Lo que inició la izquierda, lo terminará la derecha
RTVE
Regina Rosales Talamas
Mayo 2023
Una colaboración del Programa de Jóvenes del Comexi
Después de casi 10 meses de bloqueo, Turquía finalmente declaró que apoyaría a Finlandia en su acceso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Este cambio en su política exterior sucedió finalmente, una vez que las autoridades turcas consideraron atendidas sus peticiones, y se encontraron satisfechas con los “pasos concretos” que Finlandia ha tomado en pro de la seguridad nacional turca. Sin embargo, los suecos no han sido beneficiados con tal magnanimidad, ya que Turquía considera que los esfuerzos suecos están muy lejos de cumplir con sus demandas.
Durante la cumbre madrileña de la OTAN, en junio de 2022, los tres países firmaron un Memorando Trilateral, en el que se contemplan siete líneas de acción para avanzar en el acceso de los países nórdicos a la organización. Dentro de este acuerdo, se contempla el establecimiento de un mecanismo conjunto de diálogo y cooperación, cambios significativos en los marcos legales de Finlandia y Suecia para enfrentar la amenaza del terrorismo (en especial el que Turquía considera como tal), y una serie de compromisos para atender las peticiones de extradición de Turquía, además de llevar a cabo investigaciones y prohibiciones de financiamiento a dichas organizaciones terroristas. Por último, se contemplan también cambios en los marcos normativos nacionales de ambos países concernientes a la exportación de armas, así como compromisos para apoyar a Turquía en el marco de las instituciones europeas.
En general, estas líneas de acción son reflejo de costos políticos altos que los dos países nórdicos deberán asumir y sortear a su manera, tomando en cuenta que, desde un inicio, fue evidente que Turquía no cedería en sus demandas ominosas. Esto ha significado una gran oportunidad para Ankara que, hasta este momento, sigue aprovechando la moneda de cambio más valiosa que ha logrado tener ante dos países europeos temerosos de su seguridad nacional, al tener a Rusia como vecino y observar de lejos una guerra en la que podrían ser atacados de manera consiguiente.
Cambios políticos en medio de la adhesión
A pesar de los costos políticos y sociales que dichas acciones puedan implicar al interior, Finlandia es el país que más acciones concretas ha tomado, ganando así la aprobación turca para acceder a la OTAN. A finales de marzo de 2023 se anunció esta adhesión, declarando que Finlandia se convertiría en el miembro 31 de la OTAN a partir del 4 de abril. Sin embargo, en el fin de semana entre este anuncio y la adhesión formal, se llevaron a cabo elecciones en Finlandia, en las cuales la actual coalición de gobierno, encabezada por Sanna Marin, perteneciente al Partido Socialdemócrata de Finlandia (Suomen Sosialidemokraattinen Puolue), perdió, dando entrada a una nueva coalición de derecha, encabezada por el Partido de la Coalición Nacional (Kansallinen Kokoomus), con Petteri Orpo a la cabeza.
Si bien, el proceso de adhesión ha sido difícil y extendido, los compromisos que Finlandia asuma en su posición como miembro formal de la OTAN pueden seguir generando dificultades al gobierno entrante.
Este cambio en el liderazgo del país tiene varias implicaciones. En el ámbito político, hay quienes ven este giro a la derecha como parte de una serie de logros del conservadurismo en Europa. Podemos observar el caso de Suecia, que también dejó atrás al liderazgo de izquierda en 2022, cuando tomó el poder la corriente de derecha encabezada por el Partido Moderado, junto con los Liberales y los Cristianodemócratas. Además de otros países como España e Italia, en los que los grupos de derecha y de extrema derecha han ido ganando territorio político. Por otra parte, en el ámbito económico finlandés, las presiones creadas por una creciente deuda y una inflación continua (que no se limita al caso finlandés, sino que sigue patrones mundiales) podrían verse como posibles causas de la llegada de una coalición mucho más conservadora.
En este sentido, es importante resaltar que el acceso a la OTAN viene en un momento donde asumir los costos tanto financieros como políticos recaerá en un nuevo gobierno. Si bien, el proceso de adhesión ha sido difícil y extendido, los compromisos que Finlandia asuma en su posición como miembro formal de la OTAN pueden seguir generando dificultades al gobierno entrante.
La seguridad nacional
Fungir como el miembro 31 de la OTAN, además de representar claras ventajas a la seguridad nacional, también conlleva costos, en especial, económicos. La membresía a la OTAN implicará un aumento en el gasto nacional de defensa., ya que el compromiso de los países miembro es invertir 2% del PIB de manera anual. Esto puede presionar la adquisición de mayor deuda, o el decremento del gasto nacional en otras áreas.
Sin embargo, los cambios en la política nacional de Finlandia no conllevarán variaciones significativas en su política exterior. Al igual que en el caso sueco, donde la derecha ha tomado el poder del gobierno, las prioridades de seguridad nacional no distan mucho entre ideologías. En especial, las cuestiones de seguridad nacional han sido de gran interés para todos los ciudadanos de ambos países. De manera particular, el temor de una agresión rusa ha permanecido como un constante en el imaginario finlandés desde finales de la década de 1930, cuando en la Guerra de Invierno y la Guerra de Continuación, ambos países se enfrentaron, dando como resultado que Finlandia perdiera parte de su territorio.
Es por eso que las preocupaciones ante las acciones rusas están presentes en la mayoría de los partidos, tanto de derecha como de izquierda. Incluso, de manera histórica, la relación con Rusia ha sido el centro de estas preocupaciones y ha permeado con la misma intensidad en diferentes ideologías. Los consensos sobre el papel de la OTAN como nuevo grupo supranacional del que Finlandia forma parte permanecerán, aunque entendidos ahora desde visiones mucho más conservadoras, de manera que los cambios sustantivos sucederán internamente. Queda por ver quiénes y de qué manera absorberán estos costos.
REGINA ROSALES TALAMAS es Directora de Control y Seguimiento de asuntos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) en la Unidad de Crédito Público y Asuntos Internacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México. Ha colaborado en los equipos de asesores del Exsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, y de la Exsecretaria de Economía, Graciela Márquez. Es maestra en Relaciones Internacionales por la London School of Economics and Political Science (LSE) y licenciada en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (El Colmex). Sígala en Twitter en @ReginaRostal.
