Alejandro Guerrero Monroy
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El voto de los mexicanos desde el extranjero es un derecho político fundamental para quienes, por distintas razones, salieron del país pero mantienen estrechos vínculos familiares, culturales y económicos con México. La diáspora mexicana, principalmente en Estados Unidos, es una de las más grandes de Latinoamérica. Se calcula que uno de cada diez mexicanos ha emigrado.
En Estados Unidos residen 57 millones de latinos, de los cuales más del 63% son de origen mexicano. La procedencia de esa comunidad de 37 millones de mexicanos se ha transformado de ser una migración mayoritariamente rural en una migración urbana y bilingüe, que se ha organizado para ejercer una influencia creciente en las decisiones políticas de ambos países. Su contribución al bienestar de sus familias en México y a las finanzas nacionales ha sido decisiva en los últimos tiempos, por el envío de remesas de 40 000 millones de dólares cada año. Siguen siendo mexicanos, y su derecho a participar en las decisiones fundamentales de México es legítimo e imperioso.
En la actualidad son dieciséis los países latinoamericanos que cuentan con voto extraterritorial. México reconoció en 1997 ese derecho, que luego se reglamentó en 2005. En 2006 se realizó la primera votación foránea, seguida por las elecciones de 2012 y 2018, estas últimas con 98 000 votos válidos.
En El voto de los mexicanos desde el extranjero se analiza la ardua ruta que ha seguido este derecho desde hace 2 décadas, su inicio como un reclamo de las comunidades de mexicanos en Estados Unidos y los obstáculos políticos y de gestión que se han vencido. También se examina el trámite de emisión de credenciales en consulados, que por un convenio de colaboración de la autoridad electoral con la Cancillería, ha permitido que millones cuenten con una identificación reconocida para realizar también gestiones y solicitar servicios bancarios en los dos países. Se narra en primera persona (el autor encabezó los trabajos del voto en el extranjero como consejero electoral del Instituto Nacional Electoral) la experiencia de la aplicación de la modalidad de voto electrónico por internet y se explica la necesidad de impulsar el uso de la tecnología para fomentar la participación de las nuevas generaciones en los ejercicios de democracia directa.
Por último, Enrique Andrade González presenta estudios comparados sobre el voto en el extranjero y ofrece propuestas concretas para mejorar el modelo de votación a distancia. El libro es una valiosa compilación jurídica e histórica de las elecciones mexicanas con voto extraterritorial y representa una contribución relevante para los interesados en los asuntos binacionales y migratorios. También recuerda la fuerza que tiene el voto latino en Estados Unidos y, en un futuro no muy lejano, lo decisivo que será el sufragio foráneo en las elecciones de México.
