Pa’ la calle: la generación de “Patria y vida”

22 septiembre, 2022 • Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 1170

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logo fal N eneCarolina Muñoz

Septiembre 2022

Que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente. ¿Quién le dijo que Cuba es de ustedes? Si mi Cuba es de toda mi gente.

“Patria y vida”,

Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Osorbo, Eliecer el Funky Márquez Duany y Gente de Zona

El 11 de julio de 2021 (11-J), con la canción “Patria y vida” como estandarte, el pueblo cubano hizo temblar al régimen de Miguel Díaz-Canel en una de las mayores manifestaciones que se han visto en Cuba después del maleconazo. Las protestas masivas que reclamaron, entre otras cosas, suministros básicos, como jabón para curar la sarna, papel higiénico, dentífricos, comida o vacunas contra el covid-19, saltaron de la realidad cubana al mundo a través de las redes sociales. No solo las protestas se viralizaron, sino también imágenes de refrigeradores vacíos, así como peleas entre ciudadanos por el último pollo que quedaba en alguna tienda. La indignación se volvió mundial.

A poco más de un año del 11-J, las protestas no solo siguen vigentes, sino que se acrecientan. Los cubanos salen ahora a la calle también a exigir energía eléctrica, pues los constantes apagones dentro de la isla anulan los servicios de comunicación con el exterior y buscan disuadir las protestas en la calle, que se realizan en medio de la oscuridad. Las madres salen a reclamar, de la mano de sus pequeños hijos, la libertad de los presos políticos. Durante las protestas fueron silenciados y reprimidos miles de cubanos, de los cuales, en muchos casos, hoy se desconoce su paradero. También hay protestas en las que las madres siguen reclamando la libertad de los presos, como la del 1 de agosto de 2022 en la Catedral de La Habana, a pesar de que puedan sufrir represión y hasta ser detenidas simplemente por reclamar por sus hijos y familiares desaparecidos.

El 11-J acabó con la idea del paraíso cubano, y el mundo comenzó a ver la realidad de los cubanos en su vida diaria. Se hace evidente su lucha no solo por elementos básicos de subsistencia, sino también por un profundo cambio de sistema, como le llaman ellos, a lo que nosotros conocemos como democracia y elecciones libres. Desean poder elegir a sus representantes y que no se les impongan por un partido que parece haber olvidado la realidad de su pueblo y creído su propio relato propagandístico.

Desde La Habana hasta la Isla de la Juventud, el 11-J movilizó a los cubanos de toda edad a reclamar por su libertad, un concepto tan amplio y común para muchas sociedades, pero que ellos grafican con: “Libertad para ver a mis seres queridos; libertad para elegir lo que como; libertad para navegar en redes sociales; libertad para poder pensar distinto sin que me aprese y torture la policía del régimen”.

Al son de una canción

Debido a que logró captar muy bien el sentimiento de un pueblo, parece que “Patria y vida” se convirtió entonces en la canción de esta protesta: “Somos la dignidad de un pueblo entero pisoteada a punta de pistola y de palabras que aún son nada. No más mentiras. Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas. Ya no gritemos patria o muerte sino patria y vida”.

La canción, que fue escrita por Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Osorbo, Eliecer El Funky Márquez Duany y Gente de Zona, y en poco tiempo alcanzó más de 11 millones de reproducciones. Maykel Osorbo y El Funky, que vivían en la isla, fueron arrestados y el resto de los intérpretes teme regresar porque saben que serán detenidos.

Son familias completas, con abuelos y padres que vivieron en otras épocas, e hijos y nietos que nacieron sin saber qué son la democracia y las elecciones libres, las que exigen el cambio.

Sin duda, las redes sociales, pese a todas las restricciones impuestas por el régimen ⸺incluido el apagón provocado para que no pueda salir al mundo lo que ocurría en la isla⸺ fueron aprovechadas por una generación de jóvenes y adultos autodidactas. Aprendieron a evadir VPNs, a comunicarse por diferentes medios, cronometrando los minutos para no ser interceptados, y a utilizar cuentas de Facebook duplicadas para cuidar su identidad. Ellos le mostraron al mundo, a través de fotografías, testimonios e imágenes la represión contra un pueblo que pedía su libertad. Ya no eran solo los líderes de la oposición los que salían a la calle, sino también era y es el pueblo cubano el que exige sus derechos más básicos. Son familias completas, con abuelos y padres que vivieron en otras épocas, e hijos y nietos que nacieron sin saber qué son la democracia y las elecciones libres, las que exigen el cambio.

Los están torturando

Prisoners Defenders registró dos tipos de violaciones a los presos del 11-J: el procesamiento penal de niños por motivos de conciencia y la separación forzosa de sus padres. En el informe presentado, dentro de los 1027 casos se encuentran 34 niños y 4 niñas condenados a una pena media de 7 años de privación de la libertad por pedir comida, condiciones dignas de vida y libertad, por vestir playeras blancas, cantar una canción y gritar “patria y vida”. Además, registraron aproximadamente 11 000 civiles, para quienes no existe el debido proceso ni la defensa legal, con penas que van desde los 2 años y 10 meses de prisión, sin haber cometido delito alguno.

Los reportes indican que los prisioneros han sido sometidos al menos a cinco o más tipos de torturas, como amenazas a su integridad, su seguridad y la de sus seres queridos; celdas de castigo plagadas de insectos y humedad, con camas de cemento y sin ventilación. Más de la mitad de los procesados afirmaron haber sido sometidos a agresiones físicas directas, como la “Shakira” (consiste en inmovilizar al detenido al esposarlo con sus manos a la espalda) o el uso de las “patrullas horno” (la retención por horas en vehículos herméticamente cerrados para provocar asfixia, desmayos y deshidratación). Prisioners Defenders también documentó el uso de gas pimienta en las detenciones y en las celdas, al igual que la fractura de costillas, la privación intencional del sueño y el traslado irregular a ubicaciones desconocidas. Se aplicaron todas estas violaciones por ser contrarrevolucionarios o CR, como se les conoce en la jerga carcelaria cubana.

Por suerte, para defenderse y poder expresarse, los autodidactas aprendieron a usar las redes sociales, a saltar VPN’s y hacerle llegar al mundo a través de Facebook, Twitter, Signal, Telegram y mensajes de texto que Cuba no es solo playas paradisíacas, historia revolucionaria y hoteles todo incluido, sino la vida diaria de los cubanos, la de la lucha por una vida digna y por la libertad, la lucha por patria y vida.

CAROLINA MUÑOZ es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y maestra en Economía y Política Internacional por la Universidad de San Andrés (UDESA). Fue Coordinador Regional del Noroeste Argentino en la Jefatura de Gabinete del gobierno federal. Actualmente se desempeña como Asesora en Comunicación. Sígala en Twitter en @carolourdesm.

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2 Responses to Pa’ la calle: la generación de “Patria y vida”

  1. Ernesto Rafael dice:

    Es una tergiversación o versión libre de los hechos y sus causas según sus intereses y no la realidad. No menciona el bloqueo genocida económico y político que por más de 60 años aplica la potencia de EE.UU y aliados a Cuba, endurecido cobardemente durante la pandemia de la COVID, a la pequeña isla saqueada por España durante 5 siglos de coloniaje más 60 años de neocoloniaje por el propio EE.UU que la intervino hasta el glorioso triunfo de una revolución. Son esas las esenciales causas de la situación social que enfrenta el país, pero a pesar de esta permanente agresión mantiene importantes logros sociales a los que no renunciará jamás. Bochorno debía darle a esta periodista, que por ignorancia o mala intención a redactado lo anterior, hace dudar de los supuestos títulos alcanzados.

  2. Ernesto Rafael dice:

    Por supuesto que todo lo demás que publíca esta perodista, de menores detenidos, personas sin derechos, torturas, son una total mentira, una burda infamia y lo afirmo yo que vivo en Cuba y no en Argentina.

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