Elías Camhaji
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Hablar de Felipe González es referirse a una de las figuras clave de la transición española hacia la democracia. Alejado de las tareas de gobierno y libre de las ataduras institucionales que constriñen a los altos funcionarios, el artífice de los Pactos de La Moncloa no solo cuenta con la experiencia de quien fuera mandatario de España durante 14 años, sino que además posee la libertad de esbozar un diagnóstico propositivo y agudo tanto de la crisis financiera mundial como de los principales problemas que atañen a nuestro tiempo en el ámbito internacional.
Con En busca de respuestas: el liderazgo en tiempos de crisis, el autor se aleja de la comodidad de los cánones críticos tradicionales y lleva a cabo un ejercicio de reflexión valioso para encontrar nuevas alternativas a una época prolífica en cuestionamientos comunes, pero exigua en soluciones duraderas y de gran alcance. En este sentido, la tarea de encontrar respuestas comprometidas y viables se hace más urgente en el marco de la crisis sistémica más profunda que se haya presenciado en los últimos años.
En este contexto, aunque otros analistas del sector público y académicos especializados -como Ben Bernanke, Alan Greenspan o Paul Krugman- han intentado ofrecer fórmulas para salir del derrumbe financiero reciente, la premisa de este libro es que a menudo sus trabajos han ignorado las transformaciones tecnológicas, políticas y sociales que han resultado de la crisis, así como la reconfiguración de los equilibrios de poder actuales y la aparición de nuevos actores no estatales en un sistema internacional cada vez más complejo. Asimismo, a lo largo de su obra y empleando diversos niveles de análisis teórico, González cuestiona muchas de las estructuras establecidas del sistema internacional, como la Organización de las Naciones Unidas, así como el entramado financiero mundial y los bloques regionales de integración económica.
En consecuencia, mientras los enfoques teóricos ortodoxos promueven medidas de austeridad o políticas fiscales conservadoras y subestiman el papel de los mercados emergentes como parte de la solución a la crisis, González propone una salida liderada desde la política y la ciudadanía. Particularmente, el autor plantea establecer un reparto más equitativo de responsabilidades entre los Estados por medio de un esquema de cooperación más profundo, y propone impulsar la innovación y la investigación como detonantes del desarrollo económico.
Este libro representa una invitación única para repensar el statu quo y para definir acciones concretas ante la coyuntura internacional. En suma, es un excelente punto de partida para explorar líneas de debate que deben ser reconsideradas por parte de los ciudadanos, los teóricos de las ciencias sociales y los tomadores de decisión.
