Yemen: un país en la encrucijada de la historia, la religión y la geopolítica

9 mayo, 2024 • Artículos, Medio Oriente, Portada • Vistas: 683

El Periódico de España

logo fal N eneRoberto A. Cabrera y Rodríguez

Mayo 2024

Un mes después del inicio de la operación militar israelí en Gaza, los rebeldes hutíes del norte de Yemen empezaron a lanzar misiles balísticos hacia Israel desde el mar Rojo. El 21 de noviembre de 2023, se reveló un video en el que los hutíes, a bordo de un helicóptero, secuestraron el barco mercante Galaxy Leader con sus veinticinco miembros tripulantes: diecisiete filipinos, dos búlgaros, tres ucranianos, dos mexicanos y un ciudadano rumano. Esto provocó que el mundo volviera a poner los ojos en el conflicto interno de Yemen.

Cabe recordar que la guerra civil en Yemen comenzó a finales de 2014 y se intensificó significativamente cuando las fuerzas hutíes tomaron el control de la capital, Saná, en septiembre de ese mismo año. En marzo de 2015, los hutíes derrocaron al entonces presidente Abd Rabbuh Mansur al Hadi, lo que llevó a que Arabia Saudita liderada una coalición (compuesta por Bahréin, Emiratos Árabes Unidos Kuwait, entre otros) para derrotar a los rebeldes hutíes y respaldar al Consejo de Liderazgo Presidencial de la República de Yemen. Al inicio de la guerra, los sauditas estimaban que iban a terminar con los rebeldes hutíes en menos de un mes. La coalición logró avances significativos, pero hubo un momento que ya no pudieron tomar más territorio de los hutíes y el conflicto se ha convertido en un estancamiento prolongado.

Además, es necesario mencionar que los hutíes son chiitas, por lo que son respaldados por Irán. Mientras que el Consejo de Liderazgo Presidencial es sunita, al igual que los sauditas y los emiratíes. A raíz del conflicto, la división territorial interna se volvió complicada. Los hutíes controlan alrededor de 20% a 40% de la superficie total del país, incluida la capital Saná, las tierras altas del norte y la parte de la costa del país que está enfrente de Eritrea, en el mar Rojo. El resto del país está controlado por la República de Yemen, cuya capital es Adén.

De primera mano

Hace poco, hice un viaje por la República de Yemen, donde fue inevitable hablar de política. Cuando uno va a países árabes, generalmente, hablar de política y de religión es parte del viaje, y Yemen no es la excepción. Tuve la oportunidad de hablar con gente de ambas regiones del país, de esas conversaciones pude rescatar lo siguiente.

Ahora que la guerra civil yemení se ha calmado, el país ha entrado en un periodo de tranquilidad, donde se han abierto los caminos para ir del norte al sur, o viceversa, pero lo que antes era un camino de 6 horas, ahora toma 12 horas debido a los retenes militares del gobierno de la República de Yemen y de los rebeldes hutíes. Según lo que entendí, cuando uno llega a los retenes dominados por los hutíes, ellos buscan dos cosas: la cantidad de dinero que las personas trae consigo y saber si la persona en cuestión participó en la guerra civil contra ellos. Los hutíes buscan que no entre a su territorio mucho dinero local (rial yemení) porque ellos intentan prevenir que haya una alta inflación como sucede en la República de Yemen, donde por un billete de 100 dólares estadunidense te dan aproximadamente una montaña de cinco centímetros de riales yemenís.

Para algunos yemenís, la intervención israelí en Gaza es la excusa perfecta de los hutíes para buscar simpatía del mundo musulmán y demostrar sus tácticas militares.

La segunda cuestión de su interés es si la persona ha peleado en contra de ellos o si forma parte del ejército de la República de Yemen. Los hutíes tienen una base de datos extraída de la República, y así saben si luchaste en la guerra o eres elemento activo del ejército. Cuando el nombre de la persona que esta en el retén aparece en esa lista, la encarcelan por 6 meses y después la obligan a firmar una carta compromiso de que nunca más va a participar en un enfrentamiento en contra de ellos en el futuro.

Otro factor que me mencionaron es que en las zonas controladas por los hutíes los trámites burocráticos se volvieron más simples y rápidos, mientras que en la zona bajo dominio de la República de Yemen los trámites parecen ser infinitos. Por ejemplo, vender un inmueble en la zona de los hutíes es un proceso que dura 5 días; en la parte de la República toma alrededor de 15 días. También el pago de impuestos es más sencillo en la zona controlada por los hutíes que en la República.

Las principales razones por las que son más estrictos en lo que respecta a la inflación y a la búsqueda de una burocracia ágil es que, como están relativamente aislados, pretenden que los factores económicos no debiliten sus intereses políticos en la zona.

En busca de simpatía

Para algunos yemenís, la intervención israelí en Gaza es la excusa perfecta de los hutíes para buscar simpatía del mundo musulmán y demostrar sus tácticas militares. Actualmente la causa palestina es la bandera de lucha del mundo musulmán. Desde que inició la operación militar israelí en Gaza se pueden ver muchas banderas de Palestina en lugares públicos, desde Mauritania hasta Indonesia. Por lo que al ser la única entidad que tomó acciones bélicas contra Israel, y lo relacionado al Estado judío, esperan recibir el apoyo de los demás musulmanes del mundo, sin importar si son sunitas o chiitas.

Además, esperan que la posible simpatía que ganen al confrontarse contra Israel les pueda traer un grado de legitimidad política y empatía del mundo musulmán en caso de que lleguen a controlar en un futuro la totalidad del territorio yemení. Originalmente, lo hutíes son guerrilleros, formados en las montañas del norte de Yemen, en la frontera con Arabia Saudita, entrenados y equipados por los iraníes. Son expertos en ataques pequeños, sin gran escala, sigilosos, silenciosos y precisos, como lo hemos visto en los ataques a barcos comerciales y el daño a tres cables submarinos que suministran internet a nivel mundial en el mar Rojo. Mucha gente en Yemen menciona que los bombardeos que hacen los estadounidenses y los británicos no afectan en nada a los hutíes, porque siempre se encuentran distribuidos en todo su territorio bajo tierra. La guerra en Gaza le dio a los hutíes un segundo aire para colocarse en el centro de la política internacional.

Las posibles alternativas

Desde el punto de vista de varios yemenís, solo hay tres opciones para el futuro. Uno que los hutíes ganen la guerra e implanten un gobierno autoritario. Los hutíes podrían realizar una operación militar con tácticas guerrilleras y apoderarse del país. Después, establecerían un gobierno autoritario, debido a que los chiitas constituyen alrededor de 35% de la población y no contarían con el apoyo de los sunitas (el resto de la población). Segundo, que el país se fragmente en tres partes, cada una bajo la influencia directa de una potencia extranjera: la región controlada por los hutíes, terminaría en manos de Irán; las dos provincias adyacentes a Omán pasarían a estar bajo el mandato de Arabia Saudita, y la zona que incluye a la ciudad de Adén, junto con la isla de Socotra, quedaría bajo el dominio de Emiratos Árabes Unidos. La tercera consiste en que el país se fragmente en dos: una parte para la República de Yemen y la otra para los hutíes, y que la comunidad internacional reconozca a los hutíes como un gobierno legítimo soberano, adquiriendo un asiento en la Organización de las Naciones Unidas.

Varios yemenís se sienten olvidados por la comunidad internacional, a raíz del restablecimiento de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán, que son las principales potencias con injerencia en el país. Muchos vieron esto como una oportunidad importante, creyendo que este acto diplomático incluía implícitamente la perspectiva de restablecer la paz en Yemen. Sin embargo, con el paso del tiempo no ha habido cambios.

En consecuencia, la situación en Yemen presenta un complejo entramado de conflictos internos, intrigas internacionales y maniobras geopolíticas. Las acciones de los hutíes contra Israel revivió la incertidumbre sobre el futuro y les dio la oportunidad de mostrar sus capacidades militares.

ROBERTO A. CABRERA Y RODRÍGUEZ es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es maestro en Teoría Política por la University College London y maestro en Administración Publica por la New York University. Es doctorando en Derecho en la UNAM. Fue consultor en la Secretaría de Gobernación de México y en el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral. Síganlo en X en @robertoacyr.

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