Carta de la Directora

Hablar de lo que puede traernos 2009 obliga a reconciliar perspectivas encontradas. Por un lado, la crisis económica y financiera internacional ha puesto en jaque a todos los rincones del planeta y sus consecuencias reales están aún por verse; por otro, la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama en Estados Unidos sin duda ha generado enorme entusiasmo y grandes expectativas. Así, empezamos el año con una mezcla de cautela y optimismo. Ante la incapacidad de predecir qué ocurrirá en materia económica y financiera en los próximos meses -cualquier diagnóstico de mediano y largo plazos que se elaborara en medio de la turbulencia de la coyuntura sería un mero ejercicio adivinatorio-, hemos optado por la exploración de algunas de las condiciones estructurales de América Latina que le permitirían resistir con mayor o menor fuerza los embates de una crisis. Por eso, este número lleva la sección principal dedicada a la política regional como herramienta para combatir la desigualdad que tradicionalmente ha aquejado a la región.

Clemente Ruiz se refiere al caso de México, donde la desigualdad territorial se ha acentuado producto del cambio de la estructura política, económica y social que perduró durante varias décadas. Por su parte, Carlos Heredia se refiere al caso de Michoacán como ejemplo de la internacionalización de las entidades subnacionales en el caso mexicano. En Colombia, según Luis Armando Galvis y Adolfo Meisel, la polarización territorial se ha ido agravando sin que, por ahora, haya indicios claros de una mejoría, sobre todo para las regiones más empobrecidas de ese país. María Teresa Gallo expone el caso peruano y reflexiona sobre un mal que parece aquejar a todos los latinoamericanos: el crecimiento económico no se traduce en bienestar generalizado. Carlos R. Azzoni explora el caso brasileño y destaca que los programas asistenciales más recientes han tenido efectos inesperados sobre la superación de las añejas desigualdades territoriales en ese país. Patricio Aroca analiza los factores que han producido el aumento de la desigualdad territorial en Chile: por un lado, cabe destacar las acciones gubernamentales y, por otro, los efectos del libre mercado. En Argentina, a decir de Víctor J. Elías, la desigualdad territorial es de las más profundas en América Latina y, en buena medida, esto se debe a la desigualdad personal. Por último, Juan R. Cuadrado-Roura examina el caso de la política regional de la Unión Europea, una de las más avanzadas del mundo, y Tomás Mancha Navarro y Rubén Garrido Yserte se refieren al caso de España, uno de los países que, en muy poco tiempo, han conseguido avances significativos en la reducción de las desigualdades interregionales, aunque aún no se pueda cantar victoria del todo.

En la siguiente sección, se empiezan a apuntar rasgos de la crisis financiera y de la crisis económica, al punto de llegar a la pregunta de si éste es el fin de la globalización. James Grant expone las medidas que debería tomar el presidente Obama para devolverle la normalidad a la economía estadounidense, mientras que Marc Levinson hace una reflexión sobre cómo los cambios en el transporte internacional de carga anuncian el fin de la era dorada de la globalización. En la tercera sección planteamos elementos de la agenda humanitaria. Por una parte, Morton Abramowitz y Thomas Pickering hacen recomendaciones para que la ONU consiga responder mejor a las crisis humanitarias que plagan el panorama internacional, mientras que António Guterres plantea una reflexión sobre los límites de la soberanía estatal en el caso de los refugiados. Por último, Natalia Saltalamacchia conmemora el cuadragésimo aniversario de los movimientos estudiantiles de 1968 con una exploración del caso mexicano y de las consecuencias que dichas movilizaciones tuvieron sobre la formación del movimiento de derechos humanos en este país.

En la sección «Mundo», Charles King explora los rasgos de la nueva Rusia, a la luz de su invasión a Georgia el verano pasado. A juzgar por estos acontecimientos, Rusia ha decidido abandonar las instituciones internacionales y está dispuesta a imponer su voluntad por la fuerza. La relación con Rusia es otra más de las piezas que tendrá que atender el nuevo Presidente de Estados Unidos en su primer cuatrienio, como apunta Stephen Sestanovich. En el apartado de «Comentarios y reseñas», seguimos dando cauce a la discusión sobre el conflicto étnico que inició Jerry Z. Muller en un número anterior, a la vez que presentamos reseñas sobre la intervención humanitaria y sobre las reflexiones de un neoconservador como Robert Kagan. Asimismo, incluimos comentarios sobre muchos otros títulos que creemos pueden interesar a nuestros lectores. Por último, nuestro «Clásico» en esta ocasión va dedicado también a los refugiados. Las reflexiones de W. R. Smyser hechas hace dos décadas y media dejan ver que no ha habido ni hay soluciones fáciles para la situación de los millones de refugiados en el mundo.

En este primer número del año también es menester darle conocer a usted, querido lector, los cambios más recientes realizados en nuestra revista. Por una parte, el Dr. Rafael Fernández de Castro, fundador y Director de esta publicación desde su nacimiento en diciembre de 2000, ha dejado esa posición debido a sus nuevas responsabilidades en el sector público y ha tenido a bien confiar en mí para conducir esta revista a partir de ahora. Agradezco profundamente esta distinción y acepto con gusto el enorme reto que esto significa, pues soy una convencida de que este foro es y seguirá siendo necesario para todos aquellos que creemos que lo internacional tiene un efecto decisivo en nuestras realidades cotidianas. Asimismo, agradezco a los miembros del Consejo Editorial por su respaldo a este nombramiento y por la confianza que en mí han depositado para seguir haciendo de Foreign Affairs Latinoamérica una revista de calidad y con cada vez más lectores. Por otra parte, el ciclo de cambios para darle un mejor servicio a usted, querido lector, aún no llega a su fin. Por eso, estamos sumergidos en múltiples procesos que nos permitirán seguir produciendo una revista de primer nivel y, a la vez, entrar de lleno al mundo virtual de Internet. Pronto tendrá noticias nuestras a este respecto. Por último, esperamos que 2009 sea un buen año y reiteramos el compromiso de todos quienes hacemos Foreign Affairs Latinoamérica para hacer todo lo que sea necesario para seguir contando con su preferencia y mantener abierto el diálogo sobre lo internacional.

Érika Ruiz Sandoval