Retos en la conformación de la Comunidad Económica de la ANSEA

18 agosto, 2022 • AMEI, Artículos, Asia/Pacífico, Portada • Vistas: 1368

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logo fal N eneIsaac Flores Delgado

Agosto 2022

Una colaboración de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA) fue creada en 1967, mediante la Declaración de Bangkok, por Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia. Brunéi se adhirió en 1984, Vietnam en 1995, Laos y Myanmar (Birmania) en 1997 y Camboya en 1999. Los principios enlistados en la declaración inicial fueron: respeto mutuo, derecho de cada Estado para dirigir su destino libre de cualquier interferencia externa, solución de diferencias por la vía pacífica, y renuncia a la amenaza o uso de la fuerza. Con base en tales principios, los cinco miembros fundadores decidieron trabajar en conjunto para cumplir los siguientes objetivos: acelerar el crecimiento económico, el progreso social y el desarrollo cultural en la región; promover la paz y la estabilidad regional; promover la colaboración colectiva y la asistencia mutua, y propiciar investigaciones sobre temas relacionados con el Sudeste Asiático.

Un inicio tardío en el proceso de integración económica

Como es posible observar, los objetivos iniciales de la ANSEA estaban relacionados con la cooperación y la promoción de la paz y la estabilidad regional. La cooperación estaba pensada en ámbitos económicos, sociales, culturales y de educación. Por su parte, la promoción de la paz y la estabilidad se alcanzarían mediante el fortalecimiento del respeto por la justicia. Así, es posible comprender que la ANSEA no surgió como un proyecto para promover el comercio internacional. El primer paso a favor de la liberalización comercial sucedió en 1976 al establecerse una serie de acuerdos comerciales preferenciales mediante la Declaración de Concordia. Con este documento, los signatarios ampliaron los objetivos de la asociación para incluir la cooperación comercial y promover el desarrollo económico. Sin embargo, debemos recalcar que tal cooperación se limitó a bienes básicos relacionados con alimentos y energía. Además, esta segunda declaración pretendía mejorar la calidad de los productos exportados, así como la diversificación comercial.

En términos generales, los acuerdos comerciales preferenciales suponen que los aranceles al comercio entre los países participantes son menores en relación con los aranceles establecidos a terceros países. Asimismo, este tipo de acuerdos suelen estar motivados por el deseo de evitar las desventajas generadas por la cláusula de nación más favorecida. De tal forma, la Declaración de Concordia permitió crear las bases para la promoción comercial entre los miembros de la ANSEA mediante aranceles y tasas de interés preferenciales para el crédito destinado al incremento de las exportaciones. Así, podemos observar un inicio tardío en el proceso de integración económica de la ANSEA comparado con la Unión Europea, ya que fue hasta 1976 cuando inició formalmente.

Por su parte, la Comunidad Económica Europea (CEE) fue creada en 1957 mediante el Tratado de Roma. Esta comparación se agrava más si tomamos en cuenta que la naturaleza de la CEE estaba relacionada con la conformación de una unión aduanera, mientras que la naturaleza de la ANSEA ni siquiera aspiraba a conformar un tratado de libre comercio, el cual representa el primer nivel en la evolución de un proyecto de integración, mientras que una unión aduanera el segundo. De acuerdo con los teóricos de la integración económica, los acuerdos preferenciales son considerados comúnmente como una etapa previa al primer nivel.

El siguiente paso en la evolución del proyecto de integración de la ANSEA fue convertirse en un área de libre comercio, acontecimiento que tuvo lugar en 1992 mediante el establecimiento del Área de Libre Comercio de la ANSEA (AFTA). Con esta evolución, la ANSEA buscó mostrar estabilidad para atraer inversión extranjera. Comparado con el acuerdo preferencial de 1976, el AFTA fue mucho más lejos al incluir no solo la reducción de aranceles de una cantidad de productos más extensa sino también la eliminación de algunas barreras no arancelarias. Con este nuevo acuerdo, las economías de la ANSEA crearon un mercado regional de 500 millones de consumidores potenciales. Originalmente, este acuerdo no incluiría productos agrícolas y el periodo de implementación sería de 15 años. Sin embargo, los productos agrícolas ⸺aunque respetando una lista de exclusión⸺ fueron incluidos posteriormente y el periodo de transición se redujo a 10 años.

Después de haber concretado el área de libre comercio, la ANSEA renovó sus metas y se propuso un proyecto más ambicioso: la conversión de su proyecto de integración en una Comunidad Económica para 2025. Tal objetivo implica mayor integración económica caracterizada, inter alia, por la libre movilidad de capital, mano de obra, bienes y servicios. La ANSEA está consciente que una mayor integración económica le permitirá dar mayor confianza a la inversión extranjera así como competir en mejores condiciones con otros bloques comerciales, tales como la Unión Europea y el Tratado México, Estados Unidos y Canadá. Los beneficios esperados por parte de la asociación mediante la conformación de la Comunidad Económica están relacionados con la búsqueda de una mayor especialización en la producción y mayor eficiencia, dando como resultado bienes con mayor calidad y menor precio. Asimismo, la ANSEA busca mejores condiciones para sus actuales economías de escala, una mejor explotación de sus ventajas comparativas y la reducción gradual de las brechas existentes en los niveles de desarrollo económico de sus economías.

Los principales retos en la conformación de la Comunidad Económica

El objetivo de establecer una Comunidad Económica forma parte de un proyecto más ambicioso por parte de la ANSEA, que también incluye la conformación de una Comunidad Política y de Seguridad y una Comunidad Cultural y Social, cuyas características resultan ser de gran magnitud no solo porque rebasan los aspectos económicos e incluyen elementos relacionados con la seguridad regional y la mejora en los niveles de vida de la población, sino también por lo limitado del tiempo en el que la asociación espera alcanzar la meta.

Sin duda, los retos que implica la conformación de la Comunidad Económica están relacionados principalmente con el libre flujo de capital y mano de obra. Al respecto, es pertinente recordar que las economías de la ANSEA son, en forma muy reducida, complementarias. La estructura de sus exportaciones, tanto en sector productivo como en destino, es altamente similar, lo que dificulta la armonización de políticas comerciales. Además, a diferencia de otros proyectos avanzados de integración económica, la ANSEA pretende alcanzar su Comunidad Económica sin pasar previamente por el establecimiento de una Unión Aduanera, la cual establece los primeros pasos para la conformación de una autoridad supranacional.

En este contexto, al hablar de autoridades supranacionales, debemos estar conscientes que los miembros de la ANSEA tradicionalmente se han mostrado renuentes a la pérdida de su autonomía a favor de un poder supranacional. Como ejemplo de ello podemos mencionar que la ANSEA empezó a funcionar por medio de declaraciones y no por un tratado constitutivo. Esta situación se ha modificado en 2007 con la firma de la Carta de la ANSEA, lo que le ha permitido un mayor nivel de institucionalización, al dotarle de personalidad jurídica y servir como base legal e institucional de la organización. Al margen de ello, aunque fue creada por la Carta el Consejo de Coordinación, el principal cuerpo de gobierno de la ANSEA sigue siendo la Secretaría, misma que ha sido criticada fuertemente por no ser una institución vinculante. Así, existen sólidas dudas sobre si esta instancia es suficiente para implementar la Comunidad Económica dada su limitada autoridad.

La ANSEA busca mejores condiciones para sus actuales economías de escala, una mejor explotación de sus ventajas comparativas y la reducción gradual de las brechas existentes en los niveles de desarrollo económico de sus economías.

Como se observa, los miembros de la ANSEA tradicionalmente se han mostrado renuentes a ceder soberanía a favor de un poder supranacional. Además, aún persisten disputas que no permiten una mayor unión y que, en algún momento, podrían frenar las negociaciones. Por ejemplo, las violaciones de derechos humanos en Myanmar y la falta de consenso para aceptar la candidatura de Timor Oriental. Por otro lado, algunos países como Camboya y Laos mantienen fuertes restricciones al libre flujo de inversiones, lo que refleja que aún existen grandes brechas en cuestiones de crecimiento y desarrollo económicos al interior del bloque. Debido a ello, será necesario que los países miembros trabajen arduamente de manera conjunta haciendo de lado la heterogeneidad en sus sistemas económicos y la falta de valores comunes, confianza mutua y voluntad política para reforzar los actuales lazos de integración. Al margen de los retos propios que conlleva tal proyecto, la ANSEA se enfrenta al relacionado con el tiempo ya que la propuesta inicial era completar la conformación de la Comunidad Económica en 2020, pero después se tuvo que aplazar para 2025.

Así, la ANSEA se encuentra en un momento crucial en su historia. Debe renovarse para insertarse adecuadamente en la economía mundial. Ante este escenario, habrá que seguir de cerca el destino de esta asociación en los próximos años para ver si los miembros logran reforzar sus lazos de pertenencia comunitaria y hacer frente a retos regionales como el acelerado crecimiento económico de China, que viene de la mano con su agresiva estrategia comercial y sus reclamos territoriales en el mar de China Meridional. Es por tal razón que la ANSEA debe articular más armoniosamente sus políticas nacionales con el objeto de fortalecer la unidad y aprovechar los beneficios que ello genera, tales como el establecimiento de economías de escala, movilidad de factores de producción, respuesta coordinada ante los desajustes del mercado, y diseño y ejecución de proyectos regionales. Sin embargo, también está presente la posibilidad de fracaso del establecimiento de la Comunidad Económica, lo cual podría impactar negativamente en los futuros proyectos de la asociación y pondría en entredicho su cohesión y fortaleza, así como generar una pérdida de confianza por parte de los inversionistas extranjeros.

ISAAC FLORES DELGADO es maestro en Relaciones Internacionales por la Universidad La Trobe, en Melbourne, Australia. Se desempeña como profesor-investigador en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad del Mar. Asimismo, colabora como secretario técnico de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales y asistente de la Junta de Gobierno del World International Studies Committe (WISC). Sígalo en Twitter en @FD_Isaac.

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