¿De exvicepresidente a presidente?

29 julio, 2020 • Artículos, Norteamérica, Portada • Vistas: 2486

El tortuoso camino presidencial de Joe Biden

CNBC

Carlos Galina

Julio 2020

Después de una elección primaria con más de siete contendientes, Joe Biden es el virtual candidato presidencial del Partido Demócrata. Mediante la negociación y la construcción de consensos, el Exsenador de Delaware logró consolidar a las distintas facciones del partido detrás de su candidatura. No obstante, la celebración fue efímera ya que su transición a ser el único contendiente a la nominación coincidió con el inicio de la pandemia de covid-19. De la noche a la mañana, el equipo de Biden tuvo que cancelar todo tipo de eventos de campaña y el candidato fue recluido a su residencia en Delaware. En un escenario sin pandemia, el virtual aspirante habría utilizado las semanas de abril y mayo de 2020 para consolidar su plataforma de campaña. Ahora, con la atención de los medios de comunicación en la crisis de salud y sin ningún puesto público, Biden está lejos de los reflectores.

Además, el candidato demócrata tiene dos retos en los siguientes meses: consolidar una plataforma incluyente para su partido y blindarla de los ataques del Partido Republicano. Biden tendrá el desafío de construir una campaña que apele a las bases más moderadas y a las más liberales del Partido Demócrata. El éxito de Elizabeth Warren, Bernie Sanders y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez ha sacado a relucir que hay un sector del electorado que tiene una visión más progresista que la plataforma tradicional del Partido Demócrata. Esta nueva ideología se dejó entrever en la elección presidencial de 2016 y fue clave para las elecciones primarias de 2020, en las que la mayoría de los candidatos incluyeron propuestas como la cobertura de salud universal y la educación superior gratuita. Si bien el ala moderada del Partido Demócrata logró trascender en la nominación, ahora recae en Biden encontrar un acuerdo entre las dos partes. La mayoría de los demócratas acudirán a votar independientemente de las propuestas del Exvicepresidente; no obstante, el candidato tiene una oportunidad única para unificar al partido.

La acompañante de fórmula: una mujer

En las siguientes semanas la tarea principal del equipo de Biden será definir a su candidato a la vicepresidencia. Hasta ahora, el Exvicepresidente anunció que será una mujer, pero no ha determinado quién lo acompañará en la boleta. Nombres como los de las senadoras Warren, Kamala Harris y Tammy Duckworth, y el de la congresista Val Demings han surgido entre los círculos demócratas; sin embargo, no hay consenso sobre quién debería estar en la formula de Biden.

En su camino a la Casa Blanca, Biden terminará definiendo la nueva visión y liderazgo del Partido Demócrata para la siguiente década.

Julia Azari, profesora de la Universidad Marquette, considera que, al elegir vicepresidente, los partidos buscan consolidar un proyecto ideológico. En su elección de vicepresidente, los demócratas han tendido a buscar candidatos que construyan una fórmula balanceada ideológicamente, mientras que los republicanos buscan llevar más a la derecha su plataforma ideológica. Si bien, distintos estudios han encontrado que los vicepresidentes no influyen en el número de votos que recibe un candidato, la decisión que tome Biden con el partido terminará definiendo el corte ideológico del mismo por los siguientes años. Es probable que en el futuro la mujer que elija termine por convertirse en la eventual candidata a la presidencia de Estados Unidos y, en un escenario optimista, la primera presidenta del país norteamericano. En su camino a la Casa Blanca, Biden terminará definiendo la nueva visión y liderazgo del Partido Demócrata para la siguiente década.

El mensaje de campaña

Una vez que sea el candidato oficial, Biden tendrá que convencer a la gente de que debe ser él la próxima cabeza del ejecutivo. Hasta ahora su campaña ha sugerido que se enfocará en un mensaje a la clase trabajadora de Estados Unidos, apelando a la dignidad del trabajo y a la grandeza del país. En la campaña presidencial de 2012, Barack Obama utilizó una retórica similar contra el entonces candidato republicano Mitt Romney. En esta elección es probable que Biden utilice una narrativa semejante, contrastando el día a día de un trabajador con la vida de escándalos de corrupción y desmanes del Presidente. Del mismo modo, en un país que se ha polarizado progresivamente durante los 4 años del gobierno de Donald Trump, Biden buscará apelar a la moderación de ambos partidos para encontrar puntos medios y generar cambios: un mensaje simple, pero con capacidad de atraer a varios segmentos de la población.

Además, Biden buscará resaltar como tema central el papel de Estados Unidos como líder en la esfera internacional. Frente a la crisis actual, la ausencia de liderazgo del país para coordinar una respuesta internacional ante el covid-19 ha sido sorpresiva y contrastante con el gobierno de Obama. Si bien la población estadunidense no quiere que Estados Unidos se involucre en más conflictos internacionales, tampoco busca que actores como China o Rusia ocupen el vacío de poder, y Biden ha mostrado comprender esta ambivalencia.

En las últimas semanas, el Exvicepresidente ha salido de su aislamiento. El día de los veteranos de guerra, mientras Trump jugaba golf, Biden acudió con su esposa a rendir homenaje a los soldados caídos de Delaware, su estado natal. Asimismo, un día después del inicio de las protestas por George Floyd, caminó por las calles de Wilmington hablando con ciudadanos afroestadounidenses y escuchando sus problemas. En contraste con los eventos de campaña multitudinarios del presidente Trump, que en tiempos de covid-19 han sido imposibles de mantener, Biden tomará cualquier oportunidad desperdiciada por su rival para presentarse como el líder del país.

Cuando los ataques llegan

La campaña de Biden también tendrá que desarrollar un escudo contra los ataques de sus contrincantes. Los republicanos enfocarán sus energías en presentar al Exvicepresidente como un candidato con problemas de senilidad y al Partido Demócrata como una amenaza socialista. Los demócratas deben desarrollar una estrategia en la que critiquen y respondan a las provocaciones del presidente Trump sin desviar los reflectores a la Casa Blanca.

La elección de 2016 sirvió a los republicanos para entender el poder de las campañas negativas y el cuarto de guerra conservador operará bajo esta lógica contra Biden. Cada ataque en su contra buscará reflejarlo como un candidato incapaz de dirigir el Despacho Oval. De igual forma, conscientes de que los votos de los afroestadounidenses y los latinos beneficiarán al candidato demócrata, los republicanos buscarán alienar a los votantes de estos sectores por medio de ataques al historial de Biden en temas raciales e imponiendo restricciones al derecho a votar.

Los demócratas deben desarrollar una estrategia en la que critiquen y respondan a las provocaciones del presidente Trump sin desviar los reflectores a la Casa Blanca.

Aunado a esto, el equipo del demócrata deberá protegerse frente a una posible recuperación económica en los siguientes meses. Si bien, los pronósticos indican que continuará la mala situación económica estadounidense, la mejora de la tasa de desempleo generó preocupación en el equipo del Exvicepresidente, que está consciente de que Trump no lo dejará ir la Casa Blanca sin una batalla, por lo que se está preparando para los peores escenarios.

El favorito en las encuestas

Por el momento, Biden lleva la delantera en la mayoría de las encuestas. En el más reciente sondeo publicado el 19 de julio de 2020 por The Washington Post, el Exvicepresidente se encontraba con 55% de las preferencias electorales en contraste con 40% de Trump. El promedio de más de cuarenta encuestas recolectadas en los últimos 3 meses mantiene a Biden con una ventaja de 9% frente a Trump. A 6 meses de la elección, Biden es el primer candidato en tener esta ventaja en las encuestas desde Jimmy Carter, quien ganó la elección en 1976. Con estos números, distintos grupos demócratas han comenzado a presionar para que la campaña presidencial se expanda más allá de los estados bisagra.

Bajo esta lógica, el triunfo de Biden podría ser tan arrasador que los demócratas tienen una oportunidad única para ganar en estados tradicionalmente republicanos, como Arizona y Texas. Si la tendencia continúa en este camino hay la posibilidad de que los demócratas tengan más triunfos de los esperados. De tal manera, el factor más importante para los demócratas en esta elección será la participación. El Partido Demócrata y el equipo de Biden se enfrentan al reto de desarrollar una campaña que logre energizar a distintos segmentos del electorado demócrata. El triunfo del candidato demócrata dependerá de que los jóvenes progresistas cautivados por Warren y Sanders, los afroestadounidenses inspirados por Obama y las mujeres entusiasmadas por Hillary Clinton salgan a votar. La tarea no es fácil, pero a diferencia de los republicanos, Biden tiene a todo el partido apoyando su candidatura. La figura de Trump ha logrado unificar a todos los excandidatos, legisladores, gobernadores y activistas demócratas bajo el mismo objetivo: sacarlo de la Casa Blanca. No obstante, esto solo se podrá lograr si los demócratas salen a votar.

CARLOS GALINA es maestro en Ciencia Política por The George Washington University, becario Fulbright-García Robles y licenciado en Relaciones Internacionales por el ITAM. Su área de especialidad es la política de Estados Unidos, donde se ha concentrado en el estudio de los partidos políticos, la opinión pública y el movimiento conservador en el Partido Republicano. Sígalo en Twitter en @CharlieGalina.

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One Response to ¿De exvicepresidente a presidente?

  1. PABLO PORRAS dice:

    Excelente análisis. Más claro que lo dicho no puede haber otro artículo.
    Pablo Porras.- Ecuador

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