FTX: quiebre bajo su propio riesgo

29 junio, 2023 • Artículos, Asuntos globales, Portada, Red Omnia • Vistas: 888

Más allá del especulativo mundo de las criptomonedas

Quora

logo fal N eneLictor Prianti

Junio 2023

Una colaboración de la Red Omnia

En 2022, mientras subían las tasas de interés, caían uno a uno los grandes intercambios de criptomonedas. Un caso especifico, el de FTX, fue tan sonado como convulso por el tamaño del intercambio, sus prácticas fraudulentas, y la figura central de su fundador en el enredo. Ante las recientes acciones de los reguladores estadounidenses en contra dos grandes actores del mundo de las cripto, es conveniente rememorar el caso FTX, darle un vistazo al mundo de las criptomonedas, sus (grandes) riesgos, promesas y limitaciones.

FTX, los orígenes

Los Medici empezaron como gánsteres y terminaron como papas de Roma, reinas de Francia y duques toscanos después de iniciar su negocio de cambio de divisas. Lo que empezó como operaciones clandestinas para financiar al ejército de Arthur Wellesley, Duque de Wellington, contra Napoleón Bonaparte terminó siendo la fortuna de los Rothschild. Y la influencia de John Pierpont Morgan, banquero de la edad de oro estadounidense, se siente hasta nuestros días mediante sus dos poderosos vástagos: los bancos JP Morgan y Morgan Stanley. No es raro que cualquiera en el mundo de las finanzas sueñe con esa oportunidad que lo catapulte al frente del mundo financiero (o del mundo, en general), y qué mejor oportunidad que las criptomonedas para convertirse en el siguiente grande de la industria. Con este empuje, Sam Bankman-Fried construyó un imperio que lo convirtió en uno de los hombres más ricos de la Tierra y que, al final, lo devoró y lo devolvió a casa de sus padres sin un centavo y con ocho cargos pendientes ante la justicia estadounidense. Su caída es una historia de juicios desmedidos y descuidos criminales, pero, también, una ilustración del riesgo de las criptomonedas, así como de la falta de comprensión tanto de la utilidad real de estos activos como de sus limitaciones y fricciones.

En noviembre de 2017, Bankman-Fried empezó su corta carrera en este mundo digital fundando Alameda Research, plataforma de comercio de criptomonedas que empezó aprovechando oportunidades de arbitraje entre el precio del bitcoin en Estados Unidos y Japón. Sam dejó su trabajo para dedicarse al nuevo mundo de oportunidad que había descubierto y, poco después, atrapado entre el éxito de Alameda y los súbitos incrementos de los precios de las criptomonedas, fundaba otra empresa: FTX, plataforma de intercambio y cartera de criptomonedas, así como de derivados. Pronto se convirtió en un monstruo financiero que se infló hasta tener una valuación de 40 000 millones de dólares en su pico. Era un mundo por fuera de las normas y las regulaciones corruptas de cualquier gobierno, en el que ofrecía a sus clientes servicios financieros expeditos, anónimos y seguros, todo basado en la idea de que los usuarios eran los dueños.

Criptomonedas, usos y costumbres

Es imposible ahondar en el mundo de los activos virtuales sin explicar las cadenas de bloques (blockchain) ⸺fundamento tecnológico de este universo⸺ y la primera moneda acuñada en sus nodos, el bitcoin. Propuesto por el criptógrafo David Chaum, las blockchain son una tecnología de contabilidad distribuida, que son bases de datos electrónicas mantenidas simultáneamente y sincronizadas mediante un número de nodos (computadoras) en una red. La información de cada transacción es enviada a cada nodo para ser validada y agrupada en un bloque donde se mantienen todas las transacciones, como lo explica Eswar Prasar en “The Future of Money: How the Digital Revolution is Transforming Currencies and Finance”. Así, las blockchain pueden funcionar como un registro público donde todos los actores validan las transacciones que ahí mismo suceden.

Por su parte, el bitcoin nació en 2008, mientras el mundo financiero se derrumbaba. Esta moneda digital se diseñó con un límite de 21 millones y con la intención de que todas las transacciones fueran anónimas, seguras, públicas y sin intermediarios bancarios. Eran anónimas, pues cada usuario tendría una llave digital anónima para su cartera; seguras, ya que entre más crece la red, más poder computacional se necesita para hackear el sistema, haciendo casi imposible un ataque, y se consideraban públicas, puesto que las transacciones se realizaban mediante un consenso llamado Prueba-de-Trabajo, donde distintos “mineros” compiten por registrar transacciones en las blockchain, recibiendo como señoreaje una comisión por su trabajo. El activo digital llegó a valer más de 61 000 dólares, liderando un mercado de criptomonedas que combinadas tuvieron una capitalización de más de 3 billones de dólares en su pico, como lo señaló Yvonne Lau en “Cryptocurrencies hit market cap of $3 trillion for the first time as Bitcoin and Ether reach record highs”.

Sin embargo, en el éxito de las criptomonedas se encuentra su precaución. ¿Cómo es que una moneda (aunque sea digital) puede valer tanto? Una explicación es que su alto valor es consecuencia de la alta demanda energética requerida para minar. Según esta teoría, el precio mínimo del bitcoin sería el costo de minar alrededor de 8000 dólares. Otra explicación es que el número limitado de bitcoines empuja el precio hacia arriba por la escasez. Y que, a su vez, por ser la primera y la más mediática de todas las criptomonedas, el alto precio del bitcoin aprecia a las demás criptomonedas. El problema de todos estos argumentos es que solo atienden a la oferta, sin ocuparse de explicar la demanda. Y sin demanda no hay oferta. Entonces, ¿de dónde viene la demanda?

Para funcionar, el dinero debe ser un depósito de valor, una unidad de cuenta y un medio de intercambio. Con desplomes brutales en cuestión de horas, no podemos decir que las criptomonedas sean un gran depósito de valor. No es fácil encontrar un caso como el de la moneda Luna, que, en mayo de 2022, perdió todo su valor en cuestión de horas. Esta volatilidad también hace que las criptomonedas sean inútiles como unidad de cuenta. Tesla permite hacer pagos por sus coches en bitcoin. Sin embargo, ¿cuánto vale un Tesla en bitcoin? Es difícil tasar un bien cuando el “dinero” puede perder 10% de su valor en lo que manejas de tu casa a la agencia. Por último, son difícilmente concebibles como medio de intercambio. Los profesores David Easley, Maureen O’Hara y Soumya Basu han apuntado que el incremento en el volumen de transacciones de varias criptomonedas, junto con límites temporales en el número de bloques que pueden ser puestos en las blockchain, previenen algunas transacciones antes de siquiera ser validadas.

Si las criptomonedas no están funcionando para su pecuniario propósito, vale la pena preguntarse otra vez, ¿de dónde viene la demanda? Una parte viene de pagos ilegales efectuados en estos opacos instrumentos, como en las transacciones de fentanilo, donde el bitcoin es el método de pago preferido (El País, junio de 2023). Aunque ni siquiera para los negocios ilegales se usan tanto, pues, como lo indica Prasar, estas monedas son muy vulnerables a ataques cibernéticos. La mayor parte de la demanda viene de la percepción que la gente tiene del valor futuro de las criptomonedas, lo que infla el precio de estos activos. En pocas palabras, la especulación alimenta la demanda. Y, para complementar y emocionar a los especuladores, están las “ballenas”, individuos o grupos que poseen las suficientes criptomonedas como para manipular el mercado a su conveniencia, utilizando stablecoins ⸺monedas digitales cuyo valor se mantiene en paridad al dólar u otros activos digitales para este propósito, como lo señalaron Amin Shams y John M. Griffin en “Is Bitcoin Really Untethered?” (The Journal of Finance, junio de 2020).

Los discursos llenos de falsedades no hacen más que inflar el precio de los activos que no demuestran tener una utilidad real, más allá de los sueños poco realistas y desinformados que engendran en algunos.

Pero no solo manipulando el mercado se inflaron los precios de las criptomonedas. Manipular mediante una narrativa ha sido igual de importante en la valuación de estos activos digitales. Suscrito al “altruismo efectivo”, movimiento que recauda donaciones para “impactar con evidencia y racionalidad”, Bankman-Fried veía en FTX “el potencial de mejorar las vidas de muchas personas”. Estaba seguro de que sus empresas estaban “cambiando” al mundo, ignorando, convenientemente, la huella de carbono de las monedas digitales. El más sonado de estos “cambios” era el de la descentralización, que convirtió a las criptomonedas en la panacea financiera de libertarios y crédulos. Según esta narrativa, las monedas digitales prometen devolverle el poder a la gente al quitar al “abusivo” intermediario y al “corrupto” Estado. Pero, al confundir el argumento liberal clásico de contener y controlar al poder con la existencia misma del Estado, el libertario pierde el enfoque y no distingue entre poder y Estado, convirtiendo lo público en sinónimo y blanco de su rabia.

No se puede negar que el sistema financiero es bastante mejorable, pero negar que el andamiaje institucional construido es necesario y funcional por la experiencia de los últimos siglos empata al argumento libertario con la ignorancia histórica. Empezando por el primer experimento sueco de un banco central ⸺que acabó en una depresión en el siglo XVII⸺ y siguiendo con Estados Unidos, que sin un banco central plagó su siglo XIX de corridas bancarias y recesiones, regular el sistema financiero ha sido esencial para estabilizar los ciclos económicos y protegerse de abusos a los consumidores. Otro ejemplo es la experiencia estadounidense posterior a la Gran Depresión, cuando un conjunto de reformas terminó con los pánicos bancarios y los ciclos deflacionarios que impedían la recuperación económica. Derruir lo existente es un despropósito: va contracorriente del esfuerzo de construir un sistema más justo y seguro. Sin embargo, los discursos llenos de falsedades no hacen más que inflar el precio de los activos que no demuestran tener una utilidad real, más allá de los sueños poco realistas y desinformados que engendran en algunos.

FTX, la ruina

La inflación pospandemia azotó al mundo desde 2021. Como consecuencia, la mayoría de los bancos centrales subieron las tasas de interés para cumplir su cometido de mantener la estabilidad de los precios, después de más de una década anómala con tasas en ceros. Esta situación ha representado un golpe severo para la criptoindustria, quebrando muchas de sus empresas.

No está claro cuándo empezó a decaer Alameda Research, pero, para mediados de 2022, un mercado de criptomonedas en picada tenía en dificultades a la plataforma. Como solución, Bankman-Fried y sus amigos-ejecutivos, decidieron, a puertas cerradas, darle un préstamo a Alameda utilizando los fondos de los consumidores de FTX. Como colateral, Alameda usó tókenes de FTX que tenía en reserva, llamados FTT. Estos FTT eran emitidos por la empresa a su antojo y vendidos a los usuarios a cambio de descuentos, quienes confiaban ciegamente en el valor de estos tókenes, como lo indican Dave Michaels, Elaine Yu y Caitling Ostroff en “Alameda, FTX Executives Are Said to Have Known FTX Was Using Customer Funds” (The Wall Street Journal, noviembre de 2022). Esta confianza se perdió en noviembre de 2022 cuando CoinDesk, un sitio de criptonoticias, descubrió que Alameda era la poseedora de la mayoría de estos FTT. Esto evidenció deficientes manejos financieros, y Binance, rival de FTX, vendió todos los FTT en su poder, hundiendo el precio del token. Esto desató una corrida contra FTX, que no pudo cumplir su compromiso de honrar los depósitos a la par, dado que los FTT que le había dado Alameda como colateral ya no valían nada.

Con la sombra de la bancarrota acechando, Bankman-Fried ofreció FTX y Alameda a Binance, a cuyo dueño le bastó con ver los libros de contabilidad para comprender que estas empresas eran insolventes e insalvables. Este fue el último recurso de Sam antes de aceptar lo inaceptable. Después de una brutal semana y media, a Bankman-Fried no le quedó más opción que dejarle sus empresas a John Ray, experto en restructuraciones. Pocos días después, Sam fue arrestado en Bahamas y extraditado a Estados Unidos, donde se encuentra en libertad condicional en casa de sus padres, según lo narró Joshua Oliver en “Sam? Are you there? The bizarre and brutal final hours of FTX” (The Financial Times, febrero de 2023).

¿Algo que rescatar?

Con 38 años y 8000 millones de dólares de sus clientes perdidos, Bankman-Fried se enfrenta a cargos ante el Tribunal del Distrito del Sur de Nueva York por lavado de dinero, fraude electrónico y fraude de valores, entre otros. Desgraciadamente, muchos que se veían como inversionistas astutos no entienden cómo desaparecieron sus ahorros, cuando con tanta serenidad se los dieron a empresas opacas que, como se vio después, incurrieron ilegalmente en prácticas similares a las de la reserva fraccionaria con el riesgo moral disparado y sin ningún tipo de supervisión ni seguro sobre los depósitos de los clientes. Para controlar a estos actores es que, en 2023, la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense lanzó un órdago legal contra los dos actores más grandes en lo que queda del universo cripto, Binance y Coinbase, a los cuales amenaza con congelarles sus cuentas y convertir sus activos a dólares.

Sin embargo, que las criptomonedas sean en su mayoría especulación y manipulación, no significa que la tecnología de blockchain sea inútil. Negar su relevancia sería ceguera. Siempre que sean regulados y logren disminuir su monumental huella de carbono ⸺algo que se está logrando al cambiar el consenso a Prueba-de-Participación⸺, la utilidad de los smart contracts o los Security Token Offerings no puede ser ignorada. Tampoco el potencial que tienen las blockchain para mantener registros de información (catastros, actas de nacimiento, títulos de propiedad) y agilizar la administración pública. Ni la que puede ser la aplicación más trascendente de las blockchain, las monedas digitales de los bancos centrales, que pueden tener un impacto mayúsculo en la conducción de la política monetaria y la inclusión financiera. Estas y otras aplicaciones relevantes deberían ser fomentadas, exploradas y desarrolladas por actores públicos y privados por sus potenciales impactos, dejando de lado la mera especulación de las criptomonedas.

LICTOR PRIANTI es maestrante en Administración Pública en la Columbia University, Nueva York. Sígalo en Twitter en @LictorPL.

Tags:, , ,

2 Responses to FTX: quiebre bajo su propio riesgo

  1. Diego Herrera dice:

    Excelente columna. Muy didáctica. Aprendí bastante. Nos pone a pensar en todo lo malo pero también las cosas que se pueden rescatar del mundo de las criptomonedas. Dentro de tanto humo hay un par de herramientas interesantes para usar.

  2. Roberto Deschamps Ruiz dice:

    Muy buena columna Lictor!! Felicidades!!
    Muy clara y con profundidad en el tema.

    Un abrazo!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cargando…