeres, automáticamente dividen a la sociedad y excluyen a miles de familias que han perdido a uno varios de sus integrantes (hombres y mujeres) por la violencia que vive el país.

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