Estados Unidos: incertidumbre electoral

1 mayo, 2020 • Artículos, Norteamérica, Portada • Vistas: 3952

Cómo el COVID-19 “contagió” la campaña de reelección de Trump

Newscabal

Daniel Zorrilla Velázquez

Mayo 2020

En medio de la crisis que ha originado la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos, Donald Trump vive el momento de mayor incertidumbre en cuanto a su reelección. Hace apenas 2 meses, el Presidente estadounidense salía ampliamente favorecido del fallido intento de los demócratas de procesarlo por medio de un juicio político. En ese momento, Trump contaba con una aceptación de 49% y el Partido Republicano gozaba de una preferencia superior entre el electorado. La economía estadunidense era fuerte y los niveles de desempleo se encontraban en niveles históricamente bajos. Todo apuntaba a que el neoyorquino sería elegido para un segundo mandato y que solamente una catástrofe podría impedir sus pretensiones. En un giro inesperado, la crisis sanitaria del coronavirus azotó al mundo y es justamente Estados Unidos el país que ha sido golpeado más fuerte por la pandemia, contando el mayor número de casos a nivel internacional y recibiendo un trágico daño en su economía interna. Hasta el 22 de abril de 2020, 22 millones de ciudadanos estadounidenses habían perdido sus empleos y según Kristalina Georgieva, Directora General del Fondo Monetario Internacional, estamos frente a la peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929.

Para empeorar la situación, los precios del petróleo –especialmente el West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos– han llegado a bajos negativos históricos, un factor que aleja aún más a Trump de sus ambiciones políticas, pues una gran parte de sus simpatizantes dependen del sector petrolero y de la industria del gas de esquisto. Sin embargo, el incumbente ha demostrado una y otra vez su capacidad para darle la vuelta a las circunstancias adversas a sus planes y ya ha empezado a maquinar una serie de estrategias para fortalecer sus posibilidades de ser reelecto. Por ejemplo, el mandatario ordenó el despliegue de fuerzas navales y aéreas cerca de aguas venezolanas, con la supuesta finalidad de combatir el narcotráfico. Uno de los propósitos principales de esta medida es ganar el apoyo de los ciudadanos hispanos de Florida, un estado clave con un gran peso en el voto electoral y que será decisivo en los comicios.

Las decisiones del magnate, aunque pudieran parecer erráticas o contradictorias, tienen un fondo cuidadosamente planeado para culpar a actores externos y utilizarlos como chivos expiatorios.

En otro frente, el republicano pasó de elogiar el buen manejo del presidente Xi Jinping para contener la epidemia durante su etapa inicial a acusar abiertamente a China de esparcir el virus de manera deliberada, incluso amenazando a ese país de serias consecuencias en caso de comprobarse su hipótesis. Además, el Presidente anunció de manera oficial que Estados Unidos retiraría su apoyo económico a la Organización Mundial de la Salud, culpándola de una mala gestión de la crisis y argumentando que el dinero ahorrado sería mejor invertido en los ciudadanos de su país. Las decisiones del magnate, aunque pudieran parecer erráticas o contradictorias, tienen un fondo cuidadosamente planeado para culpar a actores externos y utilizarlos como chivos expiatorios. Este tipo de golpes mediáticos gustan a la base electoral de Trump, pues alimentan sus ideales chauvinistas y xenófobos, y ya presentan sus primeras consecuencias. A partir de la segunda quincena de abril de 2020 empezaron a llevarse a cabo protestas ciudadanas en más de quince estados como resultado de las medidas de confinamiento, en las que los participantes argumentaban una violación de sus libertades civiles fundamentales. Estas demostraciones radicales fueron desencadenadas por las declaraciones incendiarias del Presidente, que principalmente se dirigían en contra de aquellos gobernadores que decidieron detener todas las actividades que no se consideren esenciales. Los manifestantes son en su gran mayoría simpatizantes del ala más extremista del Partido Republicano e incluso han asistido portando armas de distintos calibres, lo que en algún punto podría escalar y terminar con un desenlace funesto.

Una fuerte oposición: el renacido Joe Biden

Después de haber estado relegado al inicio de las primarias del Partido Demócrata, Joe Biden tuvo una sorprendente recuperación a partir de la elección en Carolina del Sur debido al apoyo que recibió de la minoría afroamericana en ese estado y, de manera más general, a la maquinaria de la base fundamental demócrata que quería evitar a toda costa una nominación de Bernie Sanders. Después de una serie de victorias clave en los caucus de su partido, Biden es ya el candidato virtual para la contienda electoral de noviembre de 2020 y la crisis del coronavirus lo ha fortalecido aún más como consecuencia de la creciente desaprobación de una gran parte de los ciudadanos por la forma en que el principal ocupante de la Casa Blanca ha manejado la crisis.

Uno de los puntos débiles del Exvicepresidente, y que lo habían dejado atrás en las encuestas de intención del voto, es su poca popularidad entre los votantes jóvenes y entre aquellos ciudadanos con ideales más progresistas que los que representa. Empero, Biden también ha revertido esta situación y ha recibido el apoyo de tres personajes fundamentales que impulsan sus posibilidades de manera exponencial: Barack Obama, con lo que Biden gana la simpatía de las minorías raciales y de la base electoral del partido; Bernie Sanders, con lo que gana a los jóvenes y a aquellos con posiciones más de izquierda, y el de la senadora Elizabeth Warren, que probablemente sea la candidata a la vicepresidencia y con lo que refuerza su agenda de equidad de género.

La pandemia es la peor enemiga de Trump

De no haberse originado la contingencia mundial por el nuevo coronavirus, Trump seguramente hubiera tenido un camino sencillo hacia la reelección. No obstante, la crisis está afectando al Presidente de manera inesperada, en gran parte por sus malas decisiones iniciales y por diversos comentarios desafortunados. De hecho, Allan Lichtman, conocido como “el gurú de las elecciones”, pues ha atinado en sus predicciones en las últimas nueve elecciones presidenciales en Estados Unidos, considera que la pandemia sería la causa principal de la derrota de Trump. Las razones principales ofrecidas por Lichtman son que el incumbente ha perdido el control de la Cámara de Representantes, que ha estado en medio de diversos escándalos mayores –entre ellos el juicio político–, que no ha tenido ningún éxito militar o de política exterior significativo y la caída de su popularidad, exacerbada por el asunto del virus.

Las encuestas se han movido de un extremo al otro en los últimos meses, pero si algo se ha aprendido de los procesos electorales anteriores es que son poco fiables.

Las encuestas se han movido de un extremo al otro en los últimos meses, pero si algo se ha aprendido de los procesos electorales anteriores es que son poco fiables. El profesor Lichtman, en una conversación con el portal Salon, argumentó que las encuestas tempranas tienen poco valor predictivo para los resultados de la elección de noviembre de 2020 y que todavía hay que esperar para ver el desarrollo de los eventos actuales. El académico de la American University ha desarrollado un sistema de trece claves para predecir los resultados electorales, por lo que aún faltan por actualizarse varios eventos que dan sustento a su análisis, como lo son la economía a corto y largo plazo, los posibles escándalos de ambos bandos y el descontento social.

Conclusión

Hasta el momento, no hay ninguna certeza sobre hacia dónde nos conducirá el virus ni cómo afectará el proceso electoral estadounidense, pero las variables son ilimitadas y puede esperarse que el resto de 2020 estará lleno de giros vertiginosos. Trump posee grandes habilidades mediáticas y puede tornar la crisis actual a su favor con alguno de sus trucos, que ya ha probado con eficiencia en múltiples ocasiones anteriores. En cualquier instante, el Presidente puede crear una situación paralela que opaque el problema actual y así resultar favorecido políticamente. Todavía es muy pronto y sería un error subestimar a Trump y darlo por muerto de cara a la reelección, pues existen varios frentes que pueden recuperarse y que cambiarían por completo el panorama actual. En caso de que se logre contener el esparcimiento del virus con el menor número de consecuencias y que se consiga recuperar en alguna medida la economía nacional en la víspera de los comicios, Trump habrá conseguido recuperar su popularidad, aunque esto se antoja poco probable. Por otro lado, la fórmula que elija Biden para acompañarlo en la vicepresidencia será de importancia central, pues debe elegir a alguien que le asegure los votos de las minorías hispanas y afroamericanas, sobre todo en los estados llamados bisagra. En las elecciones de 2016, los demócratas descuidaron este aspecto y eso les causó perder un estado clave como lo Florida. Además, el candidato que acompañe a Biden debe tener el visto bueno de la base del partido, de lo contrario puede haber un rompimiento interno que favorecería a su contrincante. La moneda de las elecciones sigue en el aire, y para los dos contendientes esto se ha convertido en una carrera de quién comete menos errores.

DANIEL ZORRILLA VELÁZQUEZ es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y maestro en Administración Pública por la Universidad de Texas–San Antonio. Es profesor e investigador en el Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la UAEH.

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