.
Mariana Hernández Carrillo
Latinoamérica ha recorrido una trayectoria compleja hacia la democracia. Como se afirma en Democracy and its Discontents in Latin America, los países latinoamericanos han enfrentado numerosos problemas para adoptar sistemas políticos democráticos. Es imposible entender su evolución y sus retrocesos sin tomar en cuenta las condiciones históricas propias de la región. En respuesta a la idea de que la democracia electoral en Latinoamérica debería haber logrado más desde que comenzó la tercera ola de transiciones en la década de 1980, en este libro se explica por qué el ritmo de cambio ha sido más lento de lo esperado. Los autores examinan la especificidad de las democracias de la región, en lugar de adoptar criterios procedentes de Estados Unidos y Europa.
La obra está organizada en dos amplias secciones con distintos niveles de análisis. En el primer segmento se examina a nivel estatal el papel de las instituciones, las políticas públicas y la rendición de cuentas en los países latinoamericanos. Asimismo, en algunos capítulos de esta sección se investigan las contradicciones características de la democracia, la desigualdad y la representación democrática, así como los modelos liberales y populares de la democracia. En el segundo segmento se analizan la representación ciudadana y los derechos de la sociedad. Los capítulos abordan la equidad de género, los derechos humanos, la población indígena, la participación electoral, y los costos y las consecuencias de la represión política en Latinoamérica.
En el capítulo «The characteristic contradictions of democracy», Joe Foweraker profundiza en su concepción sobre la calidad democrática. En lugar de evaluar el desempeño del gobierno en la provisión de seguridad nacional o bienestar social, Foweraker se ha enfocado en los valores intrínsecos de la democracia liberal, como la participación ciudadana, la representación y la rendición de cuentas. En otras palabras, el autor considera que la calidad democrática es una cuestión normativa sobre el grado en que las democracias liberales materializan en la práctica los valores a los que están suscritas en principio.
Por otro lado, en el capítulo «Liberal vs. popular models of democracy», Gerardo L. Munk afirma que aun después de las transiciones democráticas de las décadas de 1980 y 1990, la política en Latinoamérica siguió tratando sobre democracia pero enfocada en nuevos desafíos. Munk argumenta que las transformaciones económicas de la región también contribuyeron al cambio de los protagonistas de la política latinoamericana en el siglo XX.
Si bien son muchos los factores que han influido en la democratización de la región, la obra ofrece una perspectiva sistémica, donde el objeto de estudio no son los elementos como tales sino su interconexión. De esta manera, el análisis, apoyado por numerosas gráficas y cuadros estadísticos, revela las bases de la relación de los sistemas políticos latinoamericanos en general.
