Cadena SER
Yussef Núñez Menéndez
Abril 2022
Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México
Han transcurrido algunos meses desde el inoportuno retiro político de la longeva Canciller alemana, Angela Merkel. La Europa pos-Merkel, entre sus diversos retos, anticipaba combatir una crisis socioeconómica ocasionada por brexit, exacerbada por las secuelas de la pandemia de covid-19, el resurgimiento de la ultraderecha como una respuesta xenofóbica ante el aumento de refugiados y migrantes árabes, y, por último, el mayor riesgo que enfrenta la humanidad: el cambio climático. Aunado a los múltiples desafíos que enfrenta la Unión Europea, la invasión rusa a Ucrania ha transparentado en los reflectores internacionales lo evidente: en Europa no hay un liderazgo contundente.
Desde su victoria electoral en 2017, Emmanuel Macron aparentaba ser el sucesor de facto de Merkel frente a la Unión Europea; sin embargo, los desafíos regionales y nacionales han puesto a prueba el temple del liderazgo de Macron. A pesar del movimiento de los “chalecos amarillos” o las recientes medidas gubernamentales en contra de los ciudadanos antivacunas en Francia, Macron lideró la primera ronda de elecciones del 10 de abril de 2022 con 27.8% a favor. En ella, contendieron doce candidatos con ideologías que representan virtualmente a toda la ciudadanía francesa: izquierdistas, derechistas, moderados, ambientalistas y los respectivos extremos del espectro político. Macron se enfrentará nuevamente a la ultraderechista Marine Le Pen, quien disputó el segundo lugar (23.1%) con su contraparte ultraizquierdista, y tercer lugar, Jean-Luc Mélenchon (22%).
Para aspirar a reafirmar su liderazgo regional, Macron debe de ganar la reelección el 24 de abril de 2022, en la segunda ronda electoral, que se llevará a cabo debido a que ningún contendiente obtuvo más del 50% de votos, resultando en una boleta reducida a Macron y Le Pen. Ante esto, es importante analizar cuáles son los temas de mayor interés rumbo a las elecciones francesas en 2022.
Ucrania: la invasión rusa como variable electoral
Desde el brexit, la Quinta República Francesa se convirtió en la mayor potencia militar de la Unión Europea. Una compleja posición a mediados del mayor enfrentamiento bélico en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Los dos contendientes a la presidencia francesa tienen posiciones opuestas sobre la estrategia geopolítica nacional.
Por una parte, el segundo mandato de Macron extenderá la estrategia de su gobierno: una afinidad por las alianzas occidentales bajo el marco de seguridad colectiva que ofrece la membresía a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La política exterior de Macron le ha permitido destacar como una figura central en las negociaciones a favor de la paz tanto con Rusia como con Ucrania. En los últimos 4 meses, Macron ha sostenido diecisiete conversaciones telefónicas con su homólogo ruso, Vladimir Putin, además de una visita de Estado a Moscú previo a la invasión a Ucrania. Paralelamente, ha hablado veinticinco veces con el Presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, y se reunió con él en Kiev y Bruselas. Los esfuerzos diplomáticos han sido aplaudidos por los liberales y repudiados por los realistas en consecuencia a la falta de resultados y persistencia del problema armado. Sin embargo, las intervenciones francesas han sido bien recibidas por la ciudadanía francesa.
Macron se enfrentará nuevamente a la ultraderechista Marine Le Pen, quien disputó el segundo lugar (23.1%) con su contraparte ultraizquierdista, y tercer lugar, Jean-Luc Mélenchon (22%).
Contrariamente, Le Pen tiene una cercanía pública con Putin. Le Pen afirma que, independientemente de quién sea el mandatario de Rusia, el gigante energético será un jugador geopolítico relevante en el sistema internacional por venir. Es decir, Francia debe de aprender a coexistir con Rusia en buenos términos. La política exterior de Le Pen se asemeja a la de Donald Trump, aplicada a las complejidades regionales de Europa. Cuestiona la permanencia de Francia en la OTAN, así como el actual apoyo francés a Ucrania. Los esfuerzos de los medios de comunicación occidentales han resultado en la condena internacional a la invasión a Ucrania, y con ella, a los países o a los personajes políticos que expresen su apoyo al régimen ruso. Es por eso que, tanto por las sanciones económicas impuestas a Rusia como la cercanía política de Le Pen con Putin, han favorecido la candidatura de Macron.
Economía francesa
Macron ha oscilado hacia la derecha en temas sociales desde que ingresó al Palacio de Elíseo en 2017, junto con el groso del electorado francés, pero en política económica se mantiene fiel al enfoque en même temps (al mismo tiempo), núcleo de su primera campaña presidencial. Macron mantiene un pie tanto en el centroderecha como en el centroizquierda. El titular, y favorito electoral, quiere renovar el enfoque intervencionista que usó Charles de Gaulle en la década de 1960 para la cuarta Revolución Industrial: propone inyectar 30 000 millones de euros en industrias de alta tecnología, incluidos los semiconductores, la exploración espacial y las ciencias de la vida. Macron está reconsiderando las políticas proteccionistas, muy parecidas a las favorecidas por Le Pen. Asimismo, busca una manera de impulsar al Estado a comprar productos franceses, aunque no está claro cómo eludiría la política comercial de la Unión Europea.
Por su parte, Le Pen favorece la sustitución del actual impuesto sobre la propiedad por un impuesto al patrimonio dirigido a las élites económicas. Con el anhelo de atraer el voto juvenil, Le Pen propone eliminar el impuesto sobre la renta para los trabajadores menores de 30 años para que se queden en Francia y formen una familia en su tierra natal. Le Pen busca apelar al electorado central de la clase trabajadora. Asimismo, la nacionalista-populista tiene una plataforma económica centralizada con el propósito de que su gobierno pueda intervenir al fijar los precios, otorgar subsidios y establecer un fondo soberano francés para operar en sectores estratégicos, donde destaca el energético.
Políticas migratorias
La República Francesa se enfrenta a un problema de migración tanto interior como exterior desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. Hay desafíos culturales, sociales, religiosos, educativos, económicos y de seguridad a nivel estatal que surgen a raíz del manejo de políticas migratorias en Francia. El compromiso internacional de Francia, que está estrechamente relacionado con la migración, incluye principalmente misiones militares, cooperación económica con antiguas colonias e inversiones en África. Todos los presidentes de la Quinta República han insistido en la necesidad de crear condiciones para la recepción regulada de migrantes en el país, pero hasta la fecha ninguno ha podido plantear una estrategia detallada efectiva y de largo plazo.
Durante su mandato, Macron ha sido crítico sobre la posición de Alemania, España e Italia por sus políticas migratorias frente a la cantidad de refugiados árabes en Europa. La decisión de Macron de aceptar refugiados afganos fue un paso fundamental para obtener el apoyo de los izquierdistas. Paralelamente, el Presidente buscará mantener el apoyo de los movimientos antiinmigración, apelando a las leyes de seguridad y salud pública por la pandemia de covid-19 aprobadas durante su mandato, subrayando la necesidad de aumentar los controles de quienes ingresan al país y bajo qué términos.
No obstante, el plan de nación que ofrece Le Pen apela más a la ciudadanía que muestra un rechazo a la inmigración en Francia y los cambios socioculturales que implican. Las políticas migratorias de Le Pen buscan reducir, en mayor medida, el ingreso de inmigrantes provenientes del Medio Oriente y África. Para Le Pen, y la Asamblea Nacional, el control del flujo migratorio, la seguridad nacional y el combate contra el terrorismo interno están entrelazados. Sus propuestas incluyen terminar con la inmigración de excolonias y la reunificación familiar, trámites de asilo político, condicionar los apoyos sociales y limitar los mismos a franceses y la deportación sistémica de migrantes delincuentes.
Elecciones nacionales, impacto internacional
Macron llegó a la presidencia en 2017 con una plataforma atípica al populismo contemporáneo, sin dejar de tener atributos que le asociaban como un externo a las élites políticas. Si bien Macron no pertenece a un extremo del espectro político como la mayoría de los líderes populistas, el no pertenecer al poder establecido y sus críticas al mismo, así como carecer de una trayectoria política fueron factores fundamentales para su primera victoria. Hoy no cumple con esos atributos porque él representa al gobierno. Asimismo, la política exterior del mandatario buscará que Francia permanezca dentro del statu quo regional e internacional. La apuesta de Macron no es solo conservar las alianzas occidentales mediante la OTAN y la Unión Europea, sino rectificarlas.
Por otra parte, Le Pen está mejor posicionada de lo que estuvo en 2017. Si bien las encuestas no favorecen a la ultraderechista, una izquierda francesa fragmentada y el nacionalismo fortalecido dan esperanzas a la contrincante del actual Presidente. Rumbo a la segunda vuelta, Le Pen se ve favorecida debido a que el 30.2% de los votos fueron a la ultraderecha, divididos entre el segundo y el cuarto lugar. La victoria de Le Pen pone en duda la estabilidad regional ante las diversas coyunturas de la Europa pos-Merkel. La estrategia de seguridad continental dependerá de resultado electoral francés, donde la apuesta de Le Pen es posicionar primero a Francia, independiente al artículo 5 de la OTAN y a las sanciones por el acercamiento con Rusia.
YUSSEF NÚÑEZ MENÉNDEZ es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac México y analista de política internacional. Sígalo en Twitter en @YussefNunez.
Tags:Economía, Elecciones, Emmanuel Macron, Francia, Marine Le Pen, Migración
