12 octubre, 2020 • Artículos, Norteamérica, Portada • Vistas: 3909

Los hispanos y el cinturón industrial en las elecciones de 2020

Jesús Isaac Flores

Octubre 2020

Si hay un lugar donde nos tomaron por sorpresa, fue Wisconsin. Las encuestas nos mostraban que contábamos con una cómoda delantera, hasta el final.

Hillary Clinton, What Happened

Michigan y Wisconsin retienen la llave de la Casa Blanca. La inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 en estos estados del Medio Oeste y en Pensilvania, terminó con la ilusión de la demócrata Hillary Clinton de alcanzar la presidencia, aunque Trump aseguró su victoria con un margen insignificante. Por ejemplo, en Wisconsin el candidato republicano aventajó a la demócrata por poco más de 22 000 votos. Desde luego, las circunstancias fueron extraordinarias y, a pesar de que las encuestas erraron en entrever el resultado del Colegio Electoral, sí acertaron en el porcentaje del voto popular que Clinton obtuvo. Sin embargo, el otrora infranqueable muro azul del Medio Oeste se derrumbó y vale la pena discutir la posibilidad que tienen los demócratas de reconstruirlo en las elecciones presidenciales de 2020.

El Medio Oeste en 2020: Wisconsin

El cinturón industrial es una región que comprende estados del área conocida como Centro Noroeste dentro de la región del Medio Oeste y zonas del área del Atlántico Medio donde, durante el siglo XX, dominó la producción de acero, carbón y productos manufacturados. En el presente, la región se caracteriza por su capacidad industrial en decadencia, desempleo, disminución de peso demográfico y caída del poder adquisitivo. Hoy, hay un amplio consenso en que Wisconsin será un estado bisagra en la carrera por la Casa Blanca en 2020. Si el candidato demócrata Joe Biden lo gana, significaría que también ganó Michigan, Minnesota y Pensilvania, hecho que lo situaría apenas por encima de los 270 votos requeridos en el Colegio Electoral para ser nombrado presidente de Estados Unidos, aunque no necesariamente más allá del 50% del voto popular. Por esa razón, Trump no puede perder ni un estado de los que ganó en 2016 si busca reelegirse, y no será fácil dado que también Arizona y Florida se han vuelto estados realmente competidos.

Aunado a lo anterior, quedamos atentos a que el Servicio Postal de Estados Unidos pueda cumplir con las expectativas sobre la entrega de boletas electorales. Una encuesta de NBC News y The Wall Street Journal de 2020, reveló que el 47% de los ciudadanos estadounidenses que se inclinan por Biden planean votar por correo y el 11% de quienes favorecen a Trump también elegirán esta vía. Dichas cifras adelantan la posibilidad de que, durante el cierre de las casillas, se genere un “espejismo rojo” en el mapa electoral creando la ilusión de que Trump lleva la delantera en estados donde difícilmente podría ganar.

La caída del muro azul: ¿hecho atípico o realineamiento electoral?

Si bien la caída del muro azul parece formar parte de un realineamiento electoral de largo plazo, aún resulta esencial diferenciar si este cambio en las tendencias electorales regionales es un hecho atípico o si es parte de un realineamiento electoral generacional que está llevando a estos estados a un mayor nivel de competencia política. Lo anterior, les ocurre a los republicanos en los estados del suroeste, incluyendo Texas. Es posible que en los próximos 20 años los demócratas pierdan con mayor frecuencia los estados de la región de los Grandes Lagos y se fortalezcan en el suroeste. Pero parece difícil que el muro azul caiga en esta elección, ya que las circunstancias que enfrenta Biden son otras y las primarias demócratas a principios de 2020 lo confirman. Anteriormente, la candidata Clinton no era tan popular entre los demócratas como lo fue Barack Obama e incluso todo parece indicar que el respaldo a Bernie Sanders en las primarias demócratas de 2016 era meramente coyuntural, es decir, la base demócrata votaba por él únicamente porque no les agradaba la Exsecretaria de Estado.

¿Quo vadis?: apoyo hispano

Los votantes de origen hispano son un factor importante que explica parte del realineamiento electoral. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, se estima que este grupo representará el 28.6% de la población en 2060 y, sin duda, para Latinoamérica, y para México en particular, será importante atender este fenómeno.

Las herramientas estadísticas y econométricas aplicadas a la Ciencia Política explican las tendencias electorales ya mencionadas utilizando variables que contrastan distintas características demográficas, como la edad, el sexo, la ascendencia y la raza de una población. Empero, la ascendencia y la raza no son lo mismo para la Oficina del Censo. Por ejemplo, se puede ser hispano o latino de raza blanca, afrodescendiente o indoestadounidense. Entonces, propongo un modelo econométrico tipo logit que permite explicar y predecir ciertas tendencias electorales basadas en observaciones y teorías subyacentes del comportamiento de los votantes. La base de datos contiene información de 11 estados que tienen 178 distritos electorales, y los estados están agrupados como cinturón industrial (Indiana, Michigan, Minnesota, Pensilvania, Ohio y Wisconsin) y suroeste (Arizona, California, Nevada, Nuevo México y Texas). Además, la variable dependiente del modelo logit es un indicador de si el distrito es representado por un congresista republicano o demócrata y esta variable ficticia (que sólo puede tomar los valores 0 y 1) mide la probabilidad de que uno de los dos escenarios ocurra, es decir, la probabilidad de que un demócrata gane ese distrito en lugar de un republicano. Entonces, la variable ficticia representa la afiliación política del actual ocupante de ese escaño en la Cámara de Representantes en Washington DC. A los republicanos se les asignó el 0 y a los demócratas el 1.

Tabla 1: Modelo logit. Variable dependiente: partido político dominante en el distrito; demócratas=1, republicanos=0.

Fuente: Elaboración propia con datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Nota: Todos los p-valores significativos ≤ 0.1. La Pseudo R2 del modelo de los 11 estados es 0.4585, para el modelo del Rustbelt es 0.5033 y para el de los estados del suroeste es 0.4160. En un modelo logit un valor de entre 0.20 y 0.40 indica un ajuste perfecto.

Resultados

Los resultados confirman algunas teorías ampliamente difundidas, pero también generan nuevas preguntas. Era de esperarse que los ciudadanos identificados como hispanos fuesen un factor importante en el suroeste para la victoria demócrata y también que, quienes afirmaron ser mexicanos, fueran igualmente influyentes en la misma región. Empero, que en el norte solo aquellos agrupados en el grupo más heterogéneo de “hispanos de cualquier raza” influyan en el resultado, es un testimonio de la diversidad cultural que ha alcanzado a permear áreas anteriormente inviables y que el 3 de noviembre de 2020 podría ser clave para ganar la presidencia. Por eso, hay que tener cuidado al utilizar el término hispano y comprender sus diferencias. Por ejemplo, los ciudadanos de ascendencia cubana en Florida no son políticamente equivalentes a los mexicanos o salvadoreños en la costa oeste, sin embargo, todo ellos son considerados hispanos por la Oficina del Censo.

Además, sorprende sobremanera el impacto que tiene la presencia de los ciudadanos de origen hispano en los estados del cinturón industrial. De acuerdo con el modelo, por cada punto porcentual adicional de población hispana residente en el distrito, las probabilidades de que un demócrata sea su representante suben en promedio 12%. Sin embargo, no se puede asumir que todos los ciudadanos hispanos tienen posibilidad de votar ni que quienes la tengan sufraguen.

De igual forma, es importante prestar atención a los distritos electores que se encuentran en áreas de particular interés para reconstruir el muro azul en el Medio Oeste. Por ejemplo, los distritos 1 y 4 de Wisconsin, que abarcan la mayoría de la ciudad de Milwaukee son determinantes. El primero es republicano, con 10% de habitantes de origen hispano, y el segundo es el distrito más demócrata del estado y tiene 18% de población hispana. También está el distrito 2 de Pensilvania, con 26% de población hispana, que corresponde al noreste de Filadelfia. Recordemos que ambos estados los ganó Trump con apenas 0.7% de la votación aun cuando las encuestas colocaban a Clinton delante de él por más de 4%. En Michigan, el distrito 2 es el que tiene más ciudadanos hispanos (un 10%) y cruzando el lago de Michigan, al este de Milwaukee y de Chicago, a diferencia de esta última ciudad, esta es una circunscripción considerada como un bastión republicano desde hace más de 50 años. Esto se debe a que no todos los ciudadanos en este lugar pueden votar y que, aun cuando pudieran, tienden a abstenerse. Lo que el modelo en última instancia predice es que esa décima parte de la población distrital podría, algún día, ser determinante, ya sea para consolidar el dominio republicano o debilitarlo.

Asimismo, una proporción mayor a la mitad de los distritos de la muestra donde la población de origen hispano es mayoría están agrupados en el suroeste. Destaca por su relevancia electoral el distrito 2 de Nevada, que abarca el norte del estado y la totalidad de Carson City, la capital. Ahí, el 23% de sus habitantes son de origen hispano y ha sido representando por un republicano en los últimos 30 años. A pesar de lo anterior, es un distrito en donde un incremento en la votación de los electores hispanos en las áreas urbanas podría hacer una diferencia. De hecho, los hispanos en Nevada ya demostraron su peso electoral en 2016, porque resultaron determinantes tanto para la elección de Catherine Cortez Masto, la primera Senadora estadounidense de origen hispano, como para la victoria de Clinton en el estado por un porcentaje mayor al pronosticado.

De igual forma, se ejemplifica la deriva que han experimentado los estados de la región hacia el Partido Demócrata y que, hasta ahora, parece estar correlacionada con el incremento del peso político hispano. Por ejemplo, Arizona podría seguir la tendencia de Nevada en el mediano plazo y se ha vuelto un estado competido por primera vez en casi 25 años, mientras que Texas parece encuadrar en la misma lógica, si bien sigue un proceso diferente. Este escenario ya ha complicado la ventaja que los republicanos ostentaban en el Colegio Electoral y, seguramente, les impedirá ganar el voto popular, hecho que ha acontecido solo en una ocasión desde 2000.

Por último, no queda claro si este grupo de ciudadanos se alinean con los demócratas por razones coyunturales o estructurales; es decir, si están votando contra Trump o si el acercamiento con el partido se debe a factores prácticos como la política migratoria o el programa de los dreamers que se impone incluso sobre los temas ideológicos y religiosos que, se pensaría, llevarían a los hispanos a votar más por el Partido Republicano. Esta nueva realidad electoral, en la que los hispanos han adquirido progresivamente mayor peso político, ha sido reconocida en México y en particular por la Secretaría de Relaciones Exteriores durante varios gobiernos. En el cinturón industrial y en el suroeste se concentran 33 de los 50 consulados mexicanos en territorio estadounidense.

JESÚS ISAAC FLORES CASTILLO es licenciado en Relaciones Internacionales por el ITAM y maestro en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha trabajado en el sector público como asesor legislativo, en la academia como investigador invitado y en el sector privado como gerente de comunicaciones de Linio Latinoamérica. Actualmente es coordinador general adjunto de Voto Informado. Sígalo en Twitter en @jeshuaitzhak.

Tags:Cinturón Industrial, Elecciones, Estados Unidos, Hispanos