Carta del Director

En el número anterior de la revista, cerramos la edición con la noticia del golpe de Estado en Honduras. Tres meses después, la salida a la crisis no se ve fácil. Tanto los actores en el conflicto como los gobiernos que han tomado posiciones y las instituciones internacionales se refieren a la restitución de la democracia. Desde el punto de vista regional e internacional, la solución democrática es necesaria para no legitimar el golpe. Se trata, al mismo tiempo, de solucionar la crisis y de emitir un mensaje de rechazo a los golpistas o a los recortes de las libertades políticas en los países de la región. En este número de Foreign Affairs Latinoamérica, el artículo de Raúl Benítez Manaut refleja la complejidad del momento en Honduras y plantea distintos escenarios. Los acontecimientos pueden dar un giro en cualquier momento. Es necesario encontrar una salida a la crisis, evitar escaladas violentas y enroques de difícil retorno a la normalidad democrática. Son deseables soluciones sin injerencias extranjeras, aunque con mediaciones que conduzcan a soluciones realistas y aceptables por todas las partes enfrentadas en el conflicto. Honduras y América Latina en su conjunto deben seguir en la senda democrática.

El número que se presenta está dedicado a otro problema mundial que también exige acuerdos y soluciones efectivas. Se trata de la lucha contra el cambio climático y por la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo puesto en la Conferencia Marco de las Naciones Unidas que se celebrará en Copenhague del 7 al 18 de diciembre de este año. Los artículos que presentamos desarrollan distintos aspectos relacionados con el proceso de negociación, tanto desde el punto de vista del control de las emisiones como del reparto de las cargas que deben asumir los grandes países emisores. El artículo clásico (publicado originalmente en 1998) no es tan lejano en el tiempo, a pesar de que puede considerarse ya clásico: en lo que se refiere al cambio climático, los acontecimientos y los análisis suceden rápidamente. En este artículo, sus autores -Jacoby, Prinn y Schmalensee- ya planteaban, recién firmado el Protocolo de Kioto (en diciembre de 1997), las dificultades que suponía su puesta en práctica. El desafío, concluían los autores, consistía en crear un marco internacional de toma de decisiones que pudiera ser operativo durante varias décadas. Preveían un gran esfuerzo con base en tres legados: i) inclusión de los países en desarrollo; ii) investigación y desarrollo (I+D), y iii) un sistema flexible para la reducción de emisiones. El desafío señalado por estos autores sigue hoy plenamente vigente.

Los artículos dedicados al cambio climático insisten en estos problemas y en algunos nuevos. Así, hay una especial referencia a los daños que puede plantear la «geoingeniería» para hacer frente al cambio climático, lo cual exige una coordinación internacional para evitar que los países resuelvan sus problemas de cambio climático con tecnologías que puedan dañar a otros países, tal como lo plantean David G. Victor y otros autores. Pero los riesgos no sólo se refieren a las emisiones de gases de efecto invernadero: Wallack y Ramanathan advierten de la necesidad de no olvidar los otros contaminantes, como el carbono negro y el ozono. Finalmente, Harvey Locke y Brendan Mackey señalan en su artículo la necesidad de aunar los esfuerzos para mitigar el cambio climático, considerando la protección de la biodiversidad y de las tierras silvestres. En cuanto a México, Lisa Antillón plantea el alcance y las posibilidades de la propuesta del Fondo Verde realizada por México en los foros internacionales, así como el pobre desempeño de México para alcanzar los objetivos de protección del medio ambiente.

Las relaciones internacionales para lograr acuerdos factibles y aplicables en la lucha contra el cambio climático son tratados desde dos perspectivas. Michael A. Levi analiza cómo salvar la Conferencia de Copenhague, dada la dificultad de llegar a un acuerdo entre todos los actores implicados. Para obtener concesiones de los países en desarrollo y el apoyo de los aliados europeos, es necesario que las ofertas de ayuda financiera de Washington sean creíbles. El autor ve una negociación más propia de un tratado comercial, que un típico proceso de negociación de un tratado sobre el medio ambiente. Manuel Marín también destaca las dificultades de la negociación, dado el elevado número de actores en el marco de las Naciones Unidas, y sitúa la solución en el acuerdo principal entre Estados Unidos y China en el marco del G2.

Se completa este número con artículos de Juan Ramón de la Fuente sobre la situación de México en plena crisis económica y las posibles soluciones para resolver lo que denomina la encrucijada mexicana. Por otro lado, Sonja Wolf analiza el problema de las pandillas en El Salvador. También se trata el desarrollo del capitalismo en África en el artículo de Ethan B. Kapstein.

Por último, recordamos al siempre controvertido pero brillante analista y académico Samuel P. Huntington. El artículo de Jane S. Jaquette y Abraham F. Lowenthal, excelentes conocedores de la obra y de la persona de Huntington, nos invita a una siempre productiva revisión, a un año de su fallecimiento. Unas líneas de la obra de Huntington son suficientes para recordar su actualidad: «Los países que cuentan con ejércitos políticos también tienen cleros políticos, universidades políticas, burocracias políticas, sindicatos políticos y empresas políticas […]. Lo que crea esos grupos tan politizados es la ausencia de instituciones políticas efectivas capaces de mediar, refinar y moderar la acción política». Toda una lección, pues dadas las dificultades para alcanzar «calidad democrática» en algunos países de América Latina se debería avanzar en la construcción y consolidación de las instituciones, más que alimentar contraproducentes personalismos.

Jordi Bacaria Colom