La revancha de los poderosos

17 julio, 2022 • Reseñas • Vistas: 2752

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La revancha de los poderosos, Moisés Naím, Bogotá, Debate, 2022, 367 pp., MX$436.00.

La democracia es el mejor sistema para gobernar a pesar de que es complicado y a veces frustrante. Lo mismo que le da brillo la hace lenta y difícil: pluralidad, respeto, alternación. Su contrapartida es la autocracia. Las prácticas que erosionan la democracia no son una novedad en el mundo político y, de hecho, son más las democracias imperfectas y débiles, que las consolidadas y plenas. Lo que sí es nuevo, o al menos muy reciente, son las estrategias que los nuevos autócratas y enemigos de la democracia tienen en su repertorio para hacerse del poder y desde ahí dinamitar cualquier atisbo de pluralidad con el objetivo de lesionar la institucionalidad y permanecer en el centro de mando cuanto sea posible, pase lo que pase.

Sin embargo, aunque la deriva autocrática ha sido estudiada por la bibliografía de las Ciencias Sociales, no es un fenómeno del que se sepa todo. Por el contrario, se mantiene en constante mutación adaptándose a los nuevos tiempos para absorber herramientas que le permitan cumplir con su objetivo.

En La revancha de los poderosos, el intelectual venezolano avecindado en Washington Moisés Naím postula que los autócratas intentan hacerse pasar “por algo que no son: demócratas de tipo occidental” (p. 25). Naím sostiene que los autócratas de la actualidad coinciden en defender que son la encarnación de la verdadera voluntad de las masas populares reprimida por los sistemas políticos corruptos y censuradas por los medios de comunicación. Para llegar al poder, estos autócratas aprovechan los códigos esenciales de la democracia liberal de tipo occidental, elecciones periódicas, alternación, división de poderes y libertad de expresión. Luego, la meta es cumplir con su finalidad real: liquidar el régimen democrático, moldearlo a su voluntad personal e instituir una “sigilocracia”, como la denomina el autor. Las estrategias son tres: populismo, polarización y posverdad; las “3p”. Las herramientas son diversas, y entre tantas, la más destacable (y crucial) es la “seudoley”: la corrosión del Estado de derecho desde dentro. “Si sus predecesores del siglo xx se proponían destruir el Estado de derecho empleando la fuerza bruta, los autócratas del siglo xxi lo socavan mediante el poder corrosivo de la falsa imitación” (p. 35). ¿Por qué esta insistencia en simular ser demócratas de verdad para luego introducir una democracia a la medida? Naím explica lo siguiente:

Vivir después del fin de la historia [caída de la Unión Soviética] es hacerlos en un mundo sin una alternativa coherente a la democracia liberal. Es un mundo en el que hasta los iliberales y los antiliberales más comprometidos tienen que defender los valores liberales y justificar su abandono de la ortodoxia liberal como un medio para alcanzar los objetivos iliberales. La era de la sigilocracia es la de los antiliberales que de forma deliberada hacen que a un observador desprevenido le sea difícil señalar su naturaleza iliberal. Sin ningún otro sistema que les sirva para explicar por qué es legítimo su poder, los aspirantes a autócratas actuales deben por fuerza esconderse. A la hora de la verdad, no les queda más remedio. [p. 60]

Esta nueva arremetida de los autoritarismos exige también hacer algunas reflexiones sobre las bondades y las dificultades del sistema democrático, aun más pertinentes en el nuevo contexto internacional con la proliferación de nacionalismos, movimientos de ultraderecha y la invasión rusa a Ucrania, que pone en relieve el choque entre autoritarismo y democracia. Dice Naím que la democracia liberal resulta frustrante en muchas ocasiones, porque no es un sistema que permita victorias permanentes, sino que implica la búsqueda constante de complicados acuerdos que “dejan a todo el mundo algo —pero nunca demasiado— descontento o insatisfecho”, porque el sistema “no promete nada, aparte de un mecanismo razonable para administrar las discrepancias de forma continuada”. Tal es el quid del asunto: la democracia es razonable, aunque por eso, a veces, o la mayoría de las veces, es también insatisfactoria (p. 177). Frente a eso se plantea la promesa populista, que esgrime soluciones mágicas, y la práctica autoritaria que quiere introducir cualquier cambio de forma inmediata y sin discusión, caiga quien caiga. Este encantamiento de serpientes puede ser muy poderoso en contextos de dificultades políticas o económicas, y configura una predisposición (a criterio del autor, generalmente “durmiente”) hacia el autoritarismo.

Dicha predisposición está activándose con más frecuencia gracias a la repercusión de la hiperconectividad tecnológica. Y esta hace que la amenaza que se percibe en los cambios sociales rápidos y a gran escala sea mucho más poderosa. Le otorga profundidad política y estimula una amplia agresividad contra los fundamentos de las sociedades liberales: la libertad y los pesos y contrapesos democráticos. [p. 128]

La revancha de los poderosos está dividido en dos partes. En la primera se explica la nueva era en la que se inscribe la sigilocracia y las estrategias de los autócratas de las 3 p, mientras que en la segunda se expone cómo el mundo es terreno cada vez más fértil para la aparición de la autocracia. La obra se detiene en una serie de ejemplos de sigilocracia para recrear sus argumentos: Viktor Orbán en Hungría, Hugo Chávez en Venezuela, Donald Trump en Estados Unidos, Silvio Berlusconi en Italia, Vladimir Putin en Rusia y finaliza con recomendaciones sobre las acciones de los sistemas políticos democráticos y la ciudadanía en general para combatir la erosión de la institucionalidad democrática y la preservación del régimen de gobierno plural.

Naím ha escrito por años sobre las nuevas reconfiguraciones del poder y el acecho a la democracia. Su libro El fin del poder (2013), en el que examina la pérdida de poder de las instituciones y las corporaciones tradicionales y el ascenso de nuevas formas de expresión, lo posicionó como uno de los autores más influyentes de la actualidad. En su programa televisivo Efecto Naím presenta investigaciones y debates interesantes para el mundo de las ciencias sociales con invitados de alto nivel.

One Response to La revancha de los poderosos

  1. Henry solorzano dice:

    Una realidad que está en su pleno apogeo, lamentable.

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