Inglaterra en Fuera de Lugar

1 junio, 2018 • Artículos, Asuntos globales, Europa, Regiones • Vistas: 3887

  Maite Soto Crespo, Andrés Guzmán Mustre y Gabriel Castillo Villalva

Junio 2018

¿Inglaterra puede ser un referente del futbol? Inglaterra fue el primer país en crear un club de futbol (Sheffield F.C.), sentando las bases para la creación de la Football Association en Londres, en 1848. El estilo clásico de juego que resaltaba el orden inglés, característico de su sociedad, lo llevaron a ser uno de los gigantes en futbol. Sin embargo, el insípido manejo de sus programas deportivos ocasionó que el equipo de La Rosa fuera alcanzado por otros países europeos, como es el caso de Alemania. Su hegemonía futbolística fue interceptada por el repentino surgimiento de una potencia germánica que parecía tener una mejor técnica y disciplina. Dentro de Europa, en la década de 1930, el futbol internacional estuvo impregnado de profundos sentimientos nacionalistas y del auge del fascismo.

Uno de los casos más resonados se remonta al preludio de la Segunda Guerra Mundial. El 14 de mayo de 1938 tuvo lugar un encuentro amistoso entre Alemania e Inglaterra en el que la agresividad de la primera, a los ojos de la comunidad internacional, se había vuelto más que evidente. Solo unas semanas antes, Adolf Hitler había anexado a Austria en lo que se denominó como el Anschluss. Durante el himno nacional de Alemania, los ingleses realizaron el controvertido saludo nazi. Mucho se ha especulado en torno a los eventos que ocurrieron en los vestidores del equipo inglés, previo al inicio del partido, sobre qué fue lo que les llevó a actuar de tal manera. De acuerdo con el jugador estrella, Stanley Matthews, dos oficiales de la Asociación de Futbol ingresaron a los vestidores y les informaron que por órdenes de Neville Henderson, Embajador británico en Berlín, tenían que realizar el saludo propio.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial se hizo evidente que los grandes poderes europeos, como lo eran Francia y el Reino Unido, habían pasado a segundo plano. El lugar lo tomó Estados Unidos y la Unión Soviética mostrando al mundo su poder militar y político. A menudo se dice que la política exterior británica de posguerra ha girado en torno a «manejar el declive o la decadencia», alejándose de los intereses coloniales y manteniendo su papel internacional en reconocimiento de sus recursos disminuidos. El Reino Unido quería mantener una relación especial con Estados Unidos y entendían que ahora ellos eran la potencia mundial. Pero sus países vecinos, especialmente Alemania y Francia, tenían otros planes con los que buscaban contrarrestar ese poder. Así, los británicos decidieron no participar en el primer proceso de integración de la Comunidad Económica Europea, establecida en 1957. El Reino Unido siguió buscando una oportunidad para demostrarle al mundo que había logrado superar la guerra y estaba dispuesto a hacerlo de cualquier manera.

El triunfo que la llevó al declive

La necesidad de Inglaterra para darse a conocer en el ámbito internacional era evidente, una oportunidad se les presentó cuando fueron elegidos para ser los anfitriones de la Copa del Mundo de la  Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) de 1966. El primer y único mundial donde Inglaterra se levantó como campeón, aunque se vio claramente amañado para que ganara el equipo de los tres leones. En cada uno de sus juegos hubo una decisión arbitral que favoreció a los locales, además de que Inglaterra fue el país con mayor días de descanso entre partidos. Logró superar a sus similares de Argentina y Portugal para disputar la final contra Alemania. En esta final se marcó un gol que debió ser anulado ya que el balón no logró pasar la línea de meta. Inglaterra se logró coronar por primera y única vez de forma polémica.

Esta victoria significaba el inicio de una pasividad inglesa en su juego, ya que en esos años el ganador del Mundial clasificaba automáticamente al siguiente torneo. Esto significaba que dejaría de jugar partidos de eliminatoria y solo jugaría partidos amistosos que tienen un nivel muy inferior. Su falta de esfuerzo se vio reflejada cuando en el Mundial de México 1970 no pudieron vencer a Alemania en cuartos de final, dejándolos en el octavo lugar de la competición. 2 años más tarde, los ingleses serían eliminados de las dos competiciones más importantes: la Eurocopa y el Mundial. Mentalizados para  dar vuelta a la página, decidieron correr a Alf Ramsey, pero no lograron su cometido, pues en los siguientes 4 años también fueron eliminados de las dos competencias. Es decir, Inglaterra estuvo eliminada de competiciones internacionales durante 8 años hasta su regreso en 1982 con una actuación discreta que le valió el sexto lugar. Inglaterra no encontraba la clave para dejar atrás al controversial Mundial y volver a llegar a una estancia final sin ayuda arbitral.

El resurgimiento inglés

Después de los desastres económicos y futbolísticos que vivió Inglaterra en esos años, lo llevaron a manos de un gobierno neorealista encabezado por la Dama de Hierro, Margaret Thatcher. Su llegada significó una completa transformación del Imperio británico por medio de la privatización. La Primer Ministra fue la responsable de que Inglaterra firmara el Acta Única Europea con la cual aseguraba un mercado único con la Comunidad Europea pero, mientras tanto, también se alineaba con la política externa de Estados Unidos. Esto trajo a la isla un crecimiento socioeconómico radical. Gracias a la presencia de políticas conservadoras, es como el Reino Unido volvió a ser considerado un país participante en los discursos internacionales.

Esto se vio reflejado en el futbol ya que fue en los años de Thatcher que los ingleses volvieron a jugar los Mundiales y ser protagonistas en cada uno de ellos. Inglaterra retomó el buen futbol en el Mundial de Italia 1990 cuando logró vencer las primeras dos fases de grupos y se enfrentó en la semifinal contra el equipo más fuerte del momento, Alemania Federal. Ante una situación cuesta arriba los ingleses lograron llevar el partido a penales, en los cuales perdieron. Después de tantos años Inglaterra regresó a una estancia final (semifinales y el juego por el tercer lugar) en el cual se levantó como el cuarto mejor equipo de la competición. Además, el equipo femenil se levantó con dos copas mundiales en los años de gobierno de Thatcher, haciendo así una reivindicación política, social y atlética del papel de la mujer como una vía para el nuevo progreso inglés.

La lucha moderna

Después de la reivindicación del futbol del equipo de La Rosa, parecía que Inglaterra gozaría de unos años venideros muy fructíferos para la nación y para el futbol. Subió al poder una figura que prometía llevar a Inglaterra al siglo XXI, Tony Blair. La estrategia que usó en cuanto a política interna se basó en «La Tercera Vía» que buscaba hacer al sistema político más democrático, transparente y efectivo. Se pensaba que el gobierno británico era excesivamente elitista y centralizado por lo que una de las principales reformas que decidió llevar a cabo fue la de la «devolución». Con esto se garantiza la creación de niveles de gobierno en Escocia y Gales para acercar más las instituciones a la gente. Parecía que después de muchos años el Reino Unido podría trabajar de manera armoniosa.

En el futbol pasaba algo similar, ya que Inglaterra llegó a disfrutar de una generación de futbolistas candidata para ganar cualquier torneo al que asistieran. Para los Mundiales de Corea-Japón 2002 hasta Brasil 2014 Inglaterra gozó de una selección inglesa de oro con estrellas como Wayne Rooney, Steven Gerrard, Frank Lampard y el balón de oro Michael Owen, además de su referente estrella y primer jugador realmente mediático David Beckham. Un equipo con un balance perfecto y estilo de juego envidiable. Para muchos el futbol inglés volvía a hacerse de qué hablar ya que tanto en las competiciones europeas a nivel de clubes (UEFA Champions League como la más importante) presentaron una nueva forma de juego que los llevó a competir por siete finales seguidas de algún equipo inglés.

Sin embargo, ni su selección nacional logró conquistar algún trofeo ni su política democrática y progresista evitó que Inglaterra participara de la guerra contra el terror. Este ha sido uno de los mayores fracasos a nivel nacional y creó un descontento generalizado. Esto se logró ver en las últimas actuaciones del equipo nacional siendo derrotados en fase de grupos del último mundial y por Islandia en la Eurocopa. A nivel político también se tomaron decisiones catastróficas para el país: se llevó a cabo el brexit como consecuencia de la desilusión europea que tenían los ciudadanos.

Actualmente Inglaterra envió a un equipo muy limitado en sus habilidades futbolísticas al Mundial de Rusia 2018, el cual tendrá que enfrentarse a la selección de Bélgica (favorita para ganar el grupo), Túnez y Panamá. Seguramente podrán pasar a octavos de final en el cual se enfrentarían al combinado de Colombia, en el que podría ser su último partido. En el ámbito político el Reino Unido tampoco disfruta de su mejor momento, ya que tienen pocos meses para negociar algunos beneficios del brexit y no quedarse con las manos vacías.

MAITE SOTO CRESPO, ANDRÉS GUZMÁN MUSTRE y GABRIEL CASTILLO VILLALVA son estudiantes de la licenciatura en Relaciones Internacionales en el ITAM. Sígalos en Twitter en @maitesotoc y en @GabrielCasVilla.

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