El Frente
Edna Sofía Hernández y Mariana González Araujo
Septiembre 2023
Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México
El sistema internacional se encuentra sumergido en tres ejes centrales: la inteligencia artificial, el futuro de la democracia y el cambio climático. Actualmente, los gobiernos y los organismos internacionales están implementando mecanismos para el control y la regulación de estas vertientes para asegurar el futuro de la humanidad. Sin embargo, es pertinente preguntarse cuál de estos temas debe posicionarse como prioridad en la agenda nacional de los países. En el caso de México, las recientes elevadas temperaturas, la escasez de agua en diversos estados y la falta de seguridad alimentaria, ocasionan que el cambio climático se deba colocar como prioridad en la agenda nacional. En particular, tres temas clave se han destacado como preocupaciones graves para el país: el fenómeno de El Niño, el estrés hídrico y los incendios forestales. Estas interrelaciones complejas presentan desafíos significativos y requieren una atención urgente para proteger los ecosistemas y la vida de los seres vivos.
Fenómeno de El Niño
El fenómeno mejor conocido como El Niño es un evento climático que ocurre cuando las temperaturas superficiales del mar en la región central y oriental del Pacífico tropical se calientan anormalmente. Esto conlleva cambios en los patrones de circulación atmosférica, que pueden afectar significativamente los ciclos de precipitación en diferentes partes del mundo.
Durante El Niño, estas corrientes se invierten. Por ejemplo, en Australia, se produce humedad debido al agua caliente que llega desde el Pacífico, mientras que en Perú la disminución de peces se ve afectada debido a la falta de nutrientes provenientes de la corriente subterránea. Asimismo, el fenómeno también tiene consecuencias más amplias, como sequías en Australia, mayor calor y probabilidad de huracanes en el norte del hemisferio, inundaciones en Perú y cambios en el Atlántico, reduciendo la cantidad de huracanes y aumentando también la sequía en los países caribeños.
Algunos expertos, como Luis Zambrano, mencionan que este tipo de cambio en las corrientes que antes iban de Perú a Australia, al cambiar la dirección de Australia a Perú, ocasionan disminuciones en el zooplancton y, por tanto, en la cantidad de peces de las comunidades costeras. Esto determina una disminución de los ingresos económicos de las comunidades dedicadas a la pesca.
En México, El Niño ha impactado especialmente en las recientes olas de calor que se han experimentado. Según, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), fue el país que registró las temperaturas más altas de Latinoamérica. Incluso, Hermosillo alcanzó una temperatura récord de 50 grados. El fenómeno de El Niño puede provocar estrés hídrico, afectando directamente a la agricultura y el suministro de agua potable. Según el Instituto de Recursos Mundiales y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México ocupa el lugar 24 de 164 países a nivel mundial en mayor estrés hídrico. El 76% del agua se utiliza en la agricultura, 14% en el abastecimiento público y 5% en las termoeléctricas e industria.
Estrés hídrico
La Secretaría del Medio Ambiente señala que el estrés hídrico se produce cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. El estrés hídrico y la sequía no son algo nuevo para el país. Sin embargo, en los últimos años su impacto se ha intensificado. La Comisión Nacional del Agua aseguró que, en 2022, 8 de los 32 estados de México sufrían una sequía de extrema a moderada.
En México, los estados que utilizan más agua subterránea o superficial de la disponible enfrentan mayores niveles de estrés hídrico. Del mismo modo, las zonas extremadamente áridas, aunque con una población relativamente menor, podrían experimentar presión sobre el suministro de agua debido a la presencia de industrias que requieren grandes cantidades del recurso, como se vivió recientemente con el caso de Constellation Brands en Mexicali.
Finalmente, como lo declaró el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, la era del calentamiento global ha terminado, y la era de la ebullición global ha llegado.
La población y la estructura económica son elementos cruciales que determinan la exposición a este tipo de desafíos. Los estados que más se verían afectados serían Colima, Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas y Tlaxcala. Entre las industrias más sensibles a los problemas del agua se encuentran la agricultura, la fabricación textil y la generación de energía, entre otros. Además, si este problema no se atiende de forma adecuada y prioritaria, las consecuencias podrían escalar exponencialmente. Se experimentaría escasez y sobrexplotación, lo que provocaría conflictos sociales. S&P Global Ratings considera que la exposición de los estados mexicanos al elevado estrés hídrico podría influir en el crecimiento económico a largo plazo si no se toman medidas al respecto.
Para México, esto se traduce en un contexto cada vez más vulnerable para la ocurrencia de incendios forestales y problemas en la agricultura y distribución del agua potable. Estos desafíos podrían representar vulnerabilidad en la seguridad hídrica y alimentaria, respectivamente, lo que no solo afectaría el abastecimiento de recursos hídricos y alimenticios para nuestra población, sino también para hacer frente a los compromisos internacionales, como el Tratado de Aguas Internacionales de 1944, que nos hace corresponsables de la distribución de las aguas de las cuencas del río Bravo y del río Colorado con Estados Unidos.
Incendios forestales
El fenómeno de El Niño, al reducir las precipitaciones, también puede influir en los patrones climáticos, aumentando el riesgo de incendios forestales. A su vez, estos generan emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático. Esta retroalimentación negativa puede agravar los efectos de ambos fenómenos y aumentar la vulnerabilidad de los ecosistemas.
Por ejemplo, en los últimos 2 meses, la ocurrencia de incendios en Canadá aumentó también debido a las altas temperaturas registradas. En 2023 se habla de una cifra aproximada de 4 millones de hectáreas que han sido devastadas por los incendios, y aunque esta cifra es alarmante, estos tomaron mayor relevancia en Estados Unidos solo cuando la ciudad de Nueva York experimentó malas condiciones de aire que se hicieron virales por las imágenes del cielo invadido por polvo naranja.
México, debido a sus condiciones naturales y sociales, enfrenta una alta incidencia anual de incendios forestales. Hasta agosto de 2022, se registraron 658 000 hectáreas quemadas. Estos incendios tienen graves impactos en el medio ambiente, especialmente en ecosistemas sensibles al fuego como selvas, bosques mesófilos de montaña y bosques de oyamel. Además, los incendios generan un alto volumen de emisiones de dióxido de carbono, llegando a representar 19% del total de las emisiones nacionales.
A pesar de estos impactos ambientales, en México los incendios forestales suelen ser solo considerados como un problema ambiental y se subestima su impacto en la sociedad. La falta de estadísticas oficiales a nivel nacional sobre los efectos de los incendios en la sociedad y la ausencia de estudios sobre el impacto del humo, en especial de las partículas 2.5 en la salud de las personas, reflejan que no son una prioridad en la agenda del país.
Era de la ebullición
Finalmente, como lo declaró el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, la era del calentamiento global ha terminado, y la era de la ebullición global ha llegado. La OMM y el Servicio Copernicus de la Comisión Europea aseguraron que julio de 2023 fue el mes más caluroso jamás registrado. Ante esto, el Secretario General afirmó que las consecuencias del cambio climático son claras. Las olas de calor en diversas partes de Europa, Asia y Norteamérica, junto con los incendios forestales en países como Canadá y Grecia, han tenido un inmenso impacto en la salud de las personas, economías y medio ambiente. Esto es solo el comienzo, por lo que instó a los líderes a actuar de manera eficiente y asertiva, pues de lo contrario, el efecto será irreversible.
Por lo anterior, es importante considerar la pertinencia de declarar la emergencia climática en México, para que los presupuestos acompañen y ayuden a concretar las acciones, sobre todo preventivas, de los impactos que el cambio climático puede provocar.
Si priorizamos la atención a las áreas verdes y al presupuesto de comisiones clave como la Comisión Nacional Forestal o la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, no solo estaremos preservando la cubierta forestal de nuestro país, sino que también estaremos construyendo frentes de adaptación que nos ayuden a prevenir los aumentos de temperatura actuales y futuros.
En conclusión, entender que las crisis climáticas afectan de mayor forma a grupos vulnerables como las mujeres, niños y personas que viven al margen de las ciudades, como en las costas, permitirán poner énfasis en los protocolos de atención ante emergencias derivadas por las condiciones del cambio climático. Todos somos ciudadanos de este mundo y es nuestra responsabilidad velar por su bienestar.
El futuro dependerá de lo que hagamos en el presente.
Mahatma Gandhi
EDNA SOFÍA CASTAÑEDA HERNÁNDEZ es licenciada en Relaciones Internacionales con especialidad en Economía Internacional y cuenta con un diplomado en Administración Pública y Gobierno por la Universidad Anáhuac México Norte. Sígala en Twitter en @ednasofia19. MARIANA GONZÁLEZ ARAUJO es licenciada en Relaciones Internacionales y maestra en Economía y Negocios por la Universidad Anáhuac México. Es profesora de Medio Ambiente en la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac y coautora de Home-office: La nueva revolución industrial (BOSCH México, 2020). Sígala en Twitter en @youthxpower.
Tags:calentamiento global, Cambio Climático, Ebullición global, México
