Un mundo sin definición

13 agosto, 2015 • Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 14328

Porque el sistema internacional no es multipolar

Freddy Henríquez

Freddy Henríquez

avatarDefault Élodie Brun

Agosto 2015

No existe un consenso académico cuando se trata de definir el sistema internacional actual, a pesar de los múltiples nombres inventados. Sin embargo, un término goza de una gran popularidad: el de multipolaridad. Los especialistas en relaciones internacionales concuerdan en que la bipolaridad desapareció con la caída de la Unión Soviética y que el orden remplazante de esta configuración tampoco es unipolar, como se podía pensar en un primer momento. El concepto de multipolaridad presenta la ventaja de reflejar que el creciente número de actores con impactos internacionales ha aumentado, haciendo eco al fenómeno de los «emergentes». De hecho, los propios países así etiquetados defienden tal interpretación.

Según ellos, el sistema internacional está en proceso de convertirse en multipolar. Durante la última Cumbre Unión Europea-China a finales de junio de 2015, el Primer Ministro de la República Popular de China, Li Keqiang, declaró: «China y Europa necesitan defender de manera determinada el orden internacional de la posguerra, continuar trabajando hacia un mundo multipolar con relaciones internacionales democráticas, y apoyar juntos la paz duradera y el desarrollo en el mundo». Asimismo, en palabras que el Exministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, pronunció en 2005: «Las situaciones de unipolaridad e incluso de bipolaridad son intrínsecamente inestables. Uno puede pensar que es muy pretencioso de nuestra parte hablar de multipolaridad, pero contribuir aunque sea un poco a la multipolaridad, es contribuir a la estabilidad del mundo».

Se suele pues usar el término de multipolaridad como una referencia común para señalar que el sistema ha cambiado, no obstante sin entrar en los detalles de lo que supone. Al precisar el sentido de multipolaridad tres límites aparecen. En primer lugar, los investigadores no vinculan a la multipolaridad con estabilidad, ni siquiera logran consensuar cuál sería el modelo más estable. Según Kenneth Waltz, el padre del neorrealismo, en su clásico Theory of International Politics de 1979, considera que la configuración bipolar es la que garantiza una paz mundial duradera. En cambio, Dario Battistella, Profesor de Relaciones Internacionales en el Instituto de Estudios Políticos de Bordeaux en Francia, concluye de un estudio de la historia europea en Un monde unidimensionnel de 2011 que la unipolaridad aporta estabilidad más que otros modelos.

Geopol Intelligence

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En segundo lugar, los representantes de los países emergentes bien han entendido las ventajas que aporta esta noción para sus aspiraciones de ser reconocidos como global players. De ahí surge el uso recurrente de la palabra, mezclando descripción del sistema con el deseo de que ste tome una configuración particular. Sin embargo, la multipolaridad no debe esconder las realidades en la repartición del poder internacional. La primera potencia mundial sobrevive y rebasa todavía a todos los demás. La investigadora británica Susan Strange elaboró el concepto de poder estructural en States and Markets de 1988. Strange determina cuatro áreas fundamentales para medir el poder de un Estado a escala mundial: la seguridad, la estructura de producción, las finanzas vía el crédito y la moneda y el saber asociado a las comunicaciones. Un análisis de los cuatro pilares revela que Estados Unidos sigue siendo el líder en cada uno de ellos. Según el informe anual del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI), en 2014, Estados Unidos permaneció como el principal gastador con 610 000 millones de dólares, que equivalen a tres veces el nivel del número dos, China.

En cuanto al área de producción, Estados Unidos sigue teniendo el mayor PIB nominal con 17 419 mil millones de dólares en 2014. China, el número dos, llegó solo a 10 360 mil millones, de acuerdo con datos del Banco Mundial. El dólar todavía sirve como moneda de referencia y la economía estadounidense es la que más atrae –con una excepción coyuntural en 2014– y envía al mundo inversiones extranjeras directas según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo. En cuanto al sector del conocimiento, se referenciaron 208 601 artículos académicos en Estados Unidos en 2009 –última cifra disponible– contra 89 894 para China en 2011, de acuerdo a datos del Banco Mundial. Este dominio material no significa tampoco que Estados Unidos pueda actuar de manera unilateral sin cuestionamientos ni obstáculos, ante el aumento de las interdependencias y la evolución de las tensiones a nivel mundial, que no necesariamente se resuelven con la imposición. Las dificultades de la reconstrucción de Irak desde la intervención de 2003 lo recuerdan. No obstante, la multipolaridad, si bien realza el papel de nuevos actores, tiende a esconder el perfil todavía altamente asimétrico del sistema internacional posterior a la Guerra Fría.

En tercer lugar, la propia palabra de multipolaridad es engañosa. La noción de polo insinúa una relación de encuentro y atracción. La Real Academia Española define el polo como «los terminales del circuito de ciertas máquinas eléctricas» (electricidad), «los puntos opuestos de un cuerpo, en los cuales se acumula en mayor cantidad la energía de un agente físico; como el magnetismo en los extremos de un imán» (física), «uno de los dos puntos de intersección del eje de rotación de la Tierra» (geografía), o «en las coordenadas polares, punto que se escoge para trazar desde él los radios vectores» (geometría). La lógica de la Guerra Fría funcionaba según polos, con actores que simbolizaban centros, lugares de reunión y de afiliación. No podemos concluir a la emergencia de «múltiples» polos desde 1990. A nivel mundial, ningún país atrae a seguidores alrededor de su política; más bien existen prácticas semejantes, pero no permiten concluir al funcionamiento estructural del sistema de tal manera. Por ejemplo, los votos africanos en la Organización de las Naciones Unidas en contra de Taiwán a cambio de los favores de la República Popular China podrían asemejarse a la lógica de polos. Sin embargo, las diplomacias africanas no se resumen a unos votos favorables a Beijing en el ámbito multilateral universal. Así, la Unión Africana, la Liga de Estados Árabes y la entonces Organización de la Conferencia Islámica apoyaron la votación de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad sobre Libia en 2011. China se abstuvo, en este caso porque tomo en cuenta las posturas de sus socios. A nivel regional tampoco se diseñan polos. Estados Unidos no se puede definir como un líder regional. En África, Asia, Europa, el Medio Oriente, Latinoamérica y Oceanía no aparecen actores que agrupen a los vecinos en su entorno.

EFE

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La región latinoamericana refleja más diversidad y pluralidad que atracción y seguimiento. Si bien existe un reconocimiento de Brasil como un actor dominante, este no se traduce en un reconocimiento de su papel como líder. La oposición argentina a la candidatura brasileña a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad y la falta de apoyo mexicano a la candidatura de José Graziano da Silva a la dirección general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) –quien finalmente fue elegido en 2011– ilustran las reticencias locales frente a la asociación entre el ascenso mundial de Brasil y su capacidad de representación regional. También permiten entender la sobrerrepresentación de América Latina en el G-20 y la insistencia del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para integrar a Argentina, además de México, en este club. El dinamismo diplomático que caracterizó a Latinoamérica a nivel internacional durante la última década, basada a veces en la llegada al poder de gobiernos de izquierda y muchas veces en el auge económico hasta el 2008, va en contra de cualquier tentativa de atracción por parte de polos.

Más que la búsqueda de polos, podemos apreciar un comportamiento flexible, reflejo de una voluntad de autonomía política por parte de los gobernantes latinoamericanos. La multipolaridad parece más un concepto al servicio de estrategias de «emergencia» que una noción analítica de la realidad internacional. En La diplomacia del contubernio de 2012, el Profesor de Sciences Po París, Bertrand Badie, perteneciendo a los críticos de la multipolaridad, describe el orden internacional como apolar para liberarse de las trampas que induce el pensamiento en torno a polos. El concepto propone una alternativa a la moda de la multipolaridad y también invita a desarrollar nuevas reflexiones con vistas a calificar mejor esta flexibilidad del sistema internacional, la que supone una configuración de movimientos complejos y permanentes.

Para concluir, la multipolaridad remite a una difusión del poder a escala mundial, pero se equivoca en el cómo de la difusión. No sabemos definir cómo se está configurando el mundo posterior a la Guerra Fría. La única certeza que podemos tener es que este no es multipolar.

ÉLODIE BRUN es profesora investigadora en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México. Sus Áreas de investigación son las relaciones Sur-Sur, las políticas exteriores latinoamericanas y la reforma del sistema internacional. La presente nota forma parte de un proyecto de investigación sobre la evolución del orden mundial después de la reactivación de las diplomacias Sur-Sur en la última década.

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One Response to Un mundo sin definición

  1. En un todo de acuerdo con el artículo. Yo creo que el sistema debe abordarse desde un tutelaje con los Estados Unidos hoy en dicha posición. Un tutor libre de problemas simétricos que lo enfrenten con un tercero.
    Agregaría otra variable a la construcción de Poder Estructural: la capacidad de asignación y resignificación de identidades sobre terceros Estados. Cómo una potencia puede alterar las identidades de difrentes estados aobre otros en categorías estigmatizantes: amigos/enemigos/fallidos/etc

    Saludos y les dejo donde encontrar mis artículos.
    http://www.mrocg.com
    https://www.facebook.com/ObservatorioRusia?fref=ts

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