The Road to Unfreedom: Russia, Europe, America

6 octubre, 2019 • Reseñas • Vistas: 8333

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The Road to Unfreedom: Russia, Europe, America, Timothy Snyder, Nueva York, Tim Duggan Books, 2018, 368 pp., US$17.82.

The People vs. Democracy: Why Our Freedom Is in Danger and How to Save It, Yascha Mounk, Cambridge, Harvard University Press, 2018, 400 pp., US$20.45.

De todos los libros que pretenden explicar la crisis de la democracia liberal en Occidente, ninguno es tan elocuente o tan atemorizante como The Road to Unfreedom. En una obra anterior, Bloodlands, Timothy Snyder habla sobre la violencia genocida de los nazis y soviéticos en Europa del Este en las décadas de 1930 y 1940. En su nuevo libro, Snyder argumenta que el fascismo y el autoritarismo han regresado en una versión nueva, más sutil. Para el autor, la principal amenaza proviene del reto ideológico que le plantea Rusia a Occidente. La gran visión de Occidente se sustenta en las ideas de la Ilustración y en la creencia de que la democracia liberal se propagará inevitablemente. Esta “política de la inevitabilidad”, según Snyder, se ha venido abajo y le ha dejado vía franca a la “política de la eternidad” del presidente ruso Vladimir Putin, conforme a la cual los Estados iliberales se perpetúan fabricándose enemigos, reviviendo agravios, manipulando la verdad y desprestigiando a los países que ofrecen otros ideales a sus ciudadanos. La prosa efusiva de Snyder le confiere emotividad al libro. Lo que le falta es una propuesta para enfrentar esa embestida iliberal. ¿Qué herramientas políticas e ideológicas puede aplicar el mundo democrático liberal para resistir a la política de la eternidad?

Yascha Mounk hace un recuento igualmente perturbador del ocaso de la democracia liberal, pero remonta el origen de la crisis al propio Occidente. El gran éxito de las democracias liberales de Occidente en las décadas de la posguerra hizo creer que liberalismo (los derechos humanos y el Estado de derecho) y democracia (el gobierno del pueblo) podrían coexistir. Pero los populistas de derechas actuales han dejado al descubierto sus contradicciones. Los políticos iliberales, en nombre del pueblo, han minado las instituciones cimentadas en derechos y reglas. Por su parte, las élites de las sociedades occidentales han avanzado en la dirección contraria y han facultado a entidades, como la Unión Europea, a modo de disminuir su exposición a la política democrática. Estos movimientos populistas y elitistas contrapuestos —afirma Mounk— producen una mezcla inestable de “democracia iliberal” y “liberalismo no democrático”. La democracia liberal de Occidente se levantó sobre los pilares de una calidad de vida cada vez mayor, sociedades relativamente homogéneas y un espacio común de información pública, pero estos pilares se han desgastado. Mounk no cree que todo esté perdido. No obstante, para que la democracia liberal sobreviva, los países de Occidente tendrán que emprender reformas económicas de fondo, redefinir las sociedades multiétnicas y restablecer la confianza en reglas e instituciones.

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