La inserción de México en el ámbito del Indo-Pacífico

22 julio, 2021 • Artículos, Asia/Pacífico, Norteamérica, Portada, SRE • Vistas: 3076

The Diplomatist

Federico Salas Lotfe y Guillermo Chávez Conejo

Julio 2021

Una colaboración de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México

Si bien el término Asia-Pacífico tiene dimensiones políticas, el Indo-Pacífico es todavía una idea en desarrollo. El concepto comprende a 38 países, su extensión abarca 44% de la superficie total del planeta, alberga a 64% de la población mundial, y repercute en la economía en tanto que representa 62% del PIB mundial e incluye a tres de las más grandes economías (China, Japón y la India). Por sus océanos surca 60% del comercio internacional y es un importante espacio para la seguridad marítima dado que hay fuerzas de seguridad chinas, estadounidenses, francesas e indias. El territorio es una zona de rutas estratégicas que abastecen de petróleo a países de alta demanda energética, enlaza a Asia con el sur y el Cuerno de África y su auge económico, liderado por China, podría redefinir el orden internacional.

El término surgió en 2007 de la pluma del capitán indio Gurpreet Khurana y el principal promotor del concepto fue el Exprimer Ministro de Japón, Shinzo Abe, a fin de contraponerse a una visión exclusivamente sino-céntrica en Asia. Este encontró afinidades con Canberra y Nueva Delhi, con quienes sentó las bases al incluir a Estados Unidos, para desarrollar el Quad o el Diálogo Cuadrilateral (Australia, Estados Unidos, la India y Japón), el cual se concretó en 2017.

La región atestigua la expansión de la huella comercial y militar de Beijing mediante la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda.

Por lo tanto, la idea del Indo-Pacífico es un contrapeso a China, que está imantada de nociones geopolíticas, geoeconómicas y geoestratégicas, que involucra puntos marítimos clave para el comercio y la seguridad internacionales, como el estrecho de Malaca, que conecta el mar de Andamán en el océano Índico, con el mar de China Meridional en el océano Pacífico. Por sus aguas se comercia 25% del total de los bienes mundiales y una cuarta parte del flujo de petróleo. También se encuentra el estrecho de Ormuz, que une al golfo Pérsico con el golfo de Omán y el mar Arábigo. Por esta ruta navega un tercio del gas natural licuado mundial y cerca de 25% del consumo total de petróleo. De igual forma, incluye al estrecho de Bab al Mandeb, ubicado entre la península Arábiga y África, que conecta al mar Rojo con el golfo de Adén y el océano Índico. Es el punto de tránsito de la mitad de las importaciones de petróleo de China.

La región atestigua la expansión de la huella comercial y militar de Beijing mediante la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda. Ejemplo de ello es el modelo de infraestructura de bases militares y de centros de comercio en países como Yibuti, en el Cuerno de África y en ruta hacia el canal de Suez; en Pakistán con el puerto de Gwadar, que une la región occidental de Xinjiang, China, con el mar Arábigo; en Maldivas con los desarrollos en el islote Feydhoo Finolhu y en el atolón Kunaavashi, la expansión del Aeropuerto Internacional Velana en Malé y la construcción del puente Sinamale que lo conecta con Hulhumalé; en Sri Lanka con el puerto de Hambantota —ligado a la ruta comercial más transitada del mundo entre el canal de Suez y el estrecho de Malaca, por donde navegan más de 36 000 barcos anualmente, de los cuales 4500 son buques petroleros, al tiempo que conecta con la bahía de Bengala y la costa este de África— y la ciudad portuaria de Colombo; el acceso que concedió Bangladesh en 2019 a los puertos de Chittagong y Mongla, además de optar por el financiamiento chino para el desarrollo del puerto de Payra y en Myanmar (Birmania) con el proyecto portuario en la zona económica especial de Kyaukphyu, Estado de Rakáin y lugar de origen de la comunidad rohinyá.

Visiones indo-pacíficas

Para la India, la zona del Indo-Pacífico implica intereses geoestratégicos donde compiten políticas de desarrollo y expansión sino-indias, visiones geopolíticas en las que Beijing y Nueva Delhi pugnan por liderar las vías de comunicación más concurridas del mundo y geoeconómicas en las que hay fuentes masivas de recursos naturales y rutas comerciales internacionales. Este panorama la hace altamente susceptible en caso de surgir acciones militares dado que involucra su defensa marítima, integridad territorial e influencia regional en sus 7516 kilómetros de costa y 1382 islas. Además, Nueva Delhi comprende que la región se extiende allende sus fronteras desde la costa este de África hasta la costa del Pacífico oeste de América; en su vecindario próximo enlaza con Sri Lanka y Maldivas, y hacia África conecta con Mauricio, Madagascar, Seychelles y Comoros. Por ello, la importancia concedida al Indo-Pacífico trasciende la idea del comercio hacia ámbitos políticos, de seguridad y de liderazgo regional en permanente disputa con China.

En respuesta a la expansión china y con objeto de ser una alternativa a ella, la política exterior india denominada “Primero el Vecindario” ha enfocado su acción en estrechar los lazos con sus vecinos inmediatos y ha concedido la misma importancia tanto a su vecindad terrestre como a la marítima. Asimismo, en 2014, el gobierno del primer ministro Narendra Modi dio un renovado impulso a la Política de Mirada al Este —desarrollo de relaciones con Estados Unidos y sus aliados en el Sudeste Asiático tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, y enfocada en la integración económica con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA)— al desarrollar la Política de Actuar hacia el Este, iniciativa diplomática que promueve las relaciones culturales, comerciales, de conectividad, de desarrollo de capacidades, integración económica y, sobre todo, de cooperación en seguridad; en 2015 anunció la visión marítima Seguridad y Crecimiento para Todos en la Región, y en junio de 2018, durante la Conferencia de Seguridad Shangri-La, la India detalló que el enfoque del Indo-Pacífico está en la ANSEA, el Sudeste Asiático, las relaciones bilaterales con Australia, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, las islas del Pacífico y África. Su lógica considera que este espacio es su zona de influencia natural, la cual tiene como característica ser multipolar —narrativa defendida por el canciller indio Subrahmanyam Jaishankar—, donde la supremacía no es ni será exclusiva de Beijing o de Washington. A fin de fortalecer estas políticas, hacia 2019 creó la División para el Indo-Pacífico en el Ministerio de Asuntos Exteriores con el objetivo de proveer de insumos políticos a su propia narrativa del Indo-Pacífico.

Por parte de Europa, Francia asumió desde mayo de 2018 que el Indo-Pacífico es una realidad geográfica que comprende parte de sus territorios en ultramar y que es un espacio donde puede ser una potencia mediadora, inclusiva y estabilizadora. En paralelo, Alemania y los Países Bajos analizan el concepto bajo una perspectiva comercial, cuyos motivos también recorren caminos distintos, aunque convergentes, bajo el manto comunitario: desde septiembre de 2020, Berlín ve la oportunidad de insertarse en el terreno tecnológico en la inteligencia de que este sector será el futuro tanto de la economía como de las sociedades, sin que ello signifique un enfrentamiento con Beijing, al tiempo que tiene por objetivo proteger sus intercambios comerciales con Asia, los cuales ascienden a 420 000 millones de dólares anuales (20% de su comercio total). En tanto, La Haya concibe una nueva estrategia de acción exterior que pueda promover sus intereses y los de Europa y que proteja su abastecimiento de insumos provenientes de los miembros de la ANSEA (en 2019 fue el mayor importador de bienes de la Unión Europea por un total de 30 000 millones de euros). Incluso en fechas recientes, Italia parece atender al llamado indio respecto a que la estabilidad en el Indo-Pacífico pende de países con ideas afines dentro y fuera de la región, lo que podría dar pie a que Roma formule su propia estrategia y avance la agenda trilateral la India-Italia-Japón.

Será decisivo visualizar a México como país bisagra entre dos perspectivas antagónicas y asumir que su inserción en el Indo-Pacífico involucra, necesariamente, el reconocimiento y oportunidades que presenta este vasto territorio.

Para la Unión Europea, una tercera parte de sus exportaciones son transportadas por el Indo-Pacífico, y para 2030 estima que 90% de los 2400 millones de personas que alcancen la clase media procederán de alguno de los países que abarca este territorio. Por consiguiente, la Estrategia de la Unión Europea para la Cooperación en el Indo-Pacífico, de 2021, tiene por pilares uno diplomático y otro económico. En el primero convergen prácticas e ideales occidentales; en el segundo se valora explorar tratados de libre comercio con Australia, Indonesia y Nueva Zelanda con el objetivo de crear una alternativa a la Iniciativa del Cinturón y de la Nueva Ruta de la Seda. Por ello, la Unión Europea gastó 8000 millones de euros en conectividad con Asia entre 2014 y 2020, aunque requerirá invertir 1.3 billones de euros anualmente para igualar la huella china. Además, colectivamente Europa examina su relación con Beijing, toda vez que concibe que es tanto un competidor estratégico —mediante la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda y la Asociación Económica Integral Regional— como un rival sistémico por medio de su desarrollo tecnológico-militar y su creciente liderazgo mundial.

Por su parte, en 2018, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, bajo el gobierno del expresidente Donald Trump, definió como objetivos en el Indo-Pacífico prevenir la proliferación de armas nucleares, preservar el acceso a la zona más poblada del mundo, reforzar el Sudeste Asiático y el papel de la ANSEA en la arquitectura de seguridad regional, entre otros. La estrategia está enfocada en acercarse a la zona económica interdependiente con China y promover los principios de soberanía, libertad de navegación, normas de comercio e inversión, el respeto por los derechos individuales y el Estado de derecho.

En términos de alianzas adecuadas, el Quad promueve en el Indo-Pacífico la libertad de navegación y sobrevuelo, el transporte de bienes comunes marítimos, el respeto del Derecho Internacional, el fortalecimiento de la seguridad marítima e incluso manufacturar y distribuir mil millones de vacunas contra el covid-19 en el Sudeste Asiático. No obstante, si bien China considera a este mecanismo como una contención en detrimento de sus intereses y Estados Unidos lo impulsa como parte de su estrategia en el Indo-Pacífico, la autonomía estratégica india estará puesta cada vez más en entredicho a medida que las relaciones sino-estadounidenses continúen tensándose y que Nueva Delhi siga inclinándose hacia occidente.

La inserción de México en el ámbito del Indo-Pacífico

La actual coyuntura del Indo-Pacífico significa también una oportunidad para que el mundo visualice que este extenso territorio también comprende a los países del Pacífico americano. En un primer atisbo, México tiene la oportunidad de ser un referente para las cadenas internacionales de valor mediante sus 14 tratados de libre comercio con 50 países y 30 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 31 países o regiones administrativas, entre los que destaca el Tratado México, Estados Unidos y Canadá y el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (en el que participan Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam). También cuenta con la infraestructura necesaria para el traslado de bienes internacionales mediante 11 puertos de altura en el océano Pacífico.

A ello se suma el actual desarrollo del Corredor Interoceánico, ruta logística que se estima sea un polo de integración y que unirá a los puertos de Salina Cruz (océano Pacífico) y Coatzacoalcos (océano Atlántico) mediante una línea férrea, al tiempo que se prevé que conecte, en Asia, con Japón y, en América, con Estados Unidos. Además, la geografía mexicana forma parte tanto del Pacífico como del Atlántico norte, lo que le une con la totalidad del continente americano y con Europa occidental. Igualmente, el océano Pacífico le conduce a Asia.

El Indo-Pacífico alcanza magnitudes políticas y económicas —como la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), donde también abrevan los intereses de la India como observador desde 2014 y cuyo potencial comercial con el bloque es de 30 000 millones de dólares—, también militares. Por ello, al igual que otros actores, México ha de calibrar su acción exterior tanto con Estados Unidos como con China, valorar los aspectos coyunturales de la región y promover sus intereses nacionales: insertar su visión en el Indo-Pacífico, ser parte de las cadenas internacionales de valor y desarrollar la innovación con perspectiva social en un mundo cuyo centro competitivo es tecnológico. Será decisivo visualizar a México como país bisagra entre dos perspectivas antagónicas y asumir que su inserción en el Indo-Pacífico involucra, necesariamente, el reconocimiento y oportunidades que presenta este vasto territorio. Por ello, ha de diseñar su propia estrategia bajo un prisma al tiempo norteamericano y latinoamericano y, posteriormente, navegar con destreza ambas corrientes en un mundo multipolar e interdependiente.

FEDERICO SALAS LOTFE es Embajador de México en la India, Bangladesh, Maldivas, Nepal y Sri Lanka. Es diplomático de carrera desde 1989 y Embajador de México desde 2000. Es licenciado en Gobierno por la Harvard University y maestro en Ciencia Política por El Colegio de México (Colmex). Anteriormente se desempeñó como Embajador de México en República Checa (2001-2007), Israel (2007-2015) e Indonesia (2015-2017). Fue Representante Permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) (2017-2019). Sígalo en Twitter en @fsalasl. GUILLERMO CHÁVEZ CONEJO es miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 2019, es licenciado en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana, maestro en Integración Europea por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Es Encargado de Asuntos Políticos, Prensa y Concurrencias en la Embajada de México en la India. Sígalo en Twitter en @GChavezConejo.

 

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