Stéphan Sberro
La obra compilada por Olena Palko y Manuel Férez, Descubriendo Ucrania. Su pueblo, su historia y su cultura, tiene dos grandes méritos. No se limita a dar elementos para entender la guerra actual provocada por la invasión rusa, sino que se proyecta sobre los siglos para explicar las dos raíces del conflicto actual. La primera raíz es el difícil camino de Ucrania hacia la consolidación, primero, de su nación, y luego, de su Estado. Este camino no fue fácil ni lineal, pero sí doloroso. La segunda raíz es el rechazo por parte de Rusia a reconocer a Ucrania como una identidad distinta e independiente de la rusa. País de frontera, Ucrania se ha definido en relación y por la diferencia con sus vecinos, sobre todo Rusia, pero también Polonia, Austro-Hungría y, en menor medida, el Imperio otomano.
El segundo mérito del libro es que ofrece un repaso legible y fácil de entender de una historia y una cultura muy complejas, y da al lector de lengua española elementos históricos, culturales y sociológicos para entender a Ucrania más allá de la agresión y la guerra de estas horas.
La obra contiene diecinueve artículos, cinco entrevistas y una reseña, distribuidos en cuatro secciones. En la primera parte se abordan los hitos históricos de la nación ucraniana, mientras que la segunda y la tercera se enfocan en la diversidad étnica y religiosa del territorio y en las dinámicas de la sociedad. La última sección está dedicada a entrevistas con expertos de renombre internacional.
Entre los temas abordados destacan el proceso de formación de la identidad nacional ucraniana moderna, incluida la autodefinición de los habitantes del este del país; las dinámicas de la Ucrania soviética, el impacto del Holodomor (la hambruna del pueblo ucraniano provocada por Yosef Stalin) y la historia de la región del Donbás, reivindicada por Moscú; la diversidad étnica y religiosa históricas en el territorio ucraniano, con artículos dedicados a judíos, armenios y católicos griegos, y el estado de la igualdad de género en Ucrania desde finales del periodo soviético hasta nuestros días.
El libro proyecta una imagen positiva, acrítica y, en cierta medida, victimista de Ucrania, pues toca sin ahondar temas controvertidos como el antisemitismo de muchos de los héroes nacionales y la impronta que inevitablemente ha dejado en la historia del país. A pesar de esta reserva, el libro resulta una gran contribución al conocimiento de un país que está en el centro de la atención mundial por resistir los impulsos imperialistas de una Rusia que se niega a reconocer la soberanía y la libertad del pueblo ucraniano. Como pocos, permite entender a la gente y percibir el drama de un país ubicado en la confluencia de democracias y dictaduras en la nueva configuración mundial.
