Las colonias de Estados Unidos

10 junio, 2019 • Norteamérica, Opinión, Portada • Vistas: 10015

La situación de los migrantes en el estado de Texas

FAL-Rolf Niederstrasser

 Rolf Otto Niederstrasser

Junio 2019

En Estados Unidos, las colonias son áreas de tugurios no incorporados, de bajos ingresos y ubicadas a lo largo de la región fronteriza entre Estados Unidos y México.

La hermana Norma Pimentel es una heroína local en el Valle del Río Grande. Hace 5 años tomó la iniciativa de ayudar a miles de niños que escapaban de la creciente violencia en Centroamérica y buscaban refugio en Estados Unidos. Como una de las superintendentes de la rama caritativa de la Iglesia católica, respondió rápidamente a la crisis humanitaria que se había generado en la frontera.

Antes, generalmente brindaba auxilios cuando la región sufría un desastre natural, como una inundación o un huracán. Pimentel se asociaba con otras organizaciones humanitarias regionales y ayudaba a aquellas familias que no calificaban para la Agencia Federal de Manejo de Emergencias y otros programas de asistencia en Estados Unidos. Según ella, la mayoría de las veces, los necesitados eran las familias pobres o indocumentadas que vivían en el Valle del Río Grande. Por medio de la recaudación de fondos reconstruyeron hogares y restauraron la esperanza de muchos. Adicionalmente, Pimentel fundó el Centro de Ayuda Humanitario, cuya misión es alimentar refugiados, donar ropa y ofrecer alojamiento temporal. Su destacada labor logró aliviar a los abrumados oficiales de Patrulla Fronteriza. Debido a su compromiso con la crisis, recibió una llamada personal del papa Francisco felicitándola por su trabajo. Durante una entrevista que tuve con ella en 2015 declaró: «Fue el momento más increíble de mi vida».

En ese entonces, más de doscientos refugiados se encontraban en el centro de la basílica de San Juan, localizado en la cuidad del mismo nombre. La hermana Pimentel, junto con un agrandado número de voluntarios, ayudó a esas familias donando grandes cantidades de ropa y repartiendo tazones de sopa. «La comunidad está muy comprometida, dispuesta a apoyar y ayudar en todo lo que pueda», afirmó. Desde entonces, el número creciente de refugiados en los centros disminuyó, pero la inmigración se mantuvo estable. Me aseguró que después del evento crítico en 2014, los voluntarios están más organizados para manejar con más eficacia una situación futura.

Los residentes de las «colonias» todavía viven en las sombras

Al igual que los refugiados e inmigrantes indocumentados en el área, las comunidades de las colonias han permanecido en las sombras. En todo el sur de Texas, y especialmente en el Valle del Río Grande, el índice de pobreza es seis veces más alto que el promedio estatal. El Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas ha trabajado en colonias durante más de 20 años. Su participación ha ayudado a servir a la comunidad en la financiación de proyectos, como brindar asesoramiento de salud gratuito a los residentes locales, evaluar los niveles de diabetes y llevar electricidad a la comunidad. En un desarrollo reciente, las farolas cerca del Centro de Recursos Comunitarios en Álamo Sur fueron financiadas por medio del aumento de los impuestos a la propiedad de los residentes locales y se instalaron con éxito. Los fondos utilizados para llevar electricidad a la comunidad fueron aprobados por el Departamento de Servicios de Salud del estado de Texas. Sin embargo, estos cambios se han producido a un ritmo lento.

Al igual que los refugiados e inmigrantes indocumentados en el área, las comunidades de las colonias han permanecido en las sombras.

Las comunidades de bajo nivel han sido un problema desde la Segunda Guerra Mundial. Las personas que cruzan la frontera y los residentes de las colonias aumentaron durante el Programa Bracero, un contrato temporal para trabajadores mexicanos con el objetivo de ayudar a la escasez de mano de obra en Estados Unidos. Al principio, hombres sin familias acampaban allí. Más tarde, llegaron más mujeres y familias con la intención de brindar apoyo a los niños en el hogar. Pero los problemas crecieron con violaciones de los derechos humanos básicos hasta la llegada de una inmigración masiva de indocumentados que corría peligro en su viaje. La disminución en la población agrícola de Estados Unidos, así como la insatisfacción de los agricultores con el programa, le dieron fin. Pero el problema de los inmigrantes siguió mientras intentaban cruzar la frontera y se asentaban en una región que no les ofreció beneficios de ningún tipo. Aunque la tasa de migración neta desde México ha permanecido negativa en los últimos años, la realidad actual todavía incluye problemas de condiciones de vida en las colonias sin una protección adecuada de las leyes.

El caso de Juan, el caso de muchos

La mayoría de las personas en estas zonas compran un terreno donde esperan construir. Comienzan a comprar y apilar materiales. Eventualmente, depositan una fundación de cemento y construyen paredes. Las diferentes etapas de construcción son observables mientras se conduce por medio de estas colonias. A veces, amigos o familiares brindan apoyo adicional. Este fue el caso de Juan P., un residente de la colonia ubicada en Pueblo de Palmas, cerca de Mission, Texas. Es un joven de Monterrey, México. Llegó a Estados Unidos con su madre y su hermana pequeña cuando tenía 6 años.

La segunda vez que Juan cruzó la frontera fue deportado. Sin embargo, su familia regresó y vivió en una casa rodante con una segunda familia. También siguió asistiendo a la escuela. «Las condiciones de vida han mejorado un poco. La comunidad es mucho mejor. No ha sido tan agitado,» dice. «Hemos tenido menos problemas con las drogas, la policía, la Patrulla Fronteriza o con otros residentes.» Desde la última vez que hablamos en 2015, Juan se graduó de la preparatoria y todavía sueña con convertirse en un residente legal y asistir a la universidad para mejorar la situación de su familia.

Las colonias siguen siendo zonas excluidas y se mantienen fuera de la conversación política, incluso dentro del debate migratorio.

Organizaciones como Proyecto de Desarrollo Humano ayudan a familias, como la de Juan, a diario. El centro ha estado abierto por más de 13 años y es parte de Catholic Extension, una organización que se ha dedicado a apoyar y fortalecer a las comunidades de escasos recursos en Estados Unidos. Las voluntarias que trabajan allí también son residentes de las colonias. Muchos de ellos han aprovechado los servicios ofrecidos. «Cuando llegué aquí en 2002, no había electricidad, todo estaba oscuro,» dice María. «Los que donaron fondos han sido responsables de la instalación de alumbrado. Esto ofrece una sensación de seguridad. Mantiene los parques más seguros, evita la venta de drogas.» En el Centro, promueven las clases de ejercicios de zumba. Otros residentes como Juana están felices de que sus hijos puedan ir al centro y hacer sus tareas por las tardes. Las computadoras tienen internet instalado y tutoriales para ayudarlos. Especialmente en las colonias, la señal es difícil de obtener porque cambia automáticamente al equivalente mexicano Movistar.

Las colonias siguen siendo zonas excluidas y se mantienen fuera de la conversación política, incluso dentro del debate migratorio. Las condiciones de vida son muy escasas. Muchas personas se juntan con miembros de la familia y pronto son presionadas para obtener su propio lugar con pocas opciones de alquiler disponibles. En muchos casos no tienen más remedio que conformarse con un autobús escolar averiado o una casa rodante muy vieja. Hasta ahora, la legislación de Texas no ha abordado esta compleja situación.

Otro gran problema son las separaciones familiares. En muchos casos, un niño nace en Estados Unidos y el otro en México. Si los capturan, los dividen en función de su estatus migratorio. En las últimas 2 décadas, otras organizaciones, como La Unión del Pueblo Entero, han sensibilizado a la comunidad sobre estos problemas. Con campañas como «Proyecto Azteca», han recaudado fondos para mejorar las viviendas, detener las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas Estados Unidos en las colonias y abogar en contra del muro fronterizo. Han permanecido como una sólida organización comunitaria con muchas oficinas cerca de las colonias. La mejora en estas regiones se está produciendo a un ritmo muy lento y dependen de la participación activa de organizaciones humanitarias y personajes como la hermana Pimentel.

ROLF OTTO NIEDERSTRASSER es analista político en CNN en Español y maestrante en la School of Foreign Service de la Georgetown University. Sígalo en Twitter en @ron5v.

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