7 abril, 2019 • Reseñas • Vistas: 17687

Luis Esteban Gómez Sánchez

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En los últimos años, el mundo ha visto el ascenso de Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Viktor Orban en Hungría, y el aumento de movimientos extremistas como el de Marie Le Pen en Francia. Estos personajes que eran considerados antisistémicos y «demasiado radicales» para ganar elecciones ahora dominan el escenario político y el discurso sobre el futuro de sus países. A pesar de sus ideas y acciones antidemocráticas, su apoyo popular no ha menguado, sino todo lo contrario. En Cómo mueren las democracias, Steve Levitsky y Daniel Ziblatt resumen el nuevo panorama con una sola frase: «La mayoría de las quiebras democráticas no las provocan soldados ni generales, sino los propios gobiernos electos».

El argumento principal de la obra es que estos nuevos gobiernos iliberales medran con las promesas que la democracia liberal no ha cumplido o ha dejado de cumplir. Los autores inician con la afirmación de que nunca pensaron que Estados Unidos pudiera formar parte de un estudio comparativo en esta materia; sin embargo, desde las elecciones presidenciales de 2016 es necesario tomarlo como ejemplo de la caída del sistema liberal y la llegada de la extrema derecha. No es el único país que investigan los autores, sino que también se ocupan de la llegada por la vía democrática de un líder que luego desmantela la misma democracia en varios países latinoamericanos que han vivido tales situaciones. 

Los autores no se limitan a explorar los casos latinoamericanos. En capítulos sucesivos apuntan los rasgos que manifiestan los líderes iliberales en las campañas electorales y exponen las distintas maneras en que acaban con la democracia cuando resultan electos. Levitsky y Ziblatt escriben que «la gran ironía de por qué mueren las democracias es porque se utiliza como pretexto la defensa de la misma democracia», y proceden a señalar los elementos que hay que cuidar y robustecer para evitar que estos líderes con gran popularidad pero con aires autoritarios lleguen al poder o, tras su eventual victoria, cómo evitar que arruinen la democracia. No obstante, la obra no es una apología del sistema actual, y en repetidas ocasiones los autores mencionan que la «democracia modelo» estadounidense ha dejado de ser la marca a la que aspiran los demás países. Las fallas de ese sistema liberal permiten la llegada de personajes como Donald Trump, y hay más votantes que apoyan a líderes iliberales cuasi autoritarios en otros países. 

Normalmente se piensa que un cambio a un régimen autoritario se produce con grandes marchas del ejército por las principales calles de una capital o por la toma violenta y el levantamiento armado de un personaje autoritario; sin embargo, Levitsky y Ziblatt explican que ahora ganan en las urnas, siguiendo las normas del sistema político democrático vigente, y dan numerosos ejemplos sacados de distintas partes del mundo, incluido Estados Unidos, de dictaduras que no se hicieron del poder por la fuerza, sino con los resultados de los comicios. No es un libro fatalista ni apologista. Se señalan las debilidades del sistema liberal, pero se proponen también los medios de revertir el desgaste de la democracia. Qué tan lejos lleguen personajes como Trump en la estructura de poder político depende no solo de la fortaleza institucional de un país, sino de los contrapesos de la sociedad civil. Comprender estos procesos es importante para entender a los líderes políticos más prominentes del presente.