2 junio, 2016 • Galería • Vistas: 4638

Presentación del más reciente número de Foreign Affairs Latinoamérica

  Andrea Reed

Mayo 2016

Las controvertidas campañas presidenciales en Estados Unidos no han permitido que se debata ampliamente sobre la herencia que deja el gobierno de Barack Obama. A diferencia de lo que sucede en estas campañas, cuando Obama era candidato había un enorme optimismo en su personalidad. Obama prometió hacer muchos cambios, pero ahora la gran pregunta es si logró cumplir sus promesas. Hay quienes creen que en lo relativo a la economía, los bancos y las libertades civiles pudo haber hecho mucho más y mejor. Otros creen que varios de los aciertos de Obama incluyen la retirada de soldados de Irak, la nueva relación con Cuba, la ejecución de Osama bin Laden, el acuerdo nuclear con Irán, la mayor inversión en energías limpias y una imagen renovada de Estados Unidos en el mundo. Pero, en particular, ¿cuál es el legado que deja Obama en Latinoamérica?

En el marco de la Quinta Feria del Libro de Relaciones Internacionales del Instituto Matías Romero, se presentó el más reciente número de la revista Foreign Affairs Latinoamérica, titulado «El legado de Obama«, con la participación de los académicos Allert Brown-Gort, Rodrigo Chacón Aguirre e Isabel Flores Alcázar. Los tres ponentes tuvieron un interesante debate sobre los aciertos y los fracasos del actual gobierno estadounidense.

Rodrigo Chacón inició la presentación discutiendo los artículos de Gideon Rose, Bret Stephens y Fred Kaplan. Dijo que para Rose, el mayor acierto del gobierno de Obama ha sido consolidar y extender el orden liberal internacional que Estados Unidos creó después de la Segunda Guerra Mundial. A diferencia de los gobiernos de William Clinton y George W. Bush, Obama entendió que tenía que corregir los errores de la política económica y militar que llevaban a una dirección equivocada. Para Stephens, por otro lado, Obama no pudo cumplir con sus promesas ni debilitar a los enemigos de su país ni formar un concepto de interés estadounidense convincente, ya que descuidó por completo su papel en el Medio Oriente y en la política exterior, y además falló en considerar que no debían entrometerse en los asuntos de otros países. Esto ha generado inminentemente vacíos de poder que ha ocupado, entre otros, el Estado Islámico. Finalmente, Kaplan, como mencionó Chacón, resalta que algunos de los logros de Obama han sido el acuerdo nuclear de Irán y la prevención de otro ataque terrorista en suelo estadounidense, sin embargo, considera que las herramientas para lidiar con la crisis del Medio Oriente no han sido suficientes. Chacón agregó que Obama ha concentrado su política en Asia y no ha tenido una política exterior coherente, aunque es claro que el tono de la política de Obama cambió de la lógica que lo precedía.

Por otro lado, Brown-Gort hizo fuertes críticas al gobierno de Obama, pues considera que no ha estado bien definida y, sobre todo, no ha tenido una política coherente con Latinoamérica. Obama, por ejemplo, ha sido el presidente que ha deportado a más personas en toda la historia de Estados Unidos. Ahora China, el mayor competidor económico de Estados Unidos, ha aumentado considerablemente su influencia en Sudamérica. En este sentido, Estados Unidos no ha logrado acaparar de nuevo los mercados de la región. De esta forma, los vínculos se están transformando, pues China se ha convertido en el principal aliado económico de Brasil, Chile y Perú. Para los críticos del gobierno de Obama, el acercamiento a Cuba «sin pedirle nada a cambio» refleja la incapacidad de su gobierno de hacerle frente a gobiernos que no van con los principios democráticos de Estados Unidos. Finalmente, Brown-Gort considera que el legado de Obama es una política ambigua y sin una visión estratégica clara hacia Latinoamérica.

Los debates sobre si Obama ha sido un buen presidente o no son muchos, pero lo que a todos nos inquieta es ver si aquellos aspectos positivos de su gobierno podrán seguir teniendo sus efectos en la política estadounidense o los nuevos candidatos llegarán a erradicarlos. Hay mucha incertidumbre sobre lo que sucederá en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2016: si Donald Trump se alza con la victoria, ¿qué sucederá con el legado de Obama? ¿Hillary Clinton tendrá la destreza suficiente para continuarlo? Al final del debate, muchos de los presentes mostraron su preocupación sobre un virtual triunfo de Trump. Al respecto, Isabel Flores manifestó que confiaba en el sistema de pesos y contrapesos estadounidenses, a pesar de que es importante también analizar los márgenes de negociación en la política de Estados Unidos. El problema con un candidato como Trump, dijo Brown-Gort, es que tiene un gran apoyo del ancho de la sociedad, quienes comparten un sentimiento de descontento por estancamiento económico. En general, dijo Chacón, está emergiendo de nuevo el populismo y la sociedad que lo aplaude. En conclusión, los ponentes coincidieron que el legado de Obama, aunque con fracasos enormes, también libró importantes batallas.

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