Karla D. González Esquinca
.
Los gobiernos afrontan el brote del covid-19
y su esparcimiento por el mundo con deficiencias y dificultades. Ante este fenómeno de magnitud sin precedentes, es necesario examinar las implicaciones y las propuestas para mitigar los efectos negativos de la pandemia. En este sentido, el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo (GNCD) preparó el libro Cambiar el rumbo: el desarrollo tras la pandemia, que compila ensayos sobre la situación desde diferentes ángulos: mundiales y de política, sociales y de desigualdad, y económicos. La obra incluye un anexo en el cual el GNCD ofrece propuestas para enfrentar la emergencia sanitaria, económica y social.
En el ámbito internacional, destaca el ensayo de Cassio Luiselli, quien resalta la falta de liderazgo por parte de Estados Unidos durante la crisis y la evidencia de un nuevo reacomodo geopolítico. Luiselli prevé una relativa “desglobalización”, al menos en el corto plazo, que dará lugar a una mayor regionalización de las economías. Este proceso privilegiará la proximidad de las cadenas de valor, lo cual servirá para reducir costos de transporte, realizar menos viajes y trámites, y trazar rutas más predecibles y seguras. Para el autor, la pandemia ha retrasado el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo que considera necesario revisar los plazos y los contenidos, conforme a las necesidades actuales. Finalmente, Luiselli aborda la necesidad de reflexionar sobre el concepto de desarrollo y el papel del Estado. Propone que los países se hagan cargo de la provisión de bienes públicos mundiales (combate al cambio climático, abatimiento de la emisión de gases de efecto invernadero por, protección a la biodiversidad) con acuerdos internacionales de desarrollo compartido, y que se redoble la atención a la salud pública y la vigilancia epidemiológica.
David Ibarra también hace un análisis con perspectiva internacional y argumenta que, en el caso de México, las implicaciones de la crisis son mayores, ya que al ser una economía excepcionalmente abierta al comercio exterior y depender en gran medida de sectores como el manufacturero exportador y el turismo, es muy vulnerable a la caída de la demanda externa. Ibarra señala que, hasta ahora, las medidas han sido principalmente de carácter nacional y que es indispensable completarlas con acciones de cooperación internacional. El autor se detiene igualmente en la necesidad de que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los bancos regionales de desarrollo aumenten el número de créditos, aligeren las condiciones de los países atrasados y otorguen moratorias temporales al servicio de las deudas.
Resultan de interés las propuestas del GNCD para enfrentar la crisis. Resalta la idea de un pacto de Estado entre gobierno, sectores sociales, trabajadores y empresarios. Entre las prioridades más urgentes, el Grupo destaca: proteger el empleo e ingreso de los más vulnerables; salvaguardar la planta productiva, con énfasis en las pequeñas y medianas empresas; garantizar la continuidad de los servicios estratégicos, y apoyar más proyectos de inversión pública, privada y mixta para la recuperación. Asimismo, se demanda un cambio de estrategia en las finanzas públicas y un plan más ambicioso de acción inmediata para disponer de mayores recursos.
Las dimensiones que ha cobrado la crisis ocasionada por el covid-19 exigen medidas contundentes, eficaces y rápidas que reduzcan las implicaciones económicas y sociales. En especial, es imperativo el apoyo a los sectores más vulnerables. Cambiar el rumbo: el desarrollo tras la pandemia fomenta el diálogo y estimula ideas que nos lleven a una recuperación más pronta.
