Participación juvenil en Brasil e Irán

1 diciembre, 2022 • Artículos, FEG Anáhuac, Latinoamérica, Medio Oriente, Portada • Vistas: 1347

Público

logo fal N eneYussef Núñez Menéndez

Diciembre 2022

Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

Crisis climática, opresión sistémica y ansiedad por el desarrollo socioeconómico representan, a grandes rasgos, los intereses colectivos de las juventudes contemporáneas. De tal forma que, contrario a las percepciones generacionales, los jóvenes son activos y están informados en los procesos de política local, nacional, regional e internacional. Si bien la participación política juvenil encuentra canales informales y digitales para manifestarse, el ejercicio del voto puede incrementar si el resultado afecta positiva o negativamente los intereses del grupo etario.

Los jóvenes (de 15 a 30 años) son motivados a participar en la (re)construcción del sistema político tanto por el idiosincrático idealismo juvenil como por el hartazgo a la herencia por omisión de descuidos sistémicos. El segundo refiere a la procrastinación de resolver la crisis climática, insostenibilidad de modelos económicos lineales o segregaciones institucionalizadas. Desde las juventudes revolucionarias de la Primavera Árabe hasta el activismo climático en París en 2015, la construcción identitaria se ha fortalecido en el transcurso de las últimas décadas.

Actualmente, dos eventos paralelos contrastan los canales participativos: formal mediante el voto, e informal por medio de protestas cívicas en favor de libertades colectivas. Por una parte, las elecciones brasileñas de 2022 ejemplifican el comportamiento juvenil electoral, donde el resultado busca mitigar la crisis climática en el Amazonas. Asimismo, es importante poner atención en las protestas feministas en Irán, donde el hartazgo social y la alianza intergeneracional cuestionan el régimen autoritario.

Jóvenes electores: elecciones en Brasil

El 30 de octubre de 2022, la ciudadanía brasileña acudió a las urnas para reafirmar o redireccionar la trayectoria nacional en las elecciones presidenciales. En la segunda vuelta electoral, el Expresidente y ganador de la elección de 2022, Luiz Inácio Lula da Silva (50.9%), y el actual Presidente, Jair Bolsonaro (49.1%), contendieron en una jornada que transparentó la gran polarización social en Brasil. Ante esto, hay que puntualizar qué representa cada candidato y por qué la mayoría de los jóvenes apoyaron a Lula da Silva.

Bolsonaro

La agenda de Bolsonaro niega categóricamente la existencia de la crisis climática. En el frente económico, el Presidente propone continuar con sus prioridades al apostar por una economía de mercado y disminuir el tamaño del Estado. En Latinoamérica, las tendencias políticas izquierdistas cuestionan el enfoque de derecha de Bolsonaro. El escepticismo regional disminuye el poder blando del gigante latinoamericano, por lo que el Brasil de Bolsonaro tendría que ceder para encontrar puntos en común a nivel regional.

Lula

El gobierno de Lula replicará su antigua política económica. Apelar a la prosperidad económica en tiempos de incertidumbre e inflación ha fortalecido su narrativa. Los pilares de desarrollo económico son reducir la hambruna y la pobreza, optimizar el crecimiento económico mediante el desarrollo sostenible y el fortalecimiento fiscal. Garantizar un entorno político estable y un clima de negocios atractivo será fundamental para atraer inversiones extranjeras y promover la prosperidad a largo plazo. En política exterior, el Presidente electo priorizará la cooperación con el Sur global y trabajará para recuperar el papel destacado que tuvo Brasil a nivel internacional. Asimismo, por lo tanto, su agenda nacional como internacional cambiará radicalmente la estrategia medioambiental adoptada bajo el actual gobierno.

Perspectiva juvenil

La juventud brasileña encontró el valor de la voz política durante el gobierno de Bolsonaro. Los jóvenes han tenido el registro de votantes más significativo en la democracia brasileña. Asimismo, han liderado el movimiento anti-Bolsonaro con protestas contra sus recortes en educación, el manejo de la pandemia de covid-19 y los abusos policiales. Hacia finales de julio de 2022, las encuestas reflejaban que 70% de los jóvenes brasileños no votaría por Bolsonaro bajo ninguna circunstancia. Paradójicamente, los votantes más jóvenes de Brasil apuestan su futuro en el candidato de edad más avanzada. Aunque Lula ahora tiene 76 años, los jóvenes brasileños dicen que está completamente comprometido con los temas del día: derechos LGBTQ+, racismo y, sobre todo, crisis climática. De tal forma, las juventudes brasileñas anhelan una alianza intergeneracional para velar por sus intereses etarios.

Contrario a las percepciones generacionales, los jóvenes son activos y están informados en los procesos de política local, nacional, regional e internacional.

Lula sigue siendo una figura divisiva en Brasil, donde muchos ciudadanos recuerdan los escándalos de corrupción que encarcelaron al izquierdista. A pesar de las dudas que despierta su pasado, las áreas donde abundan pobres índices desarrollo económico e infraestructural, mayores indicadores de violencia y gobiernos locales corruptos e ineficaces eclipsan los escándalos de Lula da Silva. Ante la notoria polarización ideológica en la intención de voto, la histórica participación juvenil es uno de los mayores elementos que favoreció el resultado electoral de Lula y, en consecuencia, la lucha climática en el Amazonas.

Juventudes disruptivas: hartazgo iraní

La ciudadanía iraní se ha manifestado en docenas de ciudades con los cantos “mujeres, vida y libertad” y “muerte al dictador”. El rechazo al gobierno teocrático de la República de Irán ha resultado en la mayor manifestación contra el sistema gobernante en más de una década.

El asesinato de la joven de 22 años, de ascendencia kurda-iraní, Mahsa (Zhina) Amini, ha desatado días de protestas civiles lideradas por mujeres, indistinto a sus edades. La alianza intergeneracional nace del principio de que Amini simboliza a una hija, hermana o amiga que fue privada de la vida por “no cumplir” con el código de vestimenta, de acuerdo con los estándares teocráticos iraníes. Amini puede ser, o ha sido, cualquier historia de las mujeres iraníes bajo el régimen autoritario del líder supremo, el ayatola Alí Jamenei. Las redes sociales han viralizado videos de mujeres desprendiéndose y quemando sus hiyabs.

Herramientas digitales y juventudes iraníes

A diferencia de protestas anteriores, como las de 2009, 2017 y 2019, las manifestaciones iniciadas por mujeres jóvenes han trascendido las diferencias sociales, económicas, culturales, étnicas y etarias. La unificación por medio del descontento social es el resultado de la propagación de un malestar social colectivo viralizado en redes sociales. Es tal el impacto de plataformas como WhatsApp e Instagram que el acceso a internet continúa interrumpido o completamente bloqueado con el fin de dificultar la organización, viralización y actualización tanto nacional como internacional de los disturbios.

Las jóvenes iraníes han liderado las manifestaciones porque sienten que no tienen nada que perder. Paralelamente, el apoyo de generaciones mayores nace del anhelo y esperanza de proveer mayor calidad de vida a sus hijas. Para las jóvenes iraníes, la muerte de Amini provocó una explosión de furia reprimida por la supresión de los derechos de las mujeres por parte del régimen. Para las activistas mayores ha reabierto las cicatrices de levantamientos anteriores y ha insuflado nueva vida a la lucha de décadas por la libertad.

En las manifestaciones, aunado al uso de la coerción, una práctica común utilizada por el gobierno de Irán son los cortes al acceso a internet. No obstante, para ayudar a los iraníes a acceder a la web, el gobierno estadounidense autorizó a las empresas de tecnología a ofrecer plataformas y servicios seguros dentro de Irán, sin riesgo de violar las sanciones de Estados Unidos que normalmente impiden hacer negocios en ese país. También autorizó a la exportación de equipos privados de internet por satélite, como el servicio Starlink, ofrecido por SpaceX de Elon Musk, a Irán.

El gobierno iraní regula el acceso y el contenido en internet, como acostumbran los gobiernos autoritarios, para restringir la información occidental. Asimismo, desde la Primavera Árabe, bloquean el acceso a redes sociales con el propósito de evitar la propagación de revueltas sociales. El gobierno bloqueó las redes sociales en Teherán y partes de Kurdistán. Si bien las plataformas digitales no son una herramienta que traerá un cambio sustancial por si mismas ni son necesariamente el motor de movilización de masas, estas tienen un papel de documentación para la rendición de cuentas y evidencian acontecimientos primordiales en la sociedad.

Tanto las manifestaciones iraníes de 2022 como los movimientos que le precedieron han tenido una protagónica participación juvenil. Particularmente, las mujeres jóvenes continúan saliendo a las calles y encuentran formas de protestar en línea para exigir mayores libertades sociales y un gobierno que sirva mejor a los intereses del público iraní.

Participación juvenil en 2022

Culturas y tradiciones diferentes son unidas por un malestar colectivo en contra el sistema establecido. La natividad digital y el comportamiento político de la juventud son síntomas empíricamente entrelazados de hacia dónde se dirige la democracia moderna. Hay una necesidad fundamental de incluir la perspectiva de los jóvenes en la reconstrucción de los sistemas políticos. Las redes sociales son tan solo una herramienta de participación empleada primordialmente por las juventudes, que se auxilian de ellas para satisfacer sus intereses: acción climática, equidad de género y justicia social.

Si bien los eventos analizados no son movimientos juveniles por sí mismos, sino comportamiento electoral y movimiento feminista, respectivamente, las juventudes como agente de cambio intercambian intereses en la conformación de alianzas intergeneracionales. En ambos casos, el hartazgo social ha sido un llamado a la acción para dirigir el desarrollo de sus respectivas sociedades en el rumbo que se ajuste mejor a sus intereses. De tal forma, las juventudes evolucionan de ser ciudadanos pasivos a ser agentes de cambio.

YUSSEF NÚÑEZ MENÉNDEZ es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac México, campus norte. Es maestrante en Desarrollo Internacional y Crisis Humanitarias en la London School of Economics and Political Science (LSE) con especialidad en Economía Aplicada para el Desarrollo. Es asociado del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (PJ Comexi) y analista de política internacional. Sígalo en Twitter en @YussefNunez.

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