Andrew J. Nathan
En contraste con la opinión prevaleciente de que el noreste de Asia está en crisis constante, Kent Calder y Min Ye documentan las cada vez más intensas interacciones económicas, culturales y humanas de la región, así como su crecientes interdependencia financiera y ambiental, así como su mayor coordinación política, en especial entre China, Corea del Sur y Japón. Los conflictos culturales centrados en Japón están desapareciendo, las tensiones entre Taiwán y China continental se han reducido, los diálogos multilaterales sobre políticas públicas y otras instituciones trasnacionales se están haciendo más comunes y los visionarios han propuesto nuevas conexiones de transporte y energía. La mayoría de los analistas estudian la forma como las crisis en las que participan Corea del Norte, Taiwán o cómo otras disputas territoriales podrían destruir las relaciones regionales, pero estos autores se centran en las fuerzas integradoras que, a su juicio, son más silenciosas pero más poderosas: el poder de atracción de la economía china, los intereses transfronterizos de las empresas y las ambiciones de los líderes políticos para lograr una mayor independencia de Estados Unidos.