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Carlos Torres White
Para que la disminución de la pobreza sea una realidad, es necesaria la participación del gobierno. La provisión y mejora intencional de servicios públicos (como salud, educación y vías de comunicación) son condición necesaria pero no suficiente para solucionar las precarias condiciones de vida que padecen miles de personas. La entrega de ayudas monetarias, pensiones o subsidios fiscales es una táctica recurrente en la que incurren muchos programas de redistribución. Sin embargo, como se dice en The Political Logic of Poverty Relief. Electoral Strategies and Social Policy in Mexico, las transferencias y los servicios públicos normalmente no surten el efecto deseado, ya que las instituciones políticas débiles y la falta de gobernabilidad, expresada en la corrupción, el abuso de poder y los conflictos de intereses, imposibilitan su funcionamiento. A falta de incentivos políticos para hacer un verdadero cambio, es evidente que se requieren estrategias que enfrenten directamente las causas de los problemas.
En la obra se destaca que la aplicación de métodos científicos objetivos a partir del análisis y las propuestas de técnicos especializados es el primer paso para la mejora de los sectores más marginados. No obstante, el verdadero reto para las economías en desarrollo no es concebir soluciones viables, sino encontrar la manera de estimular a la burocracia gubernamental para limitar sus beneficios personales e implantar los mecanismos propuestos por los expertos. En el contexto de la competencia electoral, las instituciones democráticas son mejores que las autocráticas para generar esta voluntad. Mediante la formación de aparatos administrativos transparentes y democráticos, las decisiones gubernamentales acerca de la redistribución y del modo en que se aplican los programas estarán regidas cada vez más por consideraciones electorales, para llegar a un mayor número de personas y obtener buenos resultados en las urnas.
Alberto Díaz-Cayeros, Federico Estévez y Beatriz Magaloni analizan detalladamente la lógica política de la erradicación de la pobreza. La obra se centra en tres puntos, que abarcan los principales retos, y con ellos se analizan las posibles soluciones. Primero, los autores se concentran en las políticas distributivas e intentan resolver si los partidos políticos tienen incentivos para realizar programas a gran escala o si más bien las políticas están destinadas a sus seguidores. Después, analizan el impacto en el bienestar social mediante acciones concretas, como el establecimiento de servicios de salud. Finalmente, observan los efectos electorales de los programas sociales y se preguntan por las ganancias políticas de las medidas.
La política marca la pauta y el rumbo de los programas para la erradicación de la pobreza. El diseño de las políticas sociales que van encaminadas hacia este objetivo toma en cuenta los límites institucionales y los intereses de los partidos políticos; por lo tanto, en una verdadera democracia estos límites y estos intereses se encuentran determinados en gran medida por una lógica política de ganar votos utilizando la estructura gubernamental. En este libro se indagan los efectos de la asistencia social sobre los votantes y se da una nueva teoría del clientelismo actual. El propositivo análisis de The Political Logic of Poverty Relief lo convierte en un texto obligado para comprender la realidad nacional y los problemas que aquejan al México moderno.
