The Atlantic Realists

17 julio, 2022 • Reseñas • Vistas: 1174

avatarDefault Olaf Sarabia

.

The Atlantic Realists, MATTHEW SPECTER, Redwood City, Stanford University Press, 2022, 336 pp., US$35.00.

Cuando estalló la guerra ruso-ucraniana, la comunidad de académicos e internacionalistas se puso a trabajar. Entre las opiniones emitidas destaca la del politólogo estadounidense John J. Mearsheimer, quien sostiene que la responsabilidad por el conflicto recae en Occidente, por antagonizar con Rusia al buscar la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Esta posición, aunque polémica, está informada por una de las escuelas de pensamiento más ortodoxas en las Relaciones Internacionales: el realismo. Mearsheimer, como otros en la disciplina, ve un mundo de esferas de influencia, equilibrio de poder y anarquía hobbeseana. Estas ideas tienen una historia y un contexto del cual no pueden ser separadas.

Con su nuevo libro, Matthew Specter sitúa las ideas realistas en su tiempo y su espacio. Specter es un historiador de la Universidad de California, Berkeley, especializado en la Europa contemporánea. The Atlantic Realists es una historia intelectual en la que se desmienten mitos del realismo en las Relaciones Internacionales que uno podría aprender en una clase introductoria. El libro está dividido en periodos históricos y sus intelectuales más relevantes.

En vez de citar a pensadores como Edward Hallett Carr o Hans Morgenthau, Specter encuentra el origen de las ideas realistas en el pensamiento estratégico e internacional de finales del siglo xix: un rico diálogo entre pensadores estadounidenses y alemanes que querían imponer un sentido a sus jóvenes imperios en el escenario internacional. Las ideas fundadoras del realismo —según esta historia— son la Doctrina Monroe, la Weltpolitik de la Alemania guillermina y las nociones de poder terrestre y naval de Alfred Thayer Mahan. Ciertamente, no podemos concebir el realismo sin seguir la genealogía del pensamiento estratégico en términos espaciales. Para Specter, el realismo fue una suerte de Bildungsroman de los jóvenes imperios de Alemania y Estados Unidos a finales del siglo xix. Así, el realismo fue el medio por el cual estas potencias emergentes aprendieron a emplear su peso creciente en el escenario internacional.

El realismo también se nutrió de los conceptos que animaron la estrategia del Tercer Reich en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. El Lebensraum de Friedrich Ratzel, la Geopolitik de Karl Haushofer y el Grossraum de Carl Schmitt tuvieron un correlato en la geografía política estadounidense de autores como Isaiah Bowman. Para Specter, el fantasma del nazismo no puede ser completamente exorcizado de las ideas realistas. Esto es más evidente en el hecho de que varios de los autores que inspiraron este movimiento intelectual, notablemente Schmitt, Haushofer y Wilhelm Grewe, tuvieron que defenderse durante los juicios de Núremberg. Por supuesto que el centro racista de la ideología de los nacionalsocialistas no necesariamente se manifiesta en el realismo; sin embargo, que su genealogía pase por la llamada “superarma” política de Adolf Hitler, la geopolítica, plantea a esta corriente de las Relaciones Internacionales preguntas que obligan a la introspección.

Specter propone que más que una teoría de las Relaciones Internacionales, el realismo es una posición que los intelectuales pueden adoptar. Los realistas se presentan como aquellos que ven el mundo como es —dice el autor—, como aquellos que saben encarar la realidad amarga del escenario internacional. El autor remonta esta concepción analítica al emigrado judeoalemán Morgenthau, que pretendía expulsar lo que percibía como una supremacía liberal wilsoniana en la academia. El realismo hace frente a quien Morgenthau llamó “el hombre científico”, demasiado idealista para ver claramente la política del poder. De este modo, Specter sostiene que el realismo tiene en sus orígenes una confusión de identidad. Con ideas de la geografía política, el realismo se jacta de cientifismo, pero al mismo tiempo pretende más bien ser un arte de gobernar. La ironía es que —según Specter— el realismo de Morgethau tiene un punto ciego imperial en su análisis.

Solo con la historización de estas ideas podemos analizarlas a fondo. Specter escribió un libro extremadamente relevante para quienes estudian las Relaciones Internacionales. Por su popularidad y la naturaleza de sus propuestas, parecería que el realismo escapa a ser etiquetado como una ideología. Con la eliminación de este espejismo podemos empezar a analizarlo con espíritu más crítico, y la obra de Specter bien podría ser el primer paso. La conexión germano-estadounidense de la tradición realista está claramente demostrada. Del mismo modo, podemos ver esbozada la genealogía del realismo entre el final del siglo xix y la década de 1980. Lo que sigue es preguntarnos cuál será el futuro de esta corriente. El realismo puede evolucionar y dejar atrás su pasado oscuro y la confusión de identidad que elucida Specter.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cargando…