Los cazadores de migrantes

29 abril, 2016 • Entrevistas, Latinoamérica, Norteamérica, Portada • Vistas: 7282

Comunicación ITAM/Miguel Morales Domínguez

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Entrevista FAL a Jonás Cuarón, director de la película Desierto

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Abril 2016

«Las palabras son tan peligrosas como las balas», es la frase con la que concluye el video promocional de la película Desierto. Con esta oración, el guionista y director Jonás Cuarón hace referencia a la xenofobia infundida por Donald Trump en contra de los migrantes, pero también busca retratar el sentimiento que prevalece a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. Ante la importancia que ha tomado este tema en medio de las campañas presidenciales en dicho país, Gerardo R. Valenzuela, Subdirector Editorial de Foreign Affairs Latinoamérica, conversó con el cineasta para hablar más acerca de su más reciente película y de la situación política que prevalece del otro lado de la frontera.

 

Foreign Affairs Latinoamérica – ¿De dónde y por qué surge Desierto?

Jonás Cuarón – Hace como 10 años viajé a Tucson, Arizona con mi hermano Diego como parte de la promoción de la película Temporada de patos (2004). Estando allá, el personal del Consulado de México nos invitó a realizar un recorrido por sus instalaciones, durante el cual nos contaron historias sobre el cruce fronterizo en Arizona que, dicho de paso, es una de las zonas más utilizadas por los migrantes. Sin duda, eran historias muy trágicas que despertaron mi interés sobre el tema. A la par, en esa época empezaron a surgir políticas antiinmigratorias en Estados Unidos y se destapó una retórica antiinmigrante muy fuerte. Por muchos años quise hacer una película que abordara este tema, pero quería realizarla de una manera que llegara a un mayor público y no solo a los que están acostumbrados a hablar sobre esta problemática. De alguna manera, quería llegar a un público que quizá no tiene esta conciencia sobre la migración, y fue cuando se me ocurrió disfrazar la temática en una película de acción. De esta forma, si no te interesa la temática o tienes una postura contraria, igual la puedes disfrutar porque, al final, es una película de acción pura.


FAL – En los últimos años se han realizado muchas películas que abordan el tema de la migración, pero tu planteamiento es distinto al presentar a este personaje que representa al movimiento «minutemen», conformado por rancheros del sur de Estados Unidos que se dedican a cazar migrantes. ¿Por qué abordarlo desde esa perspectiva?

JC – Cuando me enteré del fenómeno «minutemen» me impresionó mucho descubrir que haya una comunidad en la que su hobby principal surja a partir del odio al migrante. Entonces, por ese motivo me interesó utilizar al «minuteman» como arquetipo. Tuve la oportunidad de ver el documental Cartel Land que, dicho de paso, es una obra impresionante. Sin embargo, no entendí la comparación que hacen entre el fenómeno de las autodefensas, que es muy complejo, sobre todo porque que está reaccionando a una amenaza real -violencia, agresiones, secuestros-, con los grupos paramilitares que recorren la frontera de Arizona. Al final, la única amenaza real a la que se enfrenta el fenómeno de los «minutemen» es a la ideológica.

Comunicación ITAM/Miguel Morales Domínguez

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FAL – Previo a las elecciones primarias en Arizona, dónde se desarrolla la trama de Desierto, el demócrata Bernie Sanders visitó Nogales, Arizona, lugar donde simbólicamente nace el movimiento de los dreamers. Simultáneamente, el republicano Ted Cruz visitó Douglas, Arizona, cuna de los «minutemen». En medio de esta disputa por la Casa Blanca, ¿en dónde queda la comunidad latina?

JC – Más que la posición de los latinos, lo que me impresionó cuando viajé a Arizona, y es lo que quise retratar con «Sam», el personaje que interpreta Jeffrey Dean Morgan, es que irónicamente en estados como Arizona, donde los políticos promueven más esta retórica, son los más pobres que he visto en Estados Unidos. A pesar de ser una zona de pobreza extrema, a los políticos les parece más fácil usar al migrante como chivo expiatorio y echarles la culpa por su propia falta de inacción política y, en muchos casos, hasta por la pobreza en el estado.


FAL – En este proceso electoral, pareciera que los migrantes son el debate, pero ¿realmente consideras que la comunidad latina, para bien o para mal, mantendrá la atención del nuevo presidente de Estados Unidos?

JC – Lo más triste de esta situación es que no se está debatiendo la posición de los latinos de manera positiva, solo se debate entre aspectos negativos y más negativos. No sé si somos el centro del debate, pero algo que es muy sintomático es que, obviamente, esta retórica antiinmigrante les está funcionando a los políticos estadounidenses. Es lamentable ver que mientras más odio expreses contra los migrantes más apoyo popular consigues. Eso me parece impresionante y aterrador.


FAL –
En Desierto presentas a «Moisés», el personaje que interpreta Gael García Bernal, que busca reencontrarse con su hijo después de ser deportado. En ese sentido, Barack Obama es señalado como el presidente que más migrantes ha deportado, pero también dio cobijo a los dreamers. ¿Cómo crees que lo juzgará la historia?

JC – Nunca he sido un buen analista político pero es un hecho que Obama es uno de los presidentes que más migrantes ha deportado. Desde que Gael me planteó la idea de que su personaje no estuviera cruzando la frontera por primera vez, sino que estuviera volviendo para reencontrarse con su familia, me interesó mucho destacar ese punto, porque es una idea que subraya lo arbitrario que son los países. A pesar de que hayas hecho toda una vida en Estados Unidos, por falta de papeles te puedan arrancar de tu familia, de tu vida y mandar a un país en el que ya no tienes tantas raíces. Eso siempre se me ha hecho muy fuerte. En Estados Unidos colaboro en un proyecto con mujeres mexicanas y centroamericanas que no conocen a sus hijos porque los dejaron desde muy temprana edad para cruzar la frontera, por lo que solo los han visto en fotos. Me parece muy cruel que por la arbitrariedad de una frontera alguien no pueda estar con sus hijos. Sin embargo, no solo es lamentable que Obama sea el que más deportaciones ha hecho en su gobierno, sino que también, en los dos últimos años ha habido más deportaciones de México hacia Centroamérica, que de Estados Unidos a México. En ese sentido, es importante estar conscientes de que la migración no es un problema local, sino universal.

Comunicación ITAM/Miguel Morales Domínguez

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FAL – Hablando propiamente del desierto, hemos visto que en los más recientes filmes de Alfonso Cuarón, de Alejando González Iñárritu y ahora en tu película, el lugar donde se desarrolla la trama forma parte fundamental de la historia. ¿De dónde surge esta necesidad de que el ambiente juegue un papel protagónico?

JC – En películas como Desierto el concepto es contar una historia por medio de la yuxtaposición de un personaje y un medio ambiente. No necesitas tantos diálogos porque la misma acción del personaje que sobrevive a ese entorno te cuenta la historia. Cuando escribí el guion y se lo enseñé a mi papá (Alfonso Cuarón), le interesó tanto el concepto que decidimos adaptarlo al espacio, y así surgió Gravity (película ganadora de siete premios Oscar). Lo interesante es que son dos conceptos distintos, en contextos distintos, con historias que son totalmente distintas, una más teológica, sobre el universo y el renacer, y la otra sobre la vida, la tierra y la odio. Siempre digo que Desierto es la versión con los pies en la tierra de Gravity.


FAL –
Después de escribir Gravity junto con tu padre, Alfonso Cuarón, presentas Desierto, una crítica a estos conservadores estadounidenses enemigos de la migración. ¿Cómo crees que recibirá Hollywood esta crítica?

JC – Creo que la reacción va a ser positiva. Como Desierto es una película de género puro, independientemente de la postura que tengas, se puede disfrutar como una buena película de terror, y ese siempre fue mi objetivo. Al platicarlo con mi guionista, decidimos abordar la temática migratoria de tal manera que pudiéramos enviar un mensaje, de manera sutil, a la gente estadounidense, a los simpatizantes de los «minutemen» y a todos aquellos, incluso en México, que están en contra de la migración. Hace unos días, durante una función especial de apoyo a migrantes que realizamos aquí en México, una señora empezó a decir comentarios terriblemente racistas en contra de los migrantes centroamericanos. Eso me sorprendió sobremanera porque no era posible que en una función de apoyo a migrantes, en la Ciudad de México, que concentra el poder y los recursos del país, en una ciudad cosmopolita, prevalezca este tipo de retórica.


GERARDO R. VALENZUELA es Subdirector Editorial de Foreign Affairs Latinoamérica. Sígalo en Twitter en @ForeignAffairsL. Esta entrevista fue editada para ajustarse al formato de publicación.

 

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