Armamentos e inseguridad en el siglo XXI

8 mayo, 2023 • África, Artículos, Asia/Pacífico, Asuntos globales, Europa, Latinoamérica, Norteamérica, Portada • Vistas: 1393

Nuevo número de Foreign Affairs Latinoamérica

logo fal N eneJordi Bacaria Colom

Mayo 2023

FAL

En este número de Foreign Affairs Latinoamérica tratamos temas de gran interés y actualidad, como las relaciones entre armamentos e inseguridad, o las negociaciones para alcanzar una transición democrática en Venezuela. Sin embargo, aunque no lo abordemos en este número, no podemos dejar de comentar la preocupante situación política y los embates autocráticos en distintos países de Latinoamérica. La situación en Perú es preocupante por la deriva a la inestabilidad que ha seguido el país después del intento del presidente Pedro Castillo por revertir el orden constitucional en diciembre de 2022. Perú es otro ejemplo de un candidato fuerte que se convierte en Presidente débil y de la polarización política que nos ocupó en el número de enero de 2023 de la revista. Los intentos por retorcer las normas constitucionales convocando a asambleas constituyentes o mediante cambios en el sistema judicial o electoral conducen a una polarización que se alimenta de la falta de gobernanza por ausencia de consensos y los necesarios contrapesos; asimismo, ponen en riesgo a las democracias menos consolidadas e incluso debilitan a las más fuertes. En una democracia, los gobiernos se eligen para que actúen respetando la separación de poderes y su independencia. Aunque no es fácil, es la única garantía para la alternancia política que se genera por la competencia y que propicia la emergencia de políticas que evitan la corrupción y aseguran la equidad por el crecimiento económico.

Nunca en la historia política un régimen autocrático, de cualquier ideología, ha eliminado la corrupción; más bien, la ha aumentado al ocultarla. Como ya explicó el economista Amartya Sen, premio Nobel de Economía por sus contribuciones a la teoría del bienestar y la elección social, la falta de libertad de información empeora toda situación social crítica. Por ello, no podemos dejar de denunciar en este editorial las graves decisiones tomadas por la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega y Rosario Murillo de expulsar a 222 presos políticos declarándolos apátridas y retirar la nacionalidad a otros 92 opositores, con la incautación de sus bienes. Estas decisiones no son sino la continuidad de otras que supusieron la persecución y el encarcelamiento de los opositores en medio de farsas electorales. Grave ha sido la tardía y débil reacción de los líderes latinoamericanos, a excepción del presidente chileno Gabriel Boric, que manifestó rápidamente su repudio. Sin embargo, más vale tarde que nunca. El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo una dura declaración de condena el 23 de febrero de 2023. Más tarde, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México y Uruguay ofrecieron otorgar la nacionalidad a las víctimas, como antes lo había hecho España. La Organización de los Estados Americanos hizo una declaración que respaldaron apenas diecisiete países, y fue desestimada, entre otros, por Bolivia, Brasil, El Salvador, Honduras, México, Panamá y varios países del Caribe. Los líderes de la llamada izquierda latinoamericana, que no condenan la agresión de la dictadura nicaragüense, pierden toda legitimidad para proclamarse defensores de los derechos humanos, las libertades políticas y la democracia, sea en sus propios Estados o en cualquier parte del mundo.

FAL-Ángel Boligán

Así, el bloque principal de este número está dedicado a analizar la inseguridad y los armamentos en el siglo XXI, desde una perspectiva universal, en momentos en los que Rusia ha notificado a Estados Unidos la suspensión de sus compromisos en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas (START III). Con las nuevas tecnologías, la carrera armamentista puede multiplicar sus efectos destructivos. Los editores invitados, Athanasios Hristoulas y Pablo Kalmanovitz, explican las consecuencias de un proceso que apenas comienza.
Dedicamos el Diálogo Ñ al informe del Grupo de Trabajo sobre Venezuela, escrito por Abraham F. Lowenthal y los miembros de la agrupación, con el auspicio del Programa Latinoamericano del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, publicado en inglés en enero de 2023. Lowenthal analiza las negociaciones iniciadas en México con apoyo de la comunidad internacional, para encontrar una posible ruta hacia una Venezuela más pacífica, democrática y próspera. Los objetivos de las negociaciones en esta etapa consisten en avanzar hacia el mejoramiento de la vida y de las perspectivas de los venezolanos, reconstruir las instituciones de gobernanza democrática, y organizar comicios justos y libres con supervisión internacional. La posibilidad de que las negociaciones conduzcan a cambios positivos significativos dependerá de si el gobierno de Nicolás Maduro se toma en serio su participación en el proceso, y si la oposición democrática supera sus debilidades estructurales y amplía su base política. Alcanzar los objetivos depende de muchos factores, aunque la aparición de gobiernos de izquierda en Latinoamérica, el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania, así como la disrupción de los mercados energéticos influirán en los cálculos y en las presiones de las partes. Las negociaciones deben enfocarse en aliviar la crisis humanitaria, liberar a los prisioneros políticos, y proteger los derechos humanos y políticos. Hay que empezar a reconstruir la economía de Venezuela y restaurar la gobernanza democrática efectiva, con el remozamiento de las condiciones para las elecciones presidenciales de 2024 y de alcaldes, gobernadores y legisladores de 2025. Y hay que evitar regresar a la táctica de presión máxima desde Estados Unidos, porque tanto la situación en Venezuela como el contexto internacional han cambiado.

FAL-Darío Castillejos

La sección Mundo abre con un artículo del canciller alemán Olaf Scholz, muy oportuno en los momentos actuales cuando Alemania ha tenido que reconfigurar totalmente su estrategia debido a la agresión de Rusia a Ucrania. Alemania ha pasado de contar a Rusia como socio y proveedor energético a tener que cambiar su política de seguridad y defensa. Es un momento crucial (Zeitenwende) en el que Scholz plantea que la Unión Europea puede ser un actor independiente en un mundo cada vez más multipolar. Alemania tiene ahora un nuevo papel como uno de los principales garantes de la seguridad en Europa. Para este designio, debe invertir en las fuerzas armadas, fortalecer la industria de defensa europea y la presencia militar alemana en el flanco oriental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así como entrenar y equipar a las fuerzas armadas de Ucrania. Aunque en el mundo actual, tan interconectado, el objetivo de promover la paz, la prosperidad y la libertad humana requiere una mentalidad y unas herramientas diferentes, cultivar esa mentalidad y esas herramientas es de lo que finalmente se trata este Zeitenwende.

Andrea Kendall-Taylor y Michael Kofman alertan del peligroso declive de Rusia por la desastrosa invasión de Ucrania, ya que el poder y la influencia rusa podrán debilitarse y el país no será por eso menos amenazante. En vez de colapsar, es probable que la economía rusa sufra escasez, autarquía y una desvinculación progresiva de la economía mundial. Conforme se deterioren las condiciones, el Kremlin se desesperará más y recurrirá a medios ilícitos para sobrevivir, saltándose las reglas del comercio mundial en el que ya no habrá de participar. Cuanto más marginado y amenazado se sienta, menos mesurado y predecible será su comportamiento. El contrapeso lógico a esa vulnerabilidad es su armamento nuclear, que representa una amenaza convincente. La guerra también ha desatado una reacción en cadena que planteará nuevos riesgos a las relaciones occidentales con Rusia. La incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN, como resultado directo del ataque a Ucrania, aumentará las tensiones de seguridad entre Rusia y las regiones del Báltico y el Ártico.

Jean Meyer explica que el interés de Rusia por el Ártico no es nuevo, ya que viene de antes del periodo soviético. En este siglo XXI, el interés se ha renovado tanto por razones de seguridad, recursos minerales e hidrocarburos, como por las posibilidades de navegabilidad entre el Atlántico y el Pacífico. A pesar de las tensiones con otros países que tienen intereses en el Ártico, la meta estratégica última sigue siendo mantener a Rusia como la mayor potencia de la zona, y aunque la regla ha sido la cooperación, la guerra en Ucrania ha cambiado la perspectiva. El Ártico está presente en la nueva doctrina naval de Vladimir Putin, por el desafío que representa el acercamiento de la OTAN a las fronteras rusas con la adhesión de Finlandia y Suecia. El Ártico está muy lejos de Latinoamérica, pero México está en Norteamérica, y las consecuencias medioambientales y geopolíticas afectan a toda la región.
Robert Kagan señala que la invasión rusa cambió la visión de los estadounidenses, no solo de Ucrania sino del mundo en general, así como del papel de Estados Unidos. Ahora, la opinión pública estadounidense considera que el mundo es más peligroso, y se aumentan los presupuestos de defensa; en consecuencia se redoblan las sanciones económicas, se limita la transferencia de tecnología y se apuntalan y se extienden las alianzas. Como en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos no actuó porque enfrentara una amenaza inmediata a su seguridad, sino para defender el mundo liberal allende sus fronteras. Al equiparar la defensa del “mundo libre” con la defensa de su propia seguridad, los estadounidenses consideraban cualquier acción como una necesidad. Solo cuando las guerras habían salido mal, como en Vietnam e Irak, consideraban que no eran necesarias para su seguridad, aunque todas las guerras de Estados Unidos lo fueron por elección. Defender
el orden internacional es una práctica hegemónica. La imposición de las reglas liberales fue respetada por China y Rusia al no tener más remedio. Hoy, como en el pasado, Estados Unidos no es una amenaza para la existencia de China y Rusia, sino un obstáculo para su hegemonía. Si Estados Unidos redujera su presencia en el mundo, las consecuencias para Asia y Europa no serían difíciles de prever. Las dictaduras y los conflictos entre las grandes potencias han sido la norma, y la paz liberal, una breve excepción. Solo el poder de Estados Unidos puede mantener a raya las fuerzas naturales de la historia.

Para Victor Cha, hay un patrón de comportamiento de China que es preocupante. Ha arremetido contra casi cualquiera que la contraríe de una u otra manera. Está tan integrada económicamente en los mercados internacionales que sus coerciones económicas orillan a los Estados y a las empresas a no hacer nada frente a sus abusos contra los derechos humanos. Cha presenta diversos ejemplos de estas coerciones. Se armifica el comercio. Igualmente, por miedo a sanciones fuertes, pocos gobiernos saldrían en defensa de Taiwán si China la atacara, y no ayudarían a Nueva Delhi si China intentara tomar más territorio indio en el Himalaya. Beijing seguirá abusando de su posición económica y distorsionando los mercados mientras nadie lo obligue a parar. La disuasión colectiva, por ende, podría ser la mejor manera de que la economía mundial se mantenga libre y abierta. Las medidas emprendidas para contrarrestar las fracturas en las cadenas de valor inducidas por la pandemia de covid-19, como la repatriación y la relocalización, aíslan a los Estados de las disrupciones que China causa en la producción, pero no detienen las coerciones económicas. Así, las medidas solo funcionarán si se complementan con una estrategia de resiliencia colectiva para acabar con el comportamiento económico predatorio de ese país.

Dado el ascenso de China, es importante interpretar y entender el pensamiento de Xi Jinping. Según Kevin Rudd, Xi puso fin a la anterior era de gobernanza pragmática y desarrolló una nueva forma de nacionalismo marxista que determina la forma y la sustancia de la política interior, de la exterior y de la economía del país. Ahora, la ideología impulsa la política y no al revés. Occidente corre un riesgo si ignora el mensaje ideológico de Xi basado en el materialismo histórico y dialéctico. Xi fue perdiendo la confianza en la economía de mercado después de la crisis financiera mundial de 2008 y de la crisis china de 2015. Entre 2015 y 2021, un masivo apoyo gubernamental puso al Estado chino otra vez, y con toda su fuerza, en el centro de la política económica. La “economía de circulación dual” implica que China se vuelva cada vez más autosuficiente en todos los sectores, al tiempo que las economías del mundo dependen más y más de China. Para finales de 2021, estaba claro que la era de “reforma y apertura” de Deng Xiaoping había llegado a su fin, y se erigía una nueva ortodoxia de economía estatista. La fórmula de Xi combina política leninista, economía marxista y nacionalismo, lo que significa un poder nacional integral en lo militar, en lo económico y en lo tecnológico, así como en la capacidad de ejercer una influencia en el exterior. La vulnerabilidad de Xi está en el menor crecimiento económico debido a las políticas de redistribución, la falta de confianza de los inversores y el envejecimiento de la población. Pero Xi no va a abandonar su ideología, ya que realmente cree en ella. Estados Unidos y sus aliados deben defender los ideales liberales y democráticos con la palabra y con hechos. También, deben volverse verdaderos creyentes.

Entre tanto, China puede caer en la trampa del ingreso medio, de la que los países más avanzados en Latinoamérica todavía no pueden salir. Es un momento decisivo, no solo para evitar la encrucijada geopolítica de tener que elegir entre China y Estados Unidos como socios comerciales, sino para decidir sobre un modelo de crecimiento económico: el pragmático, que, a pesar de sus buenos resultados, Xi ha abandonado, o el ideológico, que es la base de los sistemas autocráticos y cuyas consecuencias, tristemente, conoce bien Latinoamérica.

JORDI BACARIA COLOM es Director de Foreign Affairs Latinoamérica. Sígalo en Twitter en @bacaria_jordi.

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One Response to Armamentos e inseguridad en el siglo XXI

  1. Jorge E Macías Jaramillo dice:

    Armamento amenaza para la Paz.
    Indudablemente el incumplimiento con los Acuerdos de Minsk 2014 como dijo Merkel fue planeado y aprovechado para armar a Ucrania contra Rusia. yo le sumo el entrenar y llevar a mayor número de mercenarios a las áreas de conflicto entrenarlos y proveerlos de armas.
    Sabemos que esta guerra es comercial provocada sostenida para beneficio de los dueños del complejo armamentista de EE.UU. y de beneficio ara el Pentágono que maneja mayor presupuesto cada año
    Que E.U. la OTAN y Europa están proveyendo de armas a Ucrania lo que perpetúa el conflicto.
    Preocupa la negativa de EE.UU y la OTAN para resolver el conflicto al contrario cometen mayor número de agresiones: sabotajes actos terroristas incluyendo drones contra Rusia con el propósito de provocar una escalada de la guerra hacia el inicio de la guerra nuclear por parte de Rusia de esta manera segur echándole leña seca al fuego y atribuirle la culpa a Rusa del inicio de la guerra nuclear.
    “Que procede? 1. Que el consejo de seguridad de la ONU logre negociaciones para alcanzar a la brevedad la PAZ en la región en conflicto.
    2-El Desarme nuclear a todos os países con arsenal nuclear sin excepción.

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