Italia: la manzana de la discordia entre China y Estados Unidos para la Nueva Ruta de la Seda

17 mayo, 2019 • Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 13820

Hispan TV

Pierfrancesco Moscuzza

Mayo 2019

Las relaciones internacionales atraviesan una etapa de transformación. El primer elemento de esta transformación es el ascenso de China en la arena internacional como consecuencia de su afirmación hegemónica en Asia y de su rápida expansión geopolítica hacia Occidente. El segundo elemento es la progresiva debilitación de la Unión Europea debido al brexit y a la fragmentación política interna a la unión. El tercer elemento es la rápida perdida de hegemonía de Estados Unidos, que ha llegado a su apogeo con el gobierno de Donald Trump.

En un artículo publicado recientemente por el Financial Times, Gideon Rachman da su lectura sobre el actual momento histórico, describiéndolo como el fin del multilateralismo y el comienzo de un nuevo bipolarismo, al igual que aquel de la Guerra Fría, cuyos contendientes son China y Estados Unidos. Según Rachman, la única diferencia entre el sistema bipolar actual y aquel de la Guerra Fría -protagonistas a parte- es representada por el tipo de confrontación que ya no es de tipo exclusivamente militar sino de tipo tecnológico. Otros académicos consideran que el ascenso de China como hegemonía única en el sistema internacional es un hecho inevitable y que comportará la formación de un nuevo sistema internacional. Una de las razones de esta lectura es la expansión económica de China hacia el resto del mundo que se quiere implementar por medio de la construcción de una vasta red de infraestructura denominada la Nueva Ruta de la Seda, cuyo fin es facilitar el comercio internacional entre China y los demás países.

Este proyecto, de por sí muy ambicioso, es posible gracias a dos factores: una disponibilidad de liquidez financiera muy alta por parte de China y un superávit comercial neto chino hacia las economías más grandes del mundo. Sin embargo, para que se realice el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda se necesita la cooperación de algunos países clave. Italia, en particular, desempeña un papel estratégico en la finalización de la Nueva Ruta de la Seda debido a su posición geográfica que le da acceso al mar Mediterráneo y a la parte continental de la Unión Europea. Por esta razón, en 2017 el gobierno chino inició un proceso de negociación para la creación de una base comercial en la ciudad de Trieste y para el fortalecimiento de la infraestructura en otras ciudades italianas. El 8 de marzo de 2019, el primer ministro italiano Giuseppe Conte declaró respaldar la expansión de la Nueva Ruta de la Seda en Italia.

Para que se realice el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda se necesita la cooperación de algunos países clave.

Esta noticia ha alimentado las preocupaciones estadounidenses, porque Italia es el primer país del G-7 en apoyar oficialmente la expansión de la Nueva Ruta de la Seda en Europa. Washington ha criticado la Nueva Ruta de la Seda, describiéndola como un proyecto «hecho por China, para China», adjuntando que no trae ningún beneficio a Italia. Beijing respondió, por consiguiente, recordando a los estadounidenses que Italia es un país independiente. El temor de Estados Unidos es que la Nueva Ruta de la Seda pueda vincular a Europa mucho más estrechamente con China, socavando la importancia de los enlaces trasatlánticos. Las preocupaciones estadounidenses fueron reiteradas por los representantes de la Comisión Europea que han recordado los riesgos de una posible alianza estratégica con China. Por su lado, Roma ha replicado que la Nueva Ruta de la Seda representa una oportunidad para levantar su economía nacional que hasta finales de abril de 2019 se encontraba en una fase de recesión técnica, y que no hay ningún peligro de colonización china ni para la seguridad de Italia ni para Europa. Además, Roma ha recordado que hay trece países de la Unión Europea que ya firmaron un memorando de entendimiento con China. Según Roma, esta circunstancia pondría en una situación de ventaja competitiva a aquellos países parte de la Nueva Ruta de la Seda a expensas de los demás países miembros de la Unión Europea. Por esta razón, el 12 de marzo de 2019, la Comisión Europea presentó una nueva estrategia que debería permitir a los países miembros de la Unión Europea gestionar de mejor manera la relación con el país asiático, pero sin entrar en contraste con los objetivos de la Unión Europea. Entre otras cosas, el plan de acción debe servir para imponer la reciprocidad en la contratación pública y equipar a la Unión Europea con mecanismos de defensa contra posibles ataques a la seguridad tecnológica.

Finalmente, Conte firmó el memorando de entendimiento con China el 23 de marzo de 2019, en ocasión de la visita oficial del presidente chino Xi Jinping a Italia. El acuerdo se divide en veintitrés puntos, entre los que destacan la colaboración en materias de desarrollo de infraestructuras; la cooperación para el desarrollo comercial de nuevas empresas; la cooperación en sector del comercio electrónico; un convenio fiscal para prevenir el lavado de dinero y la evasión fiscal; el fortalecimiento de la cooperación científica y la investigación entre universidades italianas y chinas; la cooperación entre la Agencia Espacial Italiana y la Administración Nacional del Espacio de China, y unos acuerdos comerciales entre bancos chinos y empresas italianas del sector energético.

Sin duda, las implicaciones geopolíticas de la expansión de la Nueva Ruta de la Seda son muy grandes y tiene el potencial para subvertir el orden internacional, sobre todo si se considera que Europa atraviesa un periodo de crisis profunda. Sin embargo, este riesgo no debe ser amplificado fuera de medida, por eso se propone una reflexión analítica para contribuir al debate sobre la cuestión y evitar la demonización de un proyecto que tiene mucho potencial para el desarrollo y el crecimiento económico mundial.

El temor más grande conectado a la expansión de la Nueva Ruta de la Seda es que pueda transformarse en un instrumento para la expansión de la hegemonía china, o incluso para favorecer el imperialismo neocolonial chino. Se cree que este punto no tiene ninguna evidencia científica, por el simple hecho que en el pasado la falta de infraestructuras no ha impedido la expansión de los imperios coloniales. La historia enseña que las infraestructuras no son el medio por el cual se establece la hegemonía; al contrario, la construcción de infraestructuras se da en un segundo momento, para fortalecer la relación hegemónica ya existente, como en el caso de las vías del Imperio romano o los ferrocarriles del Imperio británico. Además, se puede contrargumentar que los intercambios comerciales favorecen la interdependencia, y por ende el establecimiento de relaciones diplomáticas y económicas que pueden beneficiar ambas partes. Más aun, la idea fundamental de la Nueva Ruta de la Seda es facilitar el comercio en ambas direcciones y no solamente desde China hacia al resto del mundo. Asimismo, debe considerarse que el beneficio de la Nueva Ruta de la Seda será también para todas las empresas occidentales que han trasladado su producción a China, muchas de las cuales son estadounidenses. Por esta razón, si la Nueva Ruta de la Seda será manejada con un sistema de gobernancia internacional eficiente, puede ayudar a balancear el exceso de superávit comercial chino y favorecer el desarrollo y el crecimiento económico.

Sin embargo, el peligro más grande que representa Italia por el apoyo a la Nueva Ruta de la Seda tiene a que ver con la debilidad estructural de la economía italiana, causada por dos factores. Primero, el bajo crecimiento económico y demográfico, y el alto nivel de la deuda pública que rebasa el 130% del PIB. Consecuentemente, como explica Thomas Piketty, el otro peligro es la posible inversión de grandes cantidades de capital financiero chino en Italia, porque el crecimiento económico se realiza por medio de inversión de capital interno fruto de una balanza de pagos positiva. Esta situación se obtiene con políticas económicas que favorecen las exportaciones y los superávit comerciales, o con una balanza de pagos positiva sustentada por los ingresos derivados desde el capital interno y el capital extranjero neto.

Históricamente, todos los traspasos hegemónicos se han dado como consecuencia de un choque sistémico, es decir, de un evento que causa un cambio radical en la estructura de un sistema político. Esta teoría ha sido enunciada en momentos distintos y en diferentes contextos analíticos por autores como Antonio Gramsci, Immanuel Wallerstein, Giovanni Arrighi y Beverly Silver entre otros. A nivel internacional, los choques sistémicos fueron causados casi siempre por un conflicto bélico que finalmente transformó la estructura del sistema internacional. Las posibilidades que un conflicto de este tamaño se de en el sistema internacional contemporáneo son muy pocas, principalmente por dos razones. La primera es la disuasión nuclear que puede servir como ultima razón para evitar cambios sistémicos (véase el caso de Rusia que todavía sigue siendo uno de los países más importantes de la escena internacional y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas). La segunda, es el nivel de interdependencia compleja que se ha logrado como consecuencia de la ola de globalización Posguerra Fría, que considera irracional cualquier tipo de conflicto de nivel sistémico.

Además, para que se dé el cambio hegemónico son necesarios unos presupuestos que China todavía no posee. El primero, como relata Charles Kindleberger, es un nivel de apertura de los mercados económicos y financieros nacionales tal que pueda soportar el flujo del comercio y de las transacciones financieras a nivel mundial. El segundo, como relata Barry Eichengreen, es una moneda nacional muy estable soportada por un banco nacional que pueda suministrar liquidez al sistema internacional. Tercero, como relata Michael Pettis, es un nivel de desarrollo económico y social tal de sobrellevar niveles de consumo y de déficit comercial muy altos, necesarios para sostener la economía mundial. Y finalmente, un poder militar que rebase por mucho el de los demás competidores. China al momento no detiene ninguno de esos elementos, aunque hay signos que indican que esto pueda suceder en un lapso de tiempo compreso entre 25 y 30 años.

Las implicaciones geopolíticas de la expansión de la Nueva Ruta de la Seda son muy grandes y tiene el potencial para subvertir el orden internacional.

Por ende, es más probable que se esté desarrollando un sistema internacional multilateral estructurado en bloques hegemónicos regionales, en vez de un sistema bilateral al estilo de la Guerra Fría, o incluso unipolar estructurado alrededor de la hegemonía china. Es decir, que si se dará un traspaso hegemónico será de carácter regional más que mundial. Lo que se cree muy probablemente es que China va a establecer su hegemonía en la región del sur y del Sudeste Asiático, incluyendo a la gran mayoría de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y de la Asociación Sud-Asiática para la Cooperación Regional.

Cabe mencionar que el gobierno de Trump tiene una gran parte de responsabilidad en este proceso, por haber revertido la política del giro hacia Asia establecida por Barack Obama y por haberse salido del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, cuya función principal era de contrabalancear la expansión china en la región de Asia-pacifico. De igual modo, el gobierno de Trump tiene otra grande responsabilidad en la expansión de China. La culpa es haber causado grandes divisiones dentro del bloque occidental, al asumir un comportamiento inconsistente con su posición de liderazgo. Por ejemplo, se debe considerar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la disputa comercial con Canadá; la inútil y estéril polémica sobre la construcción del muro con México; las amenazas de sanciones comerciales en contra de Europa, Corea del Sur y Japón; la cancelación de la apertura diplomática hacia a Cuba, y, finalmente, el boicoteo del Plan de Acción Conjunto y Completo negociado entre el gobierno de Obama, la Unión Europea e Irán.

En conclusión, la Nueva Ruta de la Seda representa una gran oportunidad para el crecimiento económico mundial y para el desarrollo de África y de algunas zonas de Latinoamérica. Sin embargo, es necesario que se establezca un sistema de gobernanza internacional que asegure el respeto de las normas internacionales sobre los derechos humanos y de los trabajadores, la apertura de los mercados chinos a las exportaciones de los otros países para balancear su superávit comercial, y que además asegure el respeto de todas las normas del Derecho Internacional sobre la seguridad, la soberanía y la independencia de los países parte del proyecto.

PIERFRANCESCO MOSCUZZA es doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es profesor asociado en el International College de la University of Suwon, Corea del Sur y miembro de la International Studies Association. Además, administra el blog International Relations and Politics. Sígalo en Twitter en @Piero_Moscuzza. 

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5 Responses to Italia: la manzana de la discordia entre China y Estados Unidos para la Nueva Ruta de la Seda

  1. Armando Huaranga Bashualdo dice:

    La mafia yankee asaltantes norteamericanos, dedicados a robar en el mundo, coludido con mafiosos y corruptos enquistados en el Estado putrefacto y pestilente de cada país.

  2. lucas dice:

    cual es la fuenta de este resumen?

  3. Miguel Angel dice:

    LAMENTABLEMTE tenemos que decirlo al igual que Roma el gran imperio cayó. Recordemos de un millón de Romanos, quedaron sólo 8000 mil. Ciudadanos. Washington sabe que China ganó la guerra, y está dando manotazos de ahogado, desde que Angela Merkel, denunció que EEUU, estaba presionando por la Patente que querían obtener de su vacuna, dejó claro Merkel que ya el Tratado de Versalles el cual fueron sometidos los alemanes ya Terminó, por otro lado cuando Italia pide ayuda a Rusia el mensaje es claro. No confían más en los Americanos, estemos con mente abierta y observemos la Jugada de china del Jake Mate.

  4. Luis dice:

    Es la pura verdad por eso es q los gringos espandieron el covi19 para atrasar el proceso pero no podrán

  5. Laura dice:

    2020: Coronavirus como choque sistémico.
    Las cosas han evolucionado.

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