Una mirada al mundo del futuro

21 septiembre, 2015 • Artículos, Asuntos globales, Entrevistas, Portada • Vistas: 9783

Entrevista a Jerome C. Glenn, fundador y Presidente de The Millenium Project

esadealumni.net

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Septiembre 2015 

El mundo atraviesa una serie de cambios que obligan a pensar en prospectiva los retos venideros. Tal es el caso de Jerome C. Glenn quien, con más de 35 años de experiencia en la investigación sobre futuros, ha dirigido el Millenium Project, una red de pensamiento mundial y participativo que conecta a cincuenta nodos alrededor del mundo, a propósito de mejorar el pensamiento sobre el futuro, acumular sabiduría y optimizar la toma de decisiones del presente. Durante una visita a México en la que participó en el evento «Prospectiva del Mundo-México 2015: La Carta de los Deberes Humanos», organizado por el Capítulo Mexicano de la Sociedad Mundial del Futuro y la Universidad Autónoma Metropolitana, Glenn se entrevistó con Rina Mussali para dialogar sobre las perspectivas futuras de la humanidad. Foreign Affairs Latinoamérica agradece al Canal del Congreso permitir el uso del contenido de la presente entrevista para ser publicada. Sígalo en Twitter en @JeromeCGlenn..

 

Rina Mussali – Considerando tu amplia experiencia sobre los estudios del futuro, ¿cuál será la próxima revolución en la historia de la humanidad?

Jerome C. Glenn – Considero que habrá demasiadas transformaciones. Una de ellas es que podremos tener inteligencia artificial y, en su momento, todos nuestros sistemas y productos alrededor del mundo le permitirán al trabajo humano y sus usos automatizarse para liberar el pensamiento y propiciar la evolución humana. Los historiadores occidentales nos enseñaron que la filosofía surgió por medio de las castas sacerdotales del antiguo Egipto, hace más de 2000 años, y llegaron a la conclusión de que tenían la habilidad y el tiempo para pensar en nuevas cosas. En el pasado eso no era posible para mucha gente. En un futuro, tal vez lo sea.

La inteligencia artificial y otras tecnologías se integrarán alrededor del mundo lo suficiente como para que sus usos en la agricultura, en la industria y en los sistemas de información se repliquen en nuevas formas sin el involucramiento del ser humano. Imagínense la idea de que estas plataformas conduzcan nuestros automóviles, emitan diagnósticos y que incluso un sistema informático Watson derrote a todos los participantes en un concurso de trivia. Esperemos que lleguen a ser exitosos para que las personas sean los suficientemente libres para crear nuevas civilizaciones y cambios sustantivos para 2050.

RM – Todo ello conllevará a una revolución en el mercado laboral. ¿Cuáles son tus predicciones sobre el futuro del trabajo?

JCG – Será irregular porque el mundo es complejo. Una forma sencilla de comprenderlo es recordar el modo en que se propagó el Internet, que empezó con velocidades y magnitudes homogéneas y posteriormente estas se diversificaron. La idea de automatizar las tecnologías será muy similar e irregular: habrá unos países que podrán avanzar más rápidamente que otros en este campo y deberán crear una especie de garantía para el ingreso económico de sus ciudadanos.

Canal del Congreso

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¿Podemos hacer del nuevo crecimiento una forma con la que tengamos un ingreso base? Construir un Internet más vivo con nuevas formas que permitan explorar las capacidades y desarrollar la creatividad, así como encontrar redes y mercados laborales alrededor del mundo, podría ayudarnos a liberar al máximo el potencial humano. Tendríamos algo que se conoce como una actualización automática de la economía, pues seríamos capaces de hacer nuestra vida sin involucrar a nuestra propia mente.

RM¿Consideras que la robótica le dará forma a la sociedad del siglo XXI?

JCGLa agenda mundial es muy grande. La robótica en cooperación con la inteligencia artificial, las nuevas ciencias de materiales y la química computacional, entre otras, ciertamente tendrán un gran impacto para el estudio.

Básicamente la mayoría están de acuerdo en que todo lo que pueda ser automatizado, lo sea eventualmente. No todo al mismo tiempo, sino irregularmente como lo fue el Internet; quizá lo que se está replicando ya no lo esté en el 2050. 

RM – Los cambios mundiales en los patrones de mortalidad, fecundidad y una clase media en ascenso tienen consecuencias para la formulación de políticas públicas. ¿Cuáles serán las tendencias futuras en torno a la demografía mundial?

JCG – El modelo actual, tal y como lo demuestran los beneficios del retiro a corta edad, no es sostenible. Tenemos un par de razones que sustentan este argumento, como el hecho de que hemos investigado y aprendido bastante sobre el proceso de envejecimiento en el ADN lo cual nos permitirá vivir de manera saludable por más tiempo a través de la creación de microsondas electrónicas (microprobes) que limpien la placa en el cerebro para que no envejezca. Esto es muy importante porque, si tienes a los adultos mayores envejeciendo aún más, el sistema sanitario junto con los beneficios sociales terminará por matar a la economía. Sin embargo, si tienes a gente viviendo más y de manera saludable física y mentalmente, entonces se vuelven un activo para el futuro.

Por otro lado, hay que analizar la enorme demanda alimenticia y energética que estos cambios pueden generar. Es interesante que, pese a que obtenemos la mayoría de nuestros alimentos del agua, ahora es posible producir carne sin la necesidad de los animales, lo que reduce nuestro consumo de agua y de energía. Si bien es un proceso altamente costoso, eventualmente se hará una producción en masa. En lo que se refiere a la agricultura, en Bangladesh y en ciertos lugares de la India, debido al incremento en los niveles del agua en la costa, fue necesario buscar alternativas para el desafío que representa la alta salinidad. Esto abre una nueva área de oportunidad en el campo que nos permitirá pasar a formar parte de la agricultura de agua salada.

RM – Dentro de las tendencias observadas hemos atestiguado una disminución en los niveles de pobreza en el mundo, pero la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. ¿Qué se hará para reducir la desigualdad?

JCG – Para los grandes problemas nunca hay una solución simple, estos involucran muchas variables y países. Podemos encontrar un flujo de caja plausible en el que se pudieran detallar una renta básica, entonces mucha gente podría tener el ingreso base necesario.

Canal del Congreso

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Por otro lado encontramos la tendencia en la que personajes como Bill Gates o Warren Buffet dicen: «todos ustedes billonarios júntense y compartan la mitad de su dinero con el mundo». Ellos saben que es un problema serio, se ha repensado simultáneamente en cómo involucrar a un gran número de personas en nuevas formas de trabajo y no sólo de un empleo.

RM – Respecto a la agenda de seguridad internacional, ¿el ciberespacio puede ser el nuevo sitio donde se desarrollen las próximas guerras?

JCG – Lo es ahora, pues son bastantes los ciberataques que suceden en todo momento. Sin embargo, aún no se ha tomado una definición de qué constituye una «ciberguerra». ¿Cuántos ciberataques se pueden producir al momento para crear una guerra y cómo se combate? La razón por la que no se escucha nada acerca de esto es porque no se sabe qué hacer al respecto.

Pese a que al crear o averiguar otras formas cibernéticas que detengan estos ataques nos permitirá contenerlos por un tiempo, pronto nos veremos amenazados por otros tantos que quizá eran el ataque principal. Es muy probable que se empiece una carrera al respecto y debemos crear acuerdos internacionales en la materia, pues no contamos con ninguno.

RM – ¿Las nuevas guerras mundiales serán en el espacio?

JCG – Espero que no porque la tierra pierde. Solo hay que ver la geometría del planeta con respecto a los ataques, estos tendrían la mejor posición en todo momento, así que mejor no nos hagamos una imagen al respecto. De hecho tenemos un libro sobre el tema escrito en la década de 1970 en el cual argumentamos que el conflicto -dada la tendencia en la historia mundial- puede ser inevitable, así que una de las maneras para prevenirlo es permitir que la gente pueda habitar eventualmente en el espacio sin que exista una colonia estadounidense o de algún otro país.

Esto es algo que se tiene que pensar con mucho cuidado. Por fortuna, contamos con el tiempo suficiente para pensar si es posible adaptarnos a una independencia más allá de la atmósfera terrestre, pues esto no va suceder de la noche a la mañana. Sin embargo, pese a que lo anterior puede ser benéfico, seguir pensando en adentrarse en la «comunidad espacial de la Tierra» será un problema.

RM – Existen diversas amenazas a la seguridad internacional en el siglo XXI. ¿Cuál es tu lectura sobre el terrorismo considerando que el número de incidentes se ha incrementado en los últimos 20 años? 

JCG – Es algo que preocupa y debemos pensar de forma prospectiva. Si bien es algo que todavía no sucede, hay un consenso en torno a que dentro de 20 o 25 años pueda ser posible para un individuo que actúe por su cuenta fabricar y portar un arma de destrucción masiva. Por este motivo, debemos empezar a actuar para evitarlo.

Canal del Congreso

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Hay tres elementos para poder prevenir la irrupción este tipo de actores. El primero se refiere a la parte técnica, pues deben existir nuevas clasificaciones hechas por los gobiernos. En segundo lugar, es necesario obtener un diagnóstico más sofisticado en diversos medios masivos como las redes sociales para identificar previamente a los sujetos proclives a actuar de este modo. Finalmente, se debe de hacerle saber a la población si alguien amenaza con llevar a cabo un ataque de esta naturaleza.

Otro problema es que uno o dos países podrán estar haciendo las cosas bien, pero puede que un tercero con el que comparten frontera no lo esté haciendo. Por este motivo debemos trabajar en programas alrededor del mundo de 25 a 30 años, con los que podamos instruir a la gente sobre el peligro que representa tener armamento cada vez más poderoso al alcance de cualquier individuo.

RM – Frente a una democracia en ascenso por el mundo hemos atestiguado la vulnerabilidad y debilidad de numerosos Estados. ¿Cómo podemos reforzar la gobernanza para el futuro?

JCG – Los modelos antiguos de gobernanza nos heredaron una estructura piramidal desde el rey hasta los vasallos, que poco a poco está desapareciendo. Ahora existen redes que se intersectan transversalmente unas con otras para crear su propio poder de la información.

Pese a que los gobiernos tienen reglas y comportamientos que pretenden ser establecidos por los organismos internacionales como estándares mundiales, cualquiera de nosotros puede hacer una propuesta. En este sentido, contamos con procesos participativos, gobernanza y parámetros que pretenden establecer las reglas.

Aunque todavía existen reyes y reinas en el mundo, los nuevos sistemas están favoreciendo una mayor interacción de grupos de personas. Con una mayor participación ciudadana se están organizando nuevas formas de gobierno, por lo que la democracia se convertirá en un sistema muy complejo, pero más plural y más participativo.

RM – El descontento social es un ingrediente que crece en la democracia global. ¿Las sociedades ya no están tolerando el abuso del poder? 

JCG.- Hay tantas razones para estar enojados y es difícil dar una respuesta para cada caso. Pero los invito a que consulten nuestro sitio web millenium-project.org en donde podrán revisar los 15 retos globales que dan cabida con mayor profundidad a cada una de estas acciones.

Si las tendencias continúan, se acrecentará el descontento social; pero no forzosamente debe ser de esta manera. La apertura con la que contamos hoy no existía hace 50 años. Así que no es inusual que la gente pase de ser un bebé -hablando metafóricamente-recibiendo órdenes de un dictador, a la adolescencia, en la que se desarrolla esta «rebeldía». Debemos transitar por la adolescencia para alcanzar la madurez de un grupo de más de 7000 millones de personas en el mundo.

RM – ¿El cambio climático pudiera ser una fuerza motora de la inestabilidad política del futuro?

JCG – China y Estados Unidos, como primeras economías mundiales y principales contaminadores, deben poner el ejemplo para el resto de los países. Espero que los pasos preliminares que están realizando prosperen y que la comunidad internacional les solicite abordar seriamente el problema. Lo que podría marcar la diferencia es establecer un propósito claro, como lo fue el llegar a la luna, y crear un sistema de investigación e implementación que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero por debajo de los 3.5 grados centígrados, pese a que algunas voces señalan que no es posible.

En el pasado muchos creyeron improbable la llegada del hombre a la luna, ahora nosotros contamos con diversas respuestas relacionadas con el medio ambiente, pero nos falta construir una estrategia mundial coherente que nos permita evitar rebasar una temperatura de 3.5 grados centígrados. Los niveles de 4.5 grados centígrados ya no son sostenibles.

RINA MUSSALI GALANTE es internacionalista por la Universidad Iberoamericana y cuenta con un posgrado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es analista y conductora de las series «Vértice Internacional» y «2015: Elecciones en el Mundo», programas únicos en México de asuntos globales que transmite el Canal del Congreso de México. Sígala en Twitter en @RinaMussali.

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  1. […] Texto recogido de la Revista Foreign Affairs Latinoamérica, disponible para su consulta en: https://revistafal.com/una-mirada-al-mundo-del-futuro/ […]

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