El mantenimiento de la paz frente al covid-19

1 junio, 2020 • Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 6523

UN Photo-Marco Dormino

Yonatan Alberto Rivera Ordoñez

Junio 2020

A partir de la declaración de la Organización Mundial de la Salud en la que se consideró como pandemia el brote de covid-19, se han reportado más de 5.58 millones de casos y más de 350 000 muertes registradas desde diciembre de 2019 hasta finales de mayo de 2020 en más de 187 países. Esto ha obligado a tomar acciones gubernamentales emergentes para disminuir los contagios, girando siempre en torno al aislamiento comunitario, el uso de cubrebocas, el lavado constante de manos, bajo el marco de un estado de emergencia en fases acorde a los niveles de propagación y contagios. La Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró que el mundo se encuentra en una de las crisis más graves desde su fundación, derivado del reordenamiento social por asilamiento y de la inestabilidad política, económica y cultural, así como la continuidad de conflictos armados y crisis humanitarias en distintas regiones.

Alguna vez, el Exsecretario General de la ONU, Kofi Annan, mencionó que el uso del mantenimiento de la paz debe basarse en la búsqueda de intereses comunes, verosímiles y legítimos. El actual escenario internacional obliga al Consejo de Seguridad a hacer frente al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional por medio de la discusión y la votación de proyectos que apoyen la lucha en contra del covid-19; el bienestar de las tropas desplegadas en las misiones de paz; la estabilidad de las zonas protegidas por las Naciones Unidas; el acceso de insumos médicos bajo el Derecho Internacional Humanitario y el cuidado del personal médico, y la permanencia de las aportaciones económicas y humanas en las operaciones para el mantenimiento de la paz (OMP).

La operatividad del Consejo de Seguridad de la ONU

La inacción de los Estados miembros del Consejo de Seguridad es el resultado de las constantes disputas entre los cinco miembros permanentes, principalmente entre China y Estados Unidos, quienes repetidamente impidieron que el tema fuera discutido. El abordaje del tema debe ser prioritario en la agenda del Consejo, principalmente por el aumento de disturbios sociales y la inconstancia en los sistemas de salud donde se encuentren las misiones de paz.

Lamentablemente, los Estados miembros no han acordado ninguna decisión para llevar a cabo el correcto funcionamiento del órgano con mayor relevancia de la ONU. De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo podrá sesionar fuera de la sede a petición de cualquiera de los miembros permanentes o no permanentes, así como por solicitud del propio secretario general. Asimismo, señala que podrá adoptar su propio reglamento y decidirá sus propias prácticas. Así pues, tenemos como referencia las tres ocasiones que el Consejo efectuó sus labores fuera de su sede oficial: en 1972 sesionó en Addis Abeba, Etiopía; un año después sesionaría en la ciudad de Panamá, y posteriormente, en 1990, se reunió en Ginebra.

La inacción de los Estados miembros del Consejo de Seguridad es el resultado de las constantes disputas entre los cinco miembros permanentes, principalmente entre China y Estados Unidos.

Actualmente, las sesiones del Consejo fueron suspendidas como medida preventiva ante la grave situación que atraviesa la ciudad de Nueva York. Siendo las actuales circunstancias tan apremiantes, se requieren acciones rápidas y eficaces para dar soporte al mantenimiento de la paz frente a la pandemia de coronavirus. Por ejemplo, la Organización de los Estados Americanos (OEA) tomó la iniciativa de realizar sus sesiones de manera virtual, permitiendo la funcionalidad a distancia del Consejo Permanente.

De igual forma, el Reglamento Provisional del Consejo de Seguridad estipula que el secretario general o cualquier Estado miembro podrá proponer que las sesiones se lleven a cabo en otro lugar. Si el Consejo acepta dicha propuesta, determinará el sitio y el periodo durante el cual habrá de reunirse. También aborda que el intervalo de sesiones no deberá exceder de 14 días, fundamentalmente para dar continuidad a las labores del mantenimiento de la seguridad y la paz internacional. Por ello, la actual contingencia obliga a proponer una medida para que se adopten resoluciones mediante videoconferencias y no únicamente la discusión de los temas de la agenda de manera virtual.

Las fuerzas de paz de la ONU bajo la coyuntura sanitaria

El Consejo deberá comprender las preocupaciones de los cascos azules desplegados en las trece misiones de paz ante el coronavirus. No es la primera vez que se combate una crisis de salubridad: en 2014 y 2015 afrontó la crisis del ébola en la región de África occidental y entre 2018 y 2019 en la región de África central, así como del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en 2011. La aparición del coronavirus complica aún más el mantenimiento de la paz y compromete la seguridad del personal, derivado por la manifestación sintomatológica posterior a 14 días de haber contraído el virus, dificultando la ejecución de los mandatos establecidos por las partes y provocando la diseminación no intencional.

El bienestar del personal tiene un impacto significativo en la respuesta humanitaria de las Naciones Unidas ante el covid-19, primordialmente donde los sistemas de salud se puedan encontrar en situaciones devastadoras. Por lo tanto, se debe mejorar la capacidad de atención médica o la evacuación médica de las tropas si fuera necesario. Los Estados que aportan contingentes a las misiones deberán solicitar garantías a la Secretaría General para proteger a sus fuerzas armadas y policías ante cualquier inconveniente causado por la pandemia.

Las Naciones Unidas concuerdan en que la concepción de cada operación del mantenimiento de la paz refleja las necesidades y las situaciones específicas de los países en los que se acuerdan establecer las mismas. Por consiguiente, los objetivos de las OMP deberán aumentar significativamente la protección a las infraestructuras hospitalarias y sus trabajadores bajo los principios rectores de asistencia humanitaria de las Naciones Unidas. El Derecho Internacional Humanitario considera que en las zonas de conflicto bélico, los entes deben mantener una cooperación con las autoridades y asegurar los servicios médicos y hospitalarios para combatir la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias, anteponiendo la seguridad del personal médico de toda índole que ponga en peligro su misión.

Las misiones de paz y las agencias especializadas podrían sufrir un grave retroceso si los recursos financieros y humanos son recortados o disminuidos por los aportadores de las Naciones Unidas.

También, las OMP se ven afectadas por las diferentes medidas tomadas por los gobiernos para aminorar la propagación del coronavirus. Por ejemplo, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur experimentó un aplazamiento en la rotación de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas, causada por las restricciones en viajes internacionales, la imposición de cuarentena obligatoria y el cierre de fronteras y centros aéreos.

Pese al llamado que realizó el Secretario General de las Naciones Unidas en torno al cese al fuego en todos los conflictos armados para proteger a los civiles más vulnerables, el Consejo de Seguridad no ha sido capaz de abordar en videoconferencia el reporte mensual sobre la situación humanitaria en la República Árabe Siria, agendado para el 25 de marzo de 2020. La estabilidad internacional se verá terriblemente mermada por la interrupción de suministros y movimientos de bienes y personas a través de las fronteras, ocasionada por las medidas preventivas gubernamentales, sobretodo los suministros médicos y los elementos esenciales para enfrentar al coronavirus.

La limitación de recursos frente al covid-19

Otro de los graves problemas que deberá afrontar el Consejo es el cierre total o parcial de la economía global, puntualmente la venta de suministros médicos de gran importancia, como respiradores mecánicos, camas hospitalarias, mascarillas, entre otros. Esto puede llegar a afectar a la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, que deberá apoyar la protección de hospitales y personal médico. Se calcula que en la República Democrática del Congo hay 5 ventiladores por cada 2 millones 300 mil habitantes

Paralelamente, las normas internacionales obligan a las Naciones Unidas a impulsar la lucha contra el covid-19 en las zonas donde se encuentren desplegadas misiones de paz, además otorgan la facultad de intervenir si las infraestructuras hospitalarias son inadecuadas. De igual forma, los derechos humanos aplicables a la actual crisis sanitaria permiten atacar a la pandemia desde la perspectiva de los principios de las Naciones Unidas.

Las misiones de paz y las agencias especializadas podrían sufrir un grave retroceso si los recursos financieros y humanos son recortados o disminuidos por los aportadores de las Naciones Unidas, teniendo como resultado una limitada respuesta ante los diferentes escenarios post-pandemia. Por ejemplo, la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas comunicó que, treinta refugiados rohingya han muerto al tratar de huir de la grave situación en Birmania (Myanmar), obstaculizando los esfuerzos de la comunidad internacional para combatir la crisis humanitaria en el sudoeste asiático y aumentando considerablemente las infecciones de coronavirus en la zona. Finalmente, el secretario general António Guterres instó a la solidaridad mundial para hacer frente a la grave crisis y enfatizó en que ayudaría a conquistar la lucha contra el covid-19, así pues, el Consejo de Seguridad estará presionado a suspender temporalmente las sanciones coercitivas impuestas en algunos países con la finalidad de permitir el acceso de los materiales médicos necesarios para lidiar con la pandemia.

YONATAN ALBERTO RIVERA ORDOÑEZ es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). Ha colaborado profesionalmente en la Embajada de México en Japón y en la Coordinación Ejecutiva de Gabinete del Gobierno del Estado de Chihuahua. Asimismo, ha participado en foros de juventud relativos a la agenda de la Organización de Naciones Unidas en México, Estados Unidos y Paraguay. Sígalo en Twitter en @albertoro_11.

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