El nuevo orden de seguridad en Latinoamérica

9 junio, 2022 • Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 7044

Luis Campos y Adrián Rocha

Junio 2022

Latinoamérica enfrenta un desafío histórico. El aumento del narcotráfico y la profundización de su vinculación con organizaciones terroristas dan cuenta de una transición en el ámbito de la seguridad hemisférica. La acentuación de la convergencia entre diversos grupos criminales que persiguen asimismo diferentes objetivos demuestra una mutación en la escala de la complejidad del crimen organizado y del terrorismo en la región: la operatividad, los recursos y la logística de estos actores se han incrementado cualitativa como cuantitativamente, a tal punto que la colaboración entre las fuerzas de seguridad locales de los países latinoamericanos se ve truncada, cuando no contaminada, por la penetración que estas organizaciones del crimen han logrado consolidar.

A los conocidos casos de Colombia, México y la triple frontera compuesta por Argentina, Brasil y Paraguay, se suma Ecuador, país seleccionado estratégicamente por diversos actores criminales debido a su posición geoestratégica. El hecho de que Ecuador pase a convertirse en otro nodo sustancial en la geopolítica del narcotráfico y el crimen organizado transnacional revela un avance de tipo selectivo, que contó con instancias de evaluación mediante análisis de riesgo propios de toda investigación previa a una inversión de magnitud.

En este contexto, es necesario analizar el modo en que estas organizaciones operan y efectúan sus análisis de potenciales bases operativas, a los efectos de proyectar posibles soluciones integrales entre los Estados de la región. Si bien estos asisten a una seria fragmentación interna a nivel electoral y social, deberían acentuar la cooperación en materia de seguridad, reconociendo la importancia de Estados Unidos en esta materia. Con este país comparten un patrón cultural que hace mucho más viable la cooperación, ya que ni China ni Rusia disponen del acopio de conocimientos sobre Latinoamérica que sí tiene Estados Unidos, además de que ninguno se involucrará más allá de lo hecho hasta el momento mediante donaciones en infraestructura y ciertos medios técnicos.

El nuevo orden de seguridad de la región sugiere la emergencia de actores con variado valor geoestratégico.

En el caso de Rusia, las consecuencias de la invasión promovida por Vladimir Putin obligarán a su país a destinar una mayor cantidad de recursos a cuestiones estratégicas existenciales, es decir, en su primera línea de necesidades. De esta manera, Latinoamérica queda en una posición terciaria, ni siquiera secundaria, en el registro de intereses internacionales de Moscú. China, por su parte, está particularmente interesada en las cuestiones económico-estratégicas, como los puertos y las telecomunicaciones, para fortalecer su proyecto mundial de la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda, por lo que, aun cuando sea proveedor de material de defensa de algunos países latinoamericanos, no se involucrará, al menos en el mediano plazo, en cuestiones de seguridad intrarregional.

De esto se desprende que la seguridad regional queda sujeta exclusivamente a las capacidades de las fuerzas de seguridad de cada Estado que, debido a la profunda crisis social, económica y política que se vive en casi toda la región, están a merced ya sea de la infiltración como de sus propias debilidades estructurales. Enfrentar en estas condiciones a un enemigo ampliamente superior en recursos y capacidades resulta imposible.

Al estar instalados los incentivos que ya revelan hoy un deterioro significativo de las fuerzas de seguridad de todos los países de la región, se torna necesario evaluar la naturaleza de aquello a lo que se enfrentan los Estados latinoamericanos para así establecer una hoja de ruta que sirva para encarar este enorme desafío. En ese sentido, el caso de Ecuador es ilustrativo, debido a que permite ver casi en “tiempo real” el modo en que procede el crimen organizado en Latinoamérica en un país que en menos de 5 años ha pasado a estar muy influido por el poder del narcotráfico.

Muertes violentas e incidencia criminal

Según el reporte más reciente del Instituto de Estadísticas y Censos de Ecuador (mayo de 2022), con datos del Ministerio de Gobierno y de la Fiscalía General del Estado, en el primer trimestre de 2021 la cantidad de homicidios intencionales fue de 697, mientras que en el mismo periodo de 2022 la cifra fue de 1322, es decir 89.7% mayor. Esto supone también, con base en el análisis de datos recopilados por Horizon Intelligence, que el promedio de mortalidad por incidente criminal con muertes ha aumentado de 1.56 en enero de 2022 a 2.93 en abril, y hasta 3.38 en mayo, no muy distante del 4.81 registrado en noviembre de 2021, marcado fundamentalmente por el amotinamiento que dejó más de cien muertos en la Penitenciaría del Litoral de Guayaquil.

Particularmente llamativo es el uso de ataques con explosivos, como los producidos el 25 de abril frente al Centro Penitenciario 8 de Guayas, el 19 de mayo de 2022 en Esmeraldas, seguido 10 días después por otro ataque similar en Guayaquil. De igual forma, la adopción del uso de drones cargados con explosivos parece sugerir un creciente grado de sofisticación de los grupos criminales organizados. En este contexto, como reporta InSight Crime, en tan solo una semana, a principios de mayo de 2022, tres agentes de seguridad fueron asesinados en ataques sicariales, en algunos casos con signos de tortura. Tanto la ejecución de ataques sicariales contra agentes de los servicios de seguridad como la introducción de drones sugiere una transferencia de tácticas criminales tanto de México como de Colombia, por lo que se está asistiendo a una articulación histórica entre bandas criminales con el fin de mejorar sus capacidades militares y logísticas.

Concentración territorial de la violencia

Basado en los datos recopilados por Horizon Intelligence, dentro del territorio ecuatoriano la mayoría de los incidentes relacionados con la producción y el tráfico de narcóticos se concentra principalmente en tres puntos: la frontera norte de Ipiales-Tulcán, la ciudad de Esmeraldas, especialmente en la zona portuaria, y el centro y sur de Guayaquil, en la provincia de Guayas.

Mapa 1: Regiones y ciudades de Ecuador con mayores índices delictivos

Fuente: Información de Horizon Intelligence en un mapa de Bing.

Naturalmente, este incremento acelerado en la criminalidad y la violencia dentro de Ecuador no está divorciado de los significativos problemas de seguridad en Latinoamérica. Se conoce que Los Choneros, una de las organizaciones criminales más grandes de Ecuador, trafica cocaína para las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Según señala InSight Crime, Los Choneros, que acuerpa a Los Lobos, Los Chone Killers y a los Tiquerones, se abastecen de cocaína proporcionada por el Frente 48 y el Frente Oliver Sinisterra de las FARC.

Además de la influencia de las guerrillas colombianas, los cárteles mexicanos también participan en la pugna por el control de este giro del narcotráfico. En efecto, Esmeraldas se encuentra enclaustrada en una pugna por el control del narcotráfico, entre el cártel de Sinaloa, con apoyo en Ecuador de Los Choneros, Los Águilas y Los Gángsters, abastecidos por el Frente Oliver Sinisterra. Mientras tanto, el cártel Jalisco Nueva Generación cuenta con el apoyo operativo de Los Lobos, Los Tiguerones, y Los Chone Killers, abastecidos por la Columna Móvil Urías Rondón, otra facción de las FARC.

Tanto el acelerado incremento de la violencia, producto de las pugnas entre bandas criminales (dentro de las cárceles, por ejemplo), como la concentración de esta principalmente en las zonas montañosas de Nariño hasta ciudades portuarias del occidente ecuatoriano, y la creciente infiltración de guerrillas colombianas y cárteles mexicanos sugieren la emergencia de un nuevo giro en la metageografía del narcotráfico internacional que, a su vez, revela la conformación de un nuevo orden latinoamericano en materia de narcotráfico y criminalidad, pues el hecho de que estas bandas criminales hayan logrado articularse para trabajar conjuntamente en torno de intereses selectivos, nunca absolutamente coincidentes, permite enhebrar varias hipótesis prospectivas. En primer lugar, como lo demuestran casos históricos, es altamente probable que estos grupos lleguen a una lucha interna. En segundo lugar, las bandas criminales de esta naturaleza siempre buscan crear lazos con la política y, de esa manera, establecer redes sólidas de poder que puede llevar años desarticular, como se observa en el vínculo creado por Diosdado Cabello y sectores militares venezolanos con el narcotráfico. En tercer lugar, y no por ello menos relevante, todos estos grupos incrementan el potencial poder de daño de organizaciones terroristas como Hezbolá, cuya operatividad en la triple frontera tiene larga data. En 2006, el Departamento de Estado estadounidense hizo pública la identificación que realizó años antes vía fuentes humanas de Mohammed Abdallah como un terrorista de Hezbolá que operaba en la triple frontera. En efecto, desde la década de 1980, en el momento más crítico de la guerra civil libanesa, los clérigos de Hezbolá comenzaron un minucioso trabajo de reclutamiento entre los musulmanes de la triple frontera, actividad que luego se extendió también hacia los no musulmanes de la zona. El vínculo entre Hezbolá e Irán es el factor clave en las investigaciones sobre los atentados en Buenos Aires tanto a la embajada de Israel, en 1992, en donde murieron 29 personas, como a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994, en donde perdieron la vida 85 personas, con cientos de heridos en ambos casos. Como dijo Galit Ronen, actual Embajadora de Israel en Argentina, en un acto institucional por los 30 años del atentado contra la embajada de Israel en el país sudamericano: “Este atentado tiene nombre y apellido. Su nombre es Hezbolá y su apellido es Irán”.

Ecuador, un nuevo giro en la metageografía del narcotráfico

El nuevo orden de seguridad de la región sugiere la emergencia de actores con variado valor geoestratégico. Por un lado, actores cuyo valor percibido se encuentra dado por sus volúmenes de producción de narcóticos y su capacidad de movilización en territorios inhóspitos; por el otro, actores con sofisticadas redes logísticas y de apoyo con alcance auténticamente mundial. Ecuador se erige en este nuevo contexto como un giro clave para las operaciones de logística y transporte internacional de narcóticos.

El 17 de abril de 2022, autoridades ecuatorianas incautaron un cargamento récord de siete toneladas de cocaína en el puerto de Guayaquil, que tenían como destino el puerto de Amberes, en Bélgica. Este es tan solo un caso de incautaciones de narcóticos, principalmente cocaína, que desde 2020 han sido detectados también con destino a Bulgaria, Estonia, Grecia, Italia, Países Bajos y la costa occidental de Estados Unidos. Ecuador es ahora el principal centro logístico para la exportación de narcóticos. En particular, el puerto de Guayaquil ha sido reconocido por el Departamento de Estado estadounidense como el principal centro logístico del narcotráfico a Europa y Estados Unidos.

El principal desafío que Ecuador enfrenta en la actualidad frente al crimen organizado es que las capacidades de los servicios de seguridad parecen encontrarse ampliamente superadas por las bandas criminales, mientras que la cooperación regional parece cada vez más esporádica y limitada. Como lo sugiere la noción del efecto globo, cuando la presión de los servicios de seguridad aumenta en la persecución del narcotráfico y el crimen organizado, nuevos nodos surgen para liberar la presión y reducir el riesgo internacional percibido. En los casos de Colombia y Ecuador, considerando que Colombia tiene un nivel de tráfico de contenedores 2.5 veces mayor que el de Ecuador, según datos del Banco Mundial, y un mayor escrutinio y experiencia en la lucha contra el narcotráfico, resulta un incentivo lógico para los cárteles optar por vías menos congestionadas y con menor experiencia en luchar contra el narcotráfico.

Conclusiones

Ante este inquietante escenario, es menester que los líderes latinoamericanos sepan diferenciar sus intereses políticos y sociales de las exigencias de un contexto alarmante en materia de seguridad. Si bien la problemática en torno de la seguridad hemisférica puede suscitar disquisiciones ideológicas, la magnitud de este asunto debe funcionar como un gran estímulo para superar esa barrera ideológica y concentrarse en las posibles y viables estrategias que permitan consolidar un modelo de seguridad integral, en el que la provisión de entrenamiento y material extranjero resulta decisiva, y en el que la cooperación en materia de información y en el establecimiento de patrones coordinados para la lucha contra el crimen organizados gocen del mayor respaldo político, lo que implica recursos, compromiso y, sobre todo, profesionalismo.

El nuevo orden latinoamericano se presenta entonces como un juego de suma cero en el mediano y largo plazo: los Estados deben asumir la cooperación, aun cuando los incentivos parecieran sugerir lo opuesto. Si no lo hacen, la criminalidad llegará a niveles de sofisticación y penetración no solo policial, sino cultural y política, que será imposible de erradicar.

LUIS CAMPOS es licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y maestro en Relaciones Internacionales y Seguridad Hemisférica por la Universidad Central de Nicaragua. Es Analista y Editor en Jefe para las Américas en Horizon Intelligence. Sígalo en Twitter en @luiscampospere2. ADRIÁN ROCHA es licenciado en Ciencia Política por la Universidad Abierta Interamericana, Buenos Aires, Argentina. Es consultor y miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

Tags:, , ,

2 Responses to El nuevo orden de seguridad en Latinoamérica

  1. Daniel Zorrilla dice:

    Muy buen artículo de Adrián Rocha, como es su costumbre. Felicidades!

  2. Alvaro dice:

    Excelente análisis ! Pregunta Bases militares extranjeras en varios países de la región , podrían disuadir ( y reducir ) el avance del crimen organizado ( narco-terrorismo ) . Que países / organizaciones internacionales podrían intervenir en esta cruzada y cooperacion ?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cargando…