Dependency and Development in Latin America

9 noviembre, 2022 • Reseñas • Vistas: 1156

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Dependency and Development in Latin America, Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, traducido por Marjory Mattingly Urquidi, Berkeley, University of California Press, 1979, 277 pp., us$29.95.

Nunca Más: The Report of the Argentine National Commission on the Disappeared, ARGENTINE NATIONAL COMMISSION ON THE DISAPPEARED, Nueva York, Farrar, Straus and Giroux, 1986, 322 pp., US$59.99.

Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent, EDUARDO GALEANO, traducido por CEDRIC BELFRAGE, Nueva York, Monthly Review Press, 1973, 317 pp., US$69.67.

 

Se ha vuelto un cliché decir que Latinoamérica vive tiempos de incertidumbre cuando se trata de su inserción en el tejido de la política internacional. Tanto para los expertos en Relaciones Internacionales como para una buena parte del público en general está muy claro que los viejos nortes de la política exterior latinoamericana están perdiendo rápidamente su atractivo, mientras que se hace difícil caracterizar los rasgos que tendrá un nuevo orden internacional y hacer los ajustes necesarios en el diseño de las políticas exteriores. Al mismo tiempo, el problema real consiste quizá no tanto en cómo y cuándo hacer los cambios en la hoja de ruta de la inserción internacional de la región, sino en un desconocimiento persistente de la existencia de nuevos escenarios y en las lecturas, en muchas casos superficiales y equivocadas, que les dan a estos escenarios l

En Latinoamérica, el siglo XX trajo algunas ganancias económicas intermitentes, dictaduras brutales, democracias inciertas y relaciones complicadas con la vecina superpotencia mundial en ascenso: Estados Unidos. Tres libros captaron esas y otras tendencias que configuraron la trayectoria económica, política y social de la región. Por décadas, la teoría de la dependencia dominó la economía latinoamericana, al explicar que sus dificultades se debieron, principalmente, a su posición subordinada en la economía mundial y a las limitantes inherentes del capital extranjero para generar un crecimiento inclusivo y de base amplia. Gracias a su estructura teórica de gran alcance y al éxito de al menos uno de los autores (Fernando Henrique Cardoso fue Presidente de Brasil), Dependencia y desarrollo en América Latina se convirtió en un modelo de su género. Los gobiernos pusieron en práctica las opiniones de los autores sobre industrialización para la sustitución de las importaciones, aranceles elevados, cuotas y otras medidas proteccionistas y subsidios para fomentar la manufactura interna. Tales medidas incentivaron el crecimiento durante un tiempo, pero el costo para las arcas públicas y los consumidores provocó una crisis de deuda en toda la región y la década pérdida de 1980 en materia económica. En los años siguientes, y más que cualquier otra región en desarrollo, muchos países latinoamericanos aceptaron las recomendaciones económicas de mercado conocidas como el Consenso de Washington.

En 1978, con excepción de los países caribeños angloparlantes, solamente tres países latino-americanos eran democracias. Predominaba una mezcla de regímenes autoritarios civiles y militares. En Nunca más, el informe de la comisión de la verdad que estableció en 1983 Raúl Alfonsín, recién electo Presidente cuando Argentina retornó a la democracia, quedaron asentados los horrores y la violación sistemática de los derechos humanos durante el gobierno militar de 1976 a 1983. A partir de miles de entrevistas y una investigación exhaustiva, esta lectura casi terrorífica se convirtió en un éxito de ventas sorpresivo y un modelo para otras comisiones de la verdad conforme los países se deshacían de gobiernos represores. Su claridad devastadora apuntaló el respaldo a la democracia en Argentina y toda la región, donde todavía se mantiene fuerte, aunque reducida, en la actualidad.

De acuerdo con las encuestas de opinión pública, la mayoría de los latinoamericanos tienen una buena opinión de Estados Unidos y los estadounidenses. No obstante, la justificada indignación por cómo el país ha actuado en el pasado hace que mucha gente sospeche ahora de sus intenciones respecto a la región. Ningún libro describió mejor la lógica y la visceralidad de esa desconfianza que el famoso recuento de Eduardo Galeano, en el que hizo la crónica de siglos de explotación extranjera: desde los conquistadores europeos hasta las corporaciones multinacionales estadounidenses. Los políticos siguen destacando y aprovechando este recuerdo de la victimización de Latinoamérica; en 2019, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador exigió que España se disculpe por la Conquista y las atrocidades que cometieron los conquistadores.

Redeemers: Ideas and Power in Latin America, ENRIQUE KRAUZE, Nueva York, Harper Collins Publisher, 2011, 560 pp., US$19.95.

Forgotten Continent: A History of the New Latin America, MICHAEL REID, New Haven, Yale University Press, 2008, 400 pp., US$16.29.

 

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En los últimos años, pocos autores han escrito acerca de la región como un todo o han ofrecido ideas sobre su futuro. En parte, la escasez de obras sobre el tema refleja la constatación de que este espacio de docenas de países es muy variado; después de todo, tampoco se han escrito muchos libros sobre Asia en conjunto. Pero el déficit también se explica porque Latinoamérica se encuentra en las orillas de las tendencias mundiales. Su crecimiento económico resulta demasiado tibio para atraer inversiones cuantiosas de las empresas internacionales. Y como no hay terrorismo ni guerras, la región ha quedado relegada, por las buenas, a los márgenes de la geopolítica. Mientras tanto, los gobiernos de la región se han ensimismado, concentrados en sus propias batallas políticas y su incapacidad para cumplir con la demanda de los votantes de mejores servicios públicos, más oportunidades económicas y menos corrupción.

Al ahondar en la historia intelectual de Latinoamérica, Enrique Krauze arroja luz sobre viejas ideas que siguen suscitando debates. Diversas cepas de antiyanquismo permean todavía las relaciones diplomáticas y suelen obstaculizar las iniciativas bilaterales. Los políticos en ciernes de izquierda y derecha emulan las tácticas de dirigentes como Eva Perón, la primera dama de Argentina de 1946 a 1953, y Hugo Chávez, el Presidente venezolano de 2002 a 2013, quienes arengaron contra las élites y trataron de encauzar la llamada voluntad popular sin la interferencia del molesto sistema democrático de pesos y contrapesos. Hace un siglo, el intelectual peruano José Carlos Mariátegui peleó por los derechos de los pueblos indígenas y, con ello, prefiguró la política de identidad que se está arraigando en la actualidad. Estas teorías, doctrinas y enfoques se mantienen vivos y resultan fundamentales para entender a la región.

Por mucho tiempo articulista sobre Latinoamérica y editor de The Economist, Michael Reid escribió la mejor historia contemporánea de la región. En su clásico de 2008, no edulcoró los problemas de Latinoamérica, pero tampoco dejó de contar una historia más discreta de tasas de pobreza a la baja, una brecha más reducida de desigualdades, la expansión de los servicios sociales y avances democráticos logrados con mucho esfuerzo.

La pandemia de covid-19 ha devastado las estructuras de la salubridad, la educación y la economía, y pone en riesgo décadas de ganancias en Latinoamérica. La violencia, la corrupción, poca infraestructura y servicios públicos deficientes restringen las oportunidades y la prosperidad económicas. La región casi no se ha preparado para la transformación industrial y laboral que la automatización y la tecnología traerán velozmente.

A pesar de lo anterior, Latinoamérica puede desempeñar un papel fundamental en la lucha mundial contra el cambio climático. Alberga muchas de las más grandes reservas mundiales de minerales esenciales para las tecnologías verdes. Muchos de los países de la región han comenzado su transición de los combustibles fósiles hacia una base envidiable de energías renovables ya productivas. Muchos se encuentran en buena posición para aprovechar el actual desanclaje —pocas veces visto— de las cadenas mundiales de suministros, pues ya son socios comerciales y aliados democráticos de Estados Unidos. Pero sus dirigentes políticos, empresarios, trabajadores, activistas y votantes necesitan aprovechar esas oportunidades, antes de que lo hagan otras regiones, para que la región no se estanque mientras otras partes del mundo progresan. Como señala Reid en su edición revisada de 2017, Latinoamérica ha superado numerosos desafíos en el pasado, y, aunque la gobernanza democrática requiere que las reformas continúen gradualmente, la historia de Latinoamérica muestra que los esfuerzos pueden traer un cambio real, positivo y duradero.

One Response to Dependency and Development in Latin America

  1. José Eduardo Loreto Miranda dice:

    Excelente reseña para recordar el potencial de Latinoamérica y el Caribe.

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